Los trabajadores están luchando para poder llegar a las islas exteriores más golpeadas en Fiyi a fin de evaluar plenamente los daños del ciclón tropical Winston. La tormenta, considerada la más poderosa en el registro del hemisferio sur, causó la muerte de por lo menos 20 personas, destruyó casas, arrancó árboles gigantes y dejó sin servicios de agua, teléfono y electricidad a miles de personas. Durante toda la noche, los destructivos vientos hicieron explotar las líneas eléctricas y reventaron los remaches de los techos de chapa”.
«Winston fue un ciclón monstruoso», expresó un residente de Fiyi, Nazeem Kasim. «Nunca antes había experimentado algo así en mi vida, ni siquiera mi padre que tiene 60 años de edad».
Los vientos rompieron el récord de la categoría cinco para huracanes llegando a 296 kilómetros por hora (184 mph). El récord anterior fue de 178 kilómetros por hora en las Islas Salomón en el 2002 y en Australia en el 2006. Las escuelas se convirtieron en refugios y se pidió a los residentes que limitaran sus movimientos.
Las islas Fiyi se encuentran en el Sur del Océano Pacífico, a unas 1.800 millas de la costa este de Australia. Es muy probable que las estructuras de las viviendas de las islas más pequeñas no hayan sido construidas para resistir una tormenta de tal categoría. «Las familias pueden haber perdido sus casas y cultivos, dejándolos sin refugio, alimentos y un medio de vida.
«Ahora mismo [Satanás] está obrando. Ejerce su poder en todos los lugares y bajo mil formas: en las desgracias y calamidades de mar y tierra, en las grandes conflagraciones, en los tremendos huracanes y en las terribles tempestades de granizo, en las inundaciones, en los ciclones, en las mareas extraordinarias y en los terremotos. Destruye las mieses casi maduras y a ello siguen la hambruna y la angustia; propaga por el aire emanaciones mefíticas y miles de seres perecen en la pestilencia. Estas plagas irán menudeando más y más y se harán más y más desastrosas. La destrucción caerá sobre hombres y animales. “La tierra se pone de luto y se marchita”, “desfallece la gente encumbrada de la tierra. La tierra también es profanada bajo sus habitantes; porque traspasaron la ley, cambiaron el estatuto, y quebrantaron el pacto eterno”. Isaías 24:4. El Conflicto de los Siglos, pág. 647.
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