The Epoch Times, por Eva Fu: En los últimos enfrentamientos entre la policía y los manifestantes contra el proyecto de ley de extradición se desplegaron cañones de gas lacrimógeno y agua, lo que marcó otro fin de semana agitado en Hong Kong. A última hora de la tarde, la policía entró en las estaciones del metro en un intento de arrestar a los manifestantes, hiriendo a pasajeros desarmados.
Decenas de miles de manifestantes salieron a las calles a pesar de que la policía prohibió una marcha prevista para el 31 de agosto y advirtió repetidamente a los ciudadanos que éstas serían reuniones ilegales.
Justo el día anterior la policía arrestó a varios activistas y legisladores prominentes a favor de la democracia, lo que suscitó la preocupación de que el gobierno de Hong Kong estuviera orquestando un clima de miedo para disuadir a los manifestantes de salir del país.
El 31 de agosto tiene un significado especial para Hong Kong. Hace cinco años, en la misma fecha, Pekín anunció una política estricta que negaba el sufragio universal a los habitantes de Hong Kong en las elecciones para el jefe del ejecutivo de la ciudad, el más alto funcionario.
En la actualidad, los candidatos son seleccionados por Beijing y un comité electoral de 1.200 escaños compuesto en su mayoría por élites favorables a Beijing que votan por el jefe del ejecutivo. El Frente de Derechos Humanos Civiles planeó originalmente una marcha para convocar a elecciones democráticas y libres y aclarar la sistemática desestimación por parte del gobierno de las demandas de los manifestantes en la crisis del proyecto de ley de extradición.
La ira se ha estado gestando por el proyecto de ley de extradición, ahora suspendido, que permitiría al régimen chino transferir a personas para su enjuiciamiento en el sistema judicial del continente. Muchos temen que el proyecto de ley erosione la autonomía de la ciudad. Además de los llamamientos a favor de una mayor democracia, los manifestantes dijeron que desean ver la retirada total del proyecto de ley y una investigación independiente sobre el uso de la fuerza por parte de la policía durante las recientes manifestaciones.
Zona de Guerra
A primera hora de la tarde, muchos se unieron a la marcha organizada de un grupo cristiano para «orar por la pecadora de Hong Kong (directora ejecutiva) Carrie Lam», cantando «Canta aleluya al Señor», que ha surgido como un himno no oficial desde que comenzaron las protestas masivas en junio.
Otros se reunieron en el área comercial de Causeway Bay o Chater Garden en el distrito comercial Central, desafiando la lluvia con sus paraguas.
Por la noche los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes rompieron el ritmo pacífico de las concentraciones de la tarde, repitiendo el patrón de las protestas del fin de semana pasado.
La policía desplegó camiones con cañones de agua varias veces, tirandoles agua teñida de azul que facilitaría a la policía la identificación de los manifestantes de primera línea. La policía persiguió a los manifestantes y los golpeó con porras, hiriendo a varias personas en la cabeza. Una persona resultó herida en el ojo izquierdo, supuestamente por un proyectil disparado por la policía.
En Hennessy Road, donde se habían reunido muchos manifestantes, la policía disparó varias rondas de gas lacrimógeno y granadas de esponja.
La policía también confirmó que dispararon dos balas cerca de Victoria Park. No se reportaron heridos en el área. No está claro por qué la policía decidió desplegar sus armas de servicio en ese momento.
Hacia la medianoche la violencia se extendió a las estaciones del metro del distrito de Kowloon.
En la estación de metro Prince Edward y en varias otras estaciones de Kowloon, la policía entró a la estación y a los vagones de tren, desplegando spray de pimienta y golpeando con sus porras. Los agentes arrestaron al menos a una docena de personas. Varios pasajeros desarmados fueron vistos sangrando por las heridas.
Según la prensa local In-media Hk, la policía impidió que se cerrara la puerta del tren, gritando que necesitaban aumentar sus fuerzas para hacer frente a las «cucarachas» del interior, forma en que algunos policías han utilizado para describir a los manifestantes.
A los reporteros que se encontraban en el lugar de los hechos se les negó el acceso y se les impidió realizar entrevistas.
El sistema del metro suspendió los servicios de al menos cinco líneas principales el sábado por la noche debido a las operaciones policiales.
Los videos que circulaban en línea mostraban una persona con botiquín de primeros auxilios rogando a la policía que le permitiera entrar en la estación de Yau Ma Tei para ayudar a los pasajeros heridos. Las puertas de la estación fueron cerradas por la policía.
La policía emitió una declaración en la que afirmaba que habían entrado en las estaciones de metro para impedir que los manifestantes vandalizaran los bienes públicos, aunque los activistas a favor de la democracia han cuestionado la validez de tales afirmaciones.
Lam Cheuk-ting, un legislador del Partido Democrático de Hong Kong, criticó a la policía por crear pánico al emplear la fuerza indiscriminadamente en lugares tan estrechos y cerrados como los trenes.
Los manifestantes también sospecharon que algunos policías se hicieron pasar por ellos. Varios hombres vestidos de negro fueron vistos ayudando a hacer arrestos de manifestantes en la escena. En algunos videos y fotos, hombres vestidos de negro con pistolas y fundas fueron capturados lanzando bombas de gasolina.
Nuestro Comentario:
Un espíritu de agitación es una característica del fin de los tiempos.
Conexión Profética:
“Al mismo tiempo la anarquía trata de hacer desaparecer toda ley, no sólo divina sino humana. La concentración de la riqueza y el poder, las vastas combinaciones hechas para el enriquecimiento de unos pocos a expensas de la mayoría; la unión de las clases más pobres para organizar la defensa de sus intereses y derechos; el espíritu de inquietud, desorden y derramamiento de sangre; la propagación mundial de las mismas enseñanzas que produjeron la Revolución Francesa, tienden a envolver al mundo entero en una lucha similar a la que convulsionó a Francia.” La Educación, pág. 228.