MSN, por Joe Light: Todavía no hay escasez de productos en las tiendas de EE.UU., pero si el deterioro en el transporte marítimo mundial es una indicación, están en camino. Eso podría complicar las súplicas de la Casa Blanca a los estadounidenses para que sean pacientes mientras los funcionarios de comercio se apresuran a cerrar docenas de acuerdos.
La carga ha descendido, o se espera que lo haga, en los principales puertos, incluidos los de Los Ángeles; Long Beach, California; y Nueva York-Nueva Jersey, principalmente en los envíos procedentes de China, que exporta más que ningún otro país a Estados Unidos.
Los volúmenes de reservas de importación de EE.UU. han caído un 35% desde finales de marzo, según la empresa de datos de transporte marítimo Vizion, incluida una caída del 26% entre la semana que terminó el 21 de abril y la siguiente. Los envíos desde China cayeron casi un 43% en la última semana completa de abril, el descenso más acusado del año. Durante el mes de abril, varias semanas registraron un descenso de más de la mitad en las reservas de importaciones procedentes de China, según Vizion.
El impacto potencial en empresas y consumidores es amplio. Las importaciones de productos electrónicos, plásticos, vehículos, acero y textiles chinos han caído más de la mitad.
Quizás tan preocupante para algunos agricultores y fabricantes estadounidenses es que las reservas de exportación a China también se han desplomado. En la última semana completa de abril, el número de contenedores de 20 pies equivalentes reservados para ir a China cayó un 73% respecto al año anterior, la cuarta semana consecutiva con al menos una caída del 60%, según Vizion. Y ello a pesar de que las exportaciones estadounidenses se mantuvieron relativamente fuertes en general.
Las principales importaciones chinas de EE.UU. incluyen soja y otros cereales, petróleo y gas, y semiconductores, entre otros componentes electrónicos.
El reciente descenso de las exportaciones está «aumentando la preocupación de nuestros socios agrícolas y manufactureros a medida que los aranceles continuos sobre las exportaciones comienzan a surtir efecto realmente», dijo Eugene Seroka, director ejecutivo del Puerto de Los Ángeles, en una reunión de la junta portuaria a finales de abril.
Las principales rutas comerciales se han visto trastocadas por el anuncio del 2 de abril del presidente Donald Trump de imponer enormes aranceles a las importaciones. Trump suspendió la mayoría de los aranceles «recíprocos» durante 90 días una semana después, pero dejó que entraran en vigor los aranceles contra China, que finalmente los elevó al 145% para la mayoría de los productos. China tomó represalias con sus propios aranceles.
Ahora, las autoridades comerciales se apresuran a alcanzar acuerdos preliminares con otros países antes de que se levante la pausa en julio.
La expectativa de dolor de los estadounidenses está causando problemas políticos a Trump a pesar de que aún no se han traducido en precios más altos. Alrededor del 43,5% de los estadounidenses aprueba el trabajo que está haciendo Trump, frente al 51,8% que lo desaprueba, según un promedio de encuestas del boletín Strength in Numbers. Esa brecha es unos seis puntos porcentuales mayor que cuando Trump hizo el anuncio de los aranceles.
Funcionarios de la Casa Blanca han dicho que los estadounidenses necesitan «confiar en Trump» mientras negocia con sus socios comerciales.
La administración está proporcionando un alivio económico a corto plazo de la inflación al tiempo que sienta las bases para un resurgimiento económico a largo plazo», dijo un funcionario de la Casa Blanca a Barron’s en un correo electrónico el martes, señalando los recientes descensos de la inflación y un aumento de las importaciones en el primer trimestre, ya que las empresas trataron de evitar los aranceles.
Trump, en el Despacho Oval, dijo el martes a los periodistas que los funcionarios chinos «quieren reunirse» con Estados Unidos para hablar de comercio.
El problema para la Casa Blanca es que la actividad naviera indica que el dolor para los consumidores está en camino.
Además de la caída de las reservas, los transportistas han recortado las tarifas y la capacidad de las principales líneas. La capacidad entre Asia y la costa este de EE.UU. se redujo un 22% en abril y un 18% en mayo con respecto a lo programado anteriormente, mientras que la capacidad entre Asia y la costa oeste se redujo un 20% y un 12% en abril y mayo respectivamente, según la empresa de investigación marítima Drewry.
«Las navieras están tratando de equilibrar el colapso de la demanda entre Asia y Estados Unidos con su capacidad, tanto cancelando docenas de salidas como poniendo fin a servicios semanales enteros», afirmó Philip Damas, responsable de Drewry Supply Chain Advisors, en un vídeo de la empresa publicado el lunes.
Los buques portacontenedores tardan alrededor de un mes en llegar a EE.UU. desde Asia, y otros 15 días en llegar a la costa este. Los productos pueden tardar otro par de semanas en llegar del puerto a los camiones y, finalmente, a las estanterías de las tiendas.
Las empresas han podido prever parte de la amenaza comercial durante semanas, lo que les ha dado la oportunidad de abastecerse de existencias con antelación para evitar los impuestos.
Así que podría ser a mediados de mayo antes de que los consumidores comiencen a ver los efectos completos del anuncio de Trump del 2 de abril de fuertes aranceles contra China.
Los primeros efectos de los aranceles aparecerán probablemente en el índice de precios al consumo de mayo, que se publicará el 11 de junio, según señalaron el lunes los analistas de TD Cowen en una nota de investigación. «El grueso del impacto podría producirse durante el verano, cuando las empresas y los minoristas empiecen a quedarse sin existencias a bajo coste», señalaron los analistas.
Conexión Profética:
“Se me mostró a los habitantes de la tierra en gran confusión. La tierra estaba afligida por guerra, derramamiento de sangre, privación, necesidad, hambre y pestilencia. Cuando estas cosas rodearon al pueblo de Dios, éste comenzó a unirse y a poner de lado sus pequeñas dificultades. Ya no estuvieron controlados por la dignidad personal, y una profunda humildad tomó su lugar. El sufrimiento, la perplejidad y la privación hicieron que la razón volviera a ocupar el lugar que le correspondía, y los hombres apasionados e irrazonables se tornaron sensatos y actuaron con discreción y sabiduría.
Luego se me hizo apartar la atención de esa escena. Parecía haber un corto tiempo de paz. Una vez más se me presentaron los habitantes de la tierra, y nuevamente todo estaba en la mayor confusión. Las luchas, las guerras, el derramamiento de sangre, el hambre y la pestilencia se manifestaban en todas partes. Otras naciones se habían mezclado en esta guerra y confusión. La guerra produjo hambre. La miseria y el derramamiento de sangre causaron pestilencia. Y entonces se hallaron «desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra.» (Luc. 21:26) Testimonios para la Iglesia, vol.1, pág. 243.
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