Un gran número de comentaristas y expertos católicos están hablando de la próxima celebración de los 500 años del inicio de la Reforma Protestante.
Muchos católicos romanos se preparan para unirse con los protestantes en las celebraciones de la «explosión luterana» a pesar de que muchos de ellos tienen dificultades para entender cómo la fe en Dios puede ser el único camino para la salvación. Por supuesto que esto se debe a que desde muy pequeños se les enseña que la salvación es el resultado de las obras aunque ahora la iglesia católica incluye la fe como parte del camino.
Lutero construyó la total «La Verdad de la Fe de la Iglesia» basándose únicamente en el principio de la Palabra de Dios (en ese momento) y dirigió un inmenso movimiento religioso.
Algunos piensan que una mera ansiedad personal por la salvación fue lo que llevó a Lutero por el camino que hizo temblar la iglesia. No obstante, los maestros de Roma van más allá. Ellos sugieren que en el tiempo de Martín Lutero habían «muchos males en la Iglesia» (lo cual era cierto) y que la religiosidad se había degradado y vuelto superficial.
¿Con esto se querrá sugerir que esos males no existen ahora? Y ¿que la iglesia luterana puede regresar a Roma para apoyar cómodamente esa organización y liderazgo?
Como si no la necesitara hoy, ellos afirman que en ese entonces la Iglesia requería una reforma. El papado estaba deteriorado por el cisma llegando al punto de tener tres papas luchando por la preeminencia y la excomunión de los otros. Esto causó mucha confusión teológica.
Lutero «ciertamente era un hombre de su época pero no de la nuestra”, expresan como si hoy no existieran esos males o aún peores males.
«Como hijos de la era ecuménica que vive la iglesia de hoy, debemos considerar esto como una oportunidad y usar la ocasión de los 500 años de la Reforma Protestante que Martín Lutero dirigió, con el fin de aprovecharla para estrechar vínculos ecuménicos con los luteranos y otros.
«Lutero mismo no era una persona ecuménica tal como entendemos el ecumenismo hoy en día; tampoco lo eran sus adversarios de la época. Ellos tenían inclinación hacia la polémica y la controversia».
Lutero no consiguió que los líderes de la iglesia le siguieran y por eso llevó su reforma al pueblo común.
Pero «la controversia y la polémica han sido sustituidas por un diálogo cordial y amistoso… El Papa Francisco ha inaugurado una nueva fase en las relaciones ecuménicas… Él explica el significado de la fe de la Iglesia para el pueblo de Dios. Y explora las estructuras sinodales de la Iglesia para continuar el camino y arriesgarse a tomar nuevos enfoques para colaborar con otros, incluso como bien él sabe, aunque el objetivo de la unidad real parezca aún lejano… El Papa Francisco ha vuelto a reanudar el concepto de la «diversidad reconciliada».
En el Evangelii Gaudium, el Papa insta a «la conversión del episcopado junto con el primado».
A diferencia de Ulrico Zuinglio, Lutero permaneció fiel a… la Eucaristía y también estuvo abierto a las cuestiones de la sucesión histórica del episcopado.
El hecho es que Lutero era un católico romano comprometido. A pesar de haberse separado de Roma, nunca abandonó la misa ni derribó imágenes u otros rasgos católicos como lo hizo Zuinglio y otros. Incluso tenía lo que la iglesia católica llama una inclinación mística. Pero él era inflexible con respecto a que la fe es el centro de la salvación. Debido a que Lutero mantuvo estos elementos, la iglesia católica encuentra relativamente fácil participar en un diálogo ecuménico con los luteranos.
La iglesia católica tiene que encontrar la manera de hacer aparecer a Lutero un poco más piadoso que antes con el fin de «rehabilitar» la iglesia luterana y hacer posible un diálogo ecuménico avanzado. «Necesitamos un ecumenismo cálido y acogedor y no uno frío y rígido; Necesitamos estar listos para aprender unos de otros. Sólo de esta manera, la iglesia católica podrá concretar y hacer una realidad su ‘catolicidad’. Aunque todavía no tenemos ninguna solución común, se ha abierto un camino hacia la unidad plena».
Ahora la iglesia católica usa el evangelio de la gracia de Lutero, la misericordia de Dios y el llamado a la conversión como fundamento del ecumenismo, lo cual es exactamente opuesto a lo que Lutero habría aprobado.
«La Unidad Cristiana está hoy más cerca de lo que estaba hace 500 años. ¡En el 2017 no deberíamos pensar como si todavía estuviésemos en el año 1517…! Tenemos que dar un testimonio común a nuestro mundo».
Roma pasa por alto los puntos sobre los que no hay un entendimiento común. Ella cree que si logra asegurar la unidad en los puntos en que están de acuerdo, finalmente la iglesia luterana derribará su oposición contra Roma.
«Pero desde hace años se viene notando entre las iglesias protestantes un poderoso y creciente sentimiento en favor de una unión basada en puntos comunes de doctrina. Para asegurar tal unión, debe necesariamente evitarse toda discusión de asuntos en los cuales no todos están de acuerdo, por importantes que sean desde el punto de vista bíblico”. El Conflicto de los Siglos, pág. 497.
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