CBN, por John Waage: Mientras gran parte de Israel, con la ayuda de los medios de comunicación de la nación, se ha visto envuelta en el debate sobre la reforma judicial, los estrategas de defensa están ocupados tratando de evaluar la gravedad de la amenaza que supone el grupo terrorista Hezbolá, respaldado por Irán.
Las recientes acciones beligerantes de Hezbolá en la frontera libanesa, que incluyen incursiones en Israel, junto con la incendiaria retórica del líder de Hezbolá, el jeque Hassan Nasrallah, han hecho necesario elaborar estrategias sobre cómo sería el peor escenario posible si estallara el conflicto.
Según un informe del diario Israel Hayom, oficiales militares predicen que los enemigos en los primeros días de una guerra con Hezbolá dispararían hasta 6.000 cohetes contra Israel, lo que provocaría apagones y cientos de muertos. También predicen que podría ser una guerra con varios frentes, con Hamás y la Yihad Islámica participando desde la Franja de Gaza, y operaciones terroristas en Judea y Samaria (Cisjordania) dirigidas contra ciudadanos israelíes, lo que obligaría a bloquear las carreteras.
A principios de verano, Aharon Haliva, jefe de Inteligencia Militar de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) advirtió: «Las posibilidades de una escalada que podría desembocar en una guerra no son bajas». Nasralá está a punto de cometer un error que podría sumir a la región en una gran guerra. Está cerca de cometer este error desde Líbano o Siria».
Los expertos calculan que el arsenal de misiles de Hezbolá contiene entre 150.000 y 250.000 cohetes, y Nasralá se ha jactado de que el apoderado iraní puede alcanzar cualquier punto de Israel.
El ejército calcula que podría haber 1.500 ataques enemigos con éxito dentro de Israel, un número y un porcentaje mucho mayores dirigidos contra grandes núcleos de población que lo que los israelíes han visto en las recientes batallas contra los terroristas en Gaza, donde muchos cohetes cayeron inofensivamente y el sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro de la nación neutralizó con éxito más del 90 por ciento de los misiles apuntados.
Una de las mayores preocupaciones son los ataques selectivos contra centrales eléctricas, que obstaculizan los esfuerzos de Israel por producir electricidad y provocan apagones que pueden durar hasta 72 horas.
El ejército israelí también aprendió de la guerra de 2006 contra Hezbolá, y desde entonces ha realizado avances espectaculares en inteligencia militar y armamento. Aun así, los analistas deben prepararse para los escenarios más adversos e investigar posibles puntos débiles. Hace 17 años, Hezbolá no estaba preparada para la ferocidad de la respuesta israelí tras el secuestro y muerte de 3 soldados de las IDF en una incursión transfronteriza.
El gobierno de Netanyahu se ha comprometido a reforzar sus capacidades ofensivas y defensivas a medida que aumenta la probabilidad de un conflicto.
Conexión Profética:
“Vi que la conmoción de las potencias europeas no es, como enseñan algunos, la conmoción de las potestades del cielo, sino la de las airadas naciones.” Primeros Escritos, pág. 42.
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