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Por el Dr. Michael Gregor

El riesgo de cáncer de colon en los países occidentales se puede reducir al disminuir la ingesta de productos animales, y por lo tanto, disminuir los factores «agresivos» como la proteína y la grasa animal. La grasa animal puede estimular la síntesis y secreción de ácidos biliares en el intestino.

La bilis ayuda al cuerpo a digerir la grasa. Por lo tanto, más grasa significa más bilis en los intestinos, lo que no sería un problema, excepto que por los ácidos biliares, especialmente los secundarios, durante mucho tiempo se ha sospechado que son cancerígenos. Los ácidos biliares estimulan el crecimiento de bacterias, que convierten los ácidos biliares primarios que nuestros hígados producen en ácidos biliares secundarios. Los ácidos biliares secundarios han demostrado ser causantes de cáncer.

Esto podría ayudar a explicar la relación que tiene el cáncer de colon con las dietas ricas en grasas. El alto consumo de grasas saturadas se asocia con los niveles elevados de bilis, que es lo que suele observarse en personas con cáncer de colon. Estas son consideradas como factores que producen tumores en el desarrollo del cáncer colorrectal y quizás también en el cáncer de mama, ya que estos ácidos biliares secundarios pueden ser absorbidos en el torrente sanguíneo y circular por todo el cuerpo.

Esto nos ayuda a explicar las proporciones extremadamente bajas de cáncer de colon en el África subsahariana, a diferencia de los afroamericanos, los africanos nativos producen solo una fracción de ácidos biliares secundarios. Bueno, si una dieta rica en grasa animal estimula el crecimiento de estas bacterias tóxicas y cancerígenas secundarias productoras de sal biliar, ¿qué pasa con las dietas que no incluyen grasa animal?

Hemos sabido por más de 40 años que aquellos que comen dietas basadas en plantas tienen menos bilis en sus heces fecales y una capacidad reducida para crear carcinógenos del colon. Los que consumen alimentos vegetarianos solo producen una fracción de algunos de los ácidos biliares secundarios implicados en el cáncer, siendo alrededor de un 70% menos. En solo una semana con una dieta basada en plantas, la actividad enzimática bacteriana que produce estos ácidos biliares secundarios se reduce a la mitad. Dentro de un mes, la presencia de los ácidos biliares secundarios se reduce a la mitad, también.

Uno de los efectos tóxicos más importantes de estos ácidos biliares (los BAs en nuestros BMs), es el aumento de la producción de radicales libres. Esto es una de las formas en que pueden dañar nuestro ADN y desestabilizar nuestras vías de reparación del ADN.

Los radicales hidroxilos son uno de los radicales libres más destructivos que pueden aumentar el riesgo de cáncer de colon. Solo duran aproximadamente una billonésima de segundo pero, en ese momento, pueden convertir sustancias inofensivas en el intestino en sustancias mutagénicas y dañinas para el ADN, y se cree que los ácidos biliares promueven este proceso. Pero, cambiando a una dieta vegetariana durante solo 12 días, puede reducir 13 veces la producción de radicales libres de hidroxilo.

Por lo tanto, hemos visto que los radicales libres fecales pueden activar carcinógenos en el colon. En una dieta estadounidense estándar, la cantidad de radicales libres producidos en las heces es bastante notable, lo que corresponde a una dosis fatal de radiación gamma. ¿Entonces qué hacemos al respecto? ¿Cuál es una medida factible y práctica para disminuir la formación de radicales libres en nuestro colon? Podríamos intentar «llenar de bacterias genéticamente modificadas que producen antioxidantes el colon de pacientes que están en alto riesgo», pero ¿por qué no simplemente comer una dieta más rica en plantas?

Source References

• Stop Creating So Many Free Radicals in Your Colon

Nuestra nota: «Los cereales, las frutas carnosas, las oleaginosas y las legumbres constituyen el alimento escogido para nosotros por el Creador. Preparados del modo más sencillo y natural posible, son los comestibles más sanos y nutritivos. Comunican una fuerza, una resistencia y un vigor intelectual que no pueden obtenerse de un régimen alimenticio más complejo y estimulante.» El Ministerio de Curación, página 228.