USA Today, por Doyle Rice: El mapa de huracanes en el océano Atlántico puede estar casi en blanco ahora, pero los meteorólogos dicen que eso puede no durar mucho más, ya que varias señales apuntan a un aumento de la actividad en toda la cuenca.
«El entorno tropical debería ser más propicio para la actividad de los huracanes en el Atlántico en las próximas semanas», afirmó el meteorólogo Phil Klotzbach, de la Universidad Estatal de Colorado, en un correo electrónico enviado el 24 de julio a USA TODAY.
El experto en huracanes de WPLG-TV, Michael Lowry, se mostró de acuerdo con esta predicción y declaró a USA TODAY que «ya estamos viendo que los modelos de predicción a largo plazo comienzan a animarse… Las profundas ondas tropicales del Atlántico procedentes de África han sido más intensas esta semana, y los modelos de previsión a largo plazo del 24 de julio pasaron de un panorama generalmente tranquilo para los próximos 15 días a uno mucho más activo para la primera parte de agosto».
¿Ha sido un comienzo de temporada lento?
Con tres tormentas tropicales con nombre (Andrea, Barry y Chantal) hasta ahora, el número de tormentas está en realidad por encima de la media para esta época del año. «Actualmente, estamos por encima de lo normal en cuanto a tormentas con nombre, pero por debajo de lo normal en todas las demás métricas», dijo Klotzbach.
Una de esas métricas es la Energía Ciclónica Acumulada (ACE), una medida clave de la gravedad de una temporada de huracanes. La ACE mide la energía eólica total producida por una temporada de tormentas tropicales y huracanes. Mide la intensidad y la duración de las tormentas y ofrece una mejor indicación de la actividad general que el simple recuento del número de tormentas, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.
Según esa medida, este es el comienzo más lento de una temporada atlántica desde 2009, ya que las tres tormentas que se formaron fueron bastante débiles, aunque Chantal causó algunas inundaciones mortales en Carolina del Norte.
«Acercándonos a un punto de inflexión»
La temporada está a punto de calentarse, dijo Lowry, ya que agosto es el mes en el que la actividad suele intensificarse.
Lowry afirmó que «a pesar del lento comienzo, nos estamos acercando a un punto de inflexión en el Atlántico. Los huracanes no son habituales en junio y julio. Por supuesto que se producen, pero normalmente hay que superar grandes obstáculos para que lleguen».
Sin embargo, añadió: «Ese no es el caso en agosto, septiembre y la primera parte de octubre. Esos obstáculos son mucho menores, por lo que la ventana adecuada puede dar lugar a un gran huracán en poco tiempo», dijo.
¿Cómo se presenta el resto de julio en cuanto al desarrollo en el Atlántico?
«En general, parece que todo estará bastante tranquilo», declaró Andy Hazelton, científico especializado en huracanes de la Universidad de Miami, en un correo electrónico enviado a USA TODAY. «Están empezando a aparecer algunas olas más fuertes en el Atlántico central, pero, por ahora, el aire seco y descendente está dificultando su desarrollo. Hay otra ola procedente de África que podría tener una ligera posibilidad de desarrollarse en aproximadamente una semana cerca de las islas del Caribe», afirmó.
Un mes de julio tranquilo no es inusual: «La temporada suele ser bastante tranquila durante julio», señaló Klotzbach. «De media, nos queda más del 95 % de la actividad de huracanes importantes y aún alrededor del 93 % de ACE. De media, nuestro primer huracán se forma en el Atlántico el 11 de agosto».
¿Cuál es la previsión para las dos primeras semanas de agosto?
Hazelton explicó que «las condiciones a gran escala deberían volverse un poco más favorables a medida que un pulso de la oscilación Madden-Julian cruza el Pacífico y se adentra en el Atlántico, lo que potencia el movimiento ascendente a gran escala y reduce la cizalladura. Las condiciones deberían volverse especialmente favorables durante la segunda y tercera semana de agosto, lo que coincide bastante bien con la climatología a largo plazo de cuándo el Atlántico comienza a estar más activo».
«En resumen, julio debería terminar sin grandes cambios, pero tendremos que estar atentos a un repunte de la actividad en la primera y segunda semana de agosto», dijo Lowry.
¿Qué es la Oscilación Madden-Julian?
Algo a lo que hay que estar atento durante las próximas semanas es al paso de la rama ascendente de la Oscilación Madden-Julian o MJO, que hasta ahora no ha tenido mucha influencia en la temporada de huracanes, explicó Lowry a USA TODAY.
La MJO es una perturbación que se desplaza hacia el este y que afecta a las nubes, las precipitaciones, los vientos y la presión, atraviesa el planeta en los trópicos y vuelve a su punto de partida inicial en un plazo medio de entre 30 y 60 días, según señaló el meteorólogo Jon Gottschalck, del Centro de Predicción Climática, en un informe en línea. La MJO influye en la actividad de los ciclones tropicales tanto en la cuenca oriental del Pacífico como en la del Atlántico durante el verano del hemisferio norte.
«A medida que nos acercamos a principios de agosto, la Oscilación Madden-Julian debería entrar en fases más favorables para la actividad de los huracanes en el Atlántico», dijo Klotzbach. «Normalmente, las fases 1-3 son cuando el Atlántico realmente se intensifica». Dijo que el último modelo de pronóstico europeo indica que la MJO entrará en la fase 1 la primera semana de agosto.
¿Las aguas están lo suficientemente cálidas como para que se desarrollen huracanes?
Los huracanes necesitan agua cálida para formarse, preferiblemente a 79 grados o más, y la temperatura del agua en una zona clave del Atlántico está empezando a subir:
«Uno de los mayores cambios que he observado en las últimas semanas es un calentamiento considerable de la denominada Región Principal de Desarrollo (MDR) del Atlántico por encima de sus medias estacionales», afirmó Lowry. «Al comenzar la temporada de huracanes en junio, las aguas de esta zona clave del Atlántico, donde se originan la mayoría de nuestros huracanes más fuertes, tenían temperaturas normales o incluso por debajo de la media».
Afirmó que, durante la semana pasada, las temperaturas del agua de la MDR han alcanzado el séptimo lugar entre las más cálidas registradas por satélite (desde 1981), solo ligeramente por debajo de las de 2017 y 2005 en este momento de la temporada. Al mismo tiempo, dijo que el cinturón de agua justo al norte de los trópicos se ha enfriado desde el comienzo de la temporada, creando una orientación más propicia que favorece el ascenso del aire y las tormentas en el Atlántico tropical.
«El MDR central parece razonablemente preparado para el desarrollo», señaló el meteorólogo de Weather Trader, Ryan Maue, en una publicación de Substack.
¿Cuál es la situación del polvo del Sáhara? ¿Y la alta presión de las Bermudas?
«En cuanto al polvo del Sáhara, ha sido el más bajo registrado hasta ahora en esta temporada de huracanes. Esto podría ser en realidad un síntoma de ondas tropicales menos robustas que transportan el polvo a través del Atlántico, pero durante la última semana, las ondas han sido notablemente más fuertes», dijo Lowry.
«El polvo disminuye rápidamente en agosto, por lo que, salvo brotes esporádicos, el polvo del Sáhara deja de ser un factor importante en agosto y septiembre», añadió.
En cuanto al anticiclón de las Bermudas, una fuerte zona de alta presión en el Atlántico, Hazelton dijo: «El anticiclón de las Bermudas, más fuerte este verano (y que ha traído mucha humedad a Estados Unidos, lo que ha agravado las inundaciones), también puede traer más aire seco desde Europa al Atlántico, lo que frena la formación de huracanes. Veremos si ese patrón cambia a medida que nos acercamos a mediados de agosto».
Se sigue esperando una temporada de huracanes difícil
Según las previsiones previas a la temporada de la NOAA, se sigue esperando que la temporada 2025 tenga entre 13 y 19 tormentas con nombre, y que entre seis y diez de ellas se conviertan en huracanes. El sitio web de la agencia subraya la importancia de estar preparados independientemente de las previsiones para la temporada de huracanes.
Conexión Profética:
“El subyugador Espíritu de Dios se está retirando ahora mismo del mundo. Los huracanes, las tormentas, las tempestades y los desastres producidos en mar y tierra se suceden unos a otros rápidamente. Las señales que se acumulan a nuestro alrededor, que abran de la cercanía de la venida del Hijo de Dios, se atribuyen a cualquier causa menos a la verdadera…” Maranatha, pág. 174.
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