Históricamente, los Testigos de Jehová han servido como un referente de la libertad religiosa para otros grupos minoritarios. En Rusia, eso incluye a los evangélicos, quienes se han mantenido ambivalentes sobre la defensa de los derechos de los Testigos como una especie de fe no ortodoxa. El Ministerio de Justicia ruso presentó una demanda ante la Corte Suprema a fin de etiquetar la sede de los Testigos de Jehová como un grupo extremista. Esto le permitiría a Rusia promulgar una prohibición a nivel nacional de su actividad, disolviendo su organización y criminalizando su culto. El tribunal se reunirá para decidir sobre el caso en abril.
«Considerando que la religión de los Testigos de Jehová es profesada por cientos de miles de ciudadanos rusos, [la liquidación] sería un desastre para los derechos y libertades en nuestro país», dijo Yaroslav Sivulsky, un representante de la sede de los Testigos de Jehová. La prohibición afectaría aproximadamente a 175.000 seguidores de 2.000 congregaciones en todo el país. «Sin ninguna exageración, tal acción nos volvería a los días oscuros de la persecución religiosa».
Aunque tanto los Testigos de Jehová como los evangélicos se han visto restringidos y castigados por la reciente ley anti-misionera de Rusia, los evangélicos no necesariamente pueden esperar ser tratados de la misma manera. «Nadie más está en una posición comparable a la de la comunidad de los Testigos de Jehová», dijo Alexander Verkhovsky, del Centro de Información y Análisis de SOVA.
En el 2016, la policía allanó un promedio de tres centros de Testigos de Jehová al mes. En áreas donde el grupo ya ha sido prohibido, la policía dice que los motivos para la etiqueta extremista se halla en la forma en que ellos critican al cristianismo tradicional y la ortodoxia, así como su objeción al servicio militar.
Los protestantes rusos no se consideran a sí mismos tan extremos o tan molestos como los Testigos; por lo tanto, no están demasiado ansiosos por hablar en contra del reciente caso en contra de ellos. Aunque los evangélicos tienen razones para oponerse a los Testigos de Jehová sobre la base teológica, sí deberían tener razones para defender su derecho a existir. Después de todo, una vez que el gobierno «liquide» a los Testigos de Jehová, ¿qué otras religiones minoritarias estarán bajo la investigación del gobierno?
Debido a sus diferencias teológicas y metodológicas, «los Testigos de Jehová en Rusia parecen ser extranjeros y casi extraños», dijo Michael Cherenkov, director de campo ejecutivo para Misión Eurasia en Ucrania. Esas dos caracterizaciones son especialmente condenatorias en Rusia, donde los líderes desconfían de la influencia ajena. Antes de la legislación del año pasado para restringir la «actividad misionera», Rusia adoptó una ley del «agente extranjero» para controlar a todos los grupos internacionales, ONGs y misioneros extranjeros a través de más supervisión y trámites. Así se encuentra en desarrollo la represión y el control.
Un dilema similar surgió en Rusia en 2004 cuando los Testigos de Jehová fueron expulsados de Moscú bajo la aplicación de una ley de religión de 1997. En aquel entonces, los defensores de la libertad religiosa advirtieron que «muchas de las afirmaciones hechas sobre las prácticas de los Testigos de Jehová también podrían ser aplicadas a otras comunidades religiosas».
La ortodoxia tradicional rusa continúa fusionándose cada vez más con un sentimiento de patriotismo y nacionalismo ruso. Muchos creen que el gobierno seguirá presionando contra la libertad de las religiones minoritarias.
«La prohibición de los Testigos de Jehová es solo el comienzo de una serie de represiones. La sociedad necesita un enemigo interno al que el gobierno pueda apuntar en plena cooperación con la Iglesia Ortodoxa Rusa», dijo Cherenkov. «El silencio de los protestantes con respecto a las represiones contra los Testigos de Jehová simplemente desencadenará una nueva ola de restricciones y represiones».
La experiencia de los Testigos de Jehová en Rusia es un presagio de lo que se espera a medida que las naciones, incluidas las occidentales, supriman finalmente las libertades de otros grupos religiosos minoritarios, particularmente aquellos cuyas prácticas de adoración y testimonio son etiquetadas como extremas. Sin embargo, no deben esperar que otras denominaciones religiosas los defiendan.
«Y seréis aborrecidos de todas las naciones por causa de mi nombre». Mateo 24:9.
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