Timely and Inspiring Prophetic Analysis so you can Prepare.

Si bien es difícil saber cuánto de lo que prometió Donald Trump durante su campaña se hará realidad cuando sea presidente de los Estados Unidos, sí hay muchas cosas que ofenderán a los obispos católicos.

Trump ha hablado sobre sellar la frontera de Estados Unidos y México (sea con un muro o no), deportar a millones de inmigrantes, adoptar una estrategia que ubique a los Estados Unidos en primer lugar en las políticas y tratados internacionales, apuntando al NAFTA y a los pactos transpacíficos y trasatlánticos.

También ha prometido poner en su lugar los viejos embargos impuestos por años a Cuba, volver a imponer las sanciones y cerrar la embajada de Estados Unidos recientemente abierta en la Habana si Cuba continúa siendo un estado con un sólo partido.

“Asumiendo que pueda avanzar con todos estos compromisos, Trump estaría estrellando un camión directamente contra los objetivos geopolíticos del Papa Francisco para las Américas y redefiniendo las prioridades públicas de la iglesia en Estados Unidos por una generación”.

El Estrecho de la Florida y la frontera de Estados Unidos con México son para el Papa Francisco como lo fueron para el Papa Juan Pablo II, la Cortina de Hierro y el Muro de Berlín. El Papa Francisco ha tratado de reemplazar esos muros de división con puentes de fraternidad. Enérgicamente, él ha servido como mediador de un histórico deshielo en las relaciones diplomáticas entre Washington y la Habana a fin de terminar con el aislamiento de Cuba.

Si el señor Trump vuelve a una línea dura con Cuba, hará que se endurezca el régimen de Castro, quien ve la democracia como una amenaza para que su poderoso enemigo se trague a Cuba. Y si Trump intenta un programa de deportación masiva, encontrará una resuelta resistencia católica.

Hay señales de que “el gigante dormido de la unidad inter-católica” está comenzando a despertarse. Los obispos del norte y sur de la frontera mexicana junto con los de los Estados Unidos están trabajando en la celebración del décimo aniversario del gran sínodo interamericano desarrollado en Aparecida, Brasil y conocido como Conferencia General CELAM. La celebración será un momento poderoso y profético para el catolicismo continental a fin de construir puentes y contrarrestar nuevos muros. Será difícil para el Papa Francisco resistir la invitación y no estar presente.

Si Trump lleva a cabo su agenda, es muy probable que encienda el otro objetivo papal geopolítico en las Américas, llamado como Patria Grande, el cual envuelve una mayor integración del continente latinoamericano. Esto es parte de la globalización e involucra los tratados de comercio que van más allá del NAFTA tales como el Pacto Andino, Mercosur y ahora UNASUR, el cual representa la unión de 12 naciones sudamericanas. Se espera que UNASUR anuncie un parlamento que cobije todo el continente con sede en Cochabamba, Bolivia. México podría unirse a UNASUR si Estados Unidos impone impuestos altos a los productos mexicanos.

El organismo propio de la iglesia católica, CELAM, ha estado detrás de todos estos acuerdos comerciales y de la globalización. “En resumen, cuando se trata de iniciativas internacionales que eliminan las fronteras y abarcan todo el continente, la experiencia de la iglesia latinoamericana es insuperable. Y ahora con el ascenso de Trump, la iglesia, bajo el liderazgo de un Papa latinoamericano, está llamada a tener un mayor papel: no sólo para resistir las deportaciones y terminar con el embargo de Cuba sino también para fortalecer los organismos entre las Américas”.

“Y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia”. Apocalipsis 13:3.

Source References

• Trump could awaken the sleeping giant of American Catholic unity