Religious Liberty TV, por Michael Peabody: Durante la ceremonia del Día Nacional de la Oración del 1 de mayo de 2025 en la Casa Blanca, el presidente Donald Trump presentó la Comisión de Libertad Religiosa con un comentario llamativo: «Dicen: ‘Separación entre Iglesia y Estado’. Yo dije: ‘Muy bien, olvidémonos de eso por una vez’». Y añadió: «¿Es algo bueno o malo? No estoy seguro», antes de decir a los líderes religiosos: »Haya separación o no, ustedes están en la Casa Blanca, donde deben estar, y están representando a nuestro país, y estamos trayendo la religión de vuelta a nuestro país.»
Si bien Trump es conocido por utilizar hipérboles y frases provocativas para atraer a su base política, sus declaraciones -junto con el lanzamiento oficial de una Comisión de Libertad Religiosa respaldada por el gobierno federal- han renovado el escrutinio legal sobre la línea que separa el gobierno de la religión.
La orden ejecutiva establece un órgano de 14 miembros, presidido por el vicegobernador de Texas, Dan Patrick, y vicepresidido por el ex secretario del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD), el Dr. Ben Carson. Incluye a figuras religiosas como el cardenal Timothy Dolan, el obispo Robert Barron y Franklin Graham, junto a personalidades públicas como el Dr. Phil McGraw. La comisión está autorizada hasta el 4 de julio de 2026, coincidiendo con el 250 aniversario de Estados Unidos.
Según la Casa Blanca, la comisión tiene el cometido de presentar un informe sobre:
– Los fundamentos «espirituales y filosóficos» de la libertad religiosa.
– Las amenazas a la libertad religiosa a nivel nacional y mundial.
– Recomendaciones políticas para proteger los derechos de conciencia, el control de los padres en la educación y la autonomía religiosa institucional.
– Recomendaciones sobre medidas legislativas y ejecutivas para salvaguardar la libertad religiosa.
El panel también proporcionará orientación continua al Consejo de Política Interior y a la Iniciativa Fe y Oportunidad de la Casa Blanca. La orden anima explícitamente a la comisión a proponer métodos para celebrar el «pluralismo religioso pacífico», al tiempo que da prioridad a la protección de los lugares de culto, la educación religiosa y las organizaciones de servicios confesionales.
Algunos defensores, sin embargo, señalan que este tipo de comisiones corren el riesgo de privilegiar las perspectivas religiosas dominantes, en particular el cristianismo. Los críticos sostienen que esta iniciativa no trata tanto de proteger la libertad religiosa en sentido amplio como de reforzar los valores cristianos conservadores a través de la política gubernamental. Rachel Laser, presidenta de Americans United for Separation of Church and State (Estadounidenses Unidos por la Separación de la Iglesia y el Estado), afirmó: «Esta comisión no trata de la libertad religiosa, sino de promover el nacionalismo cristiano».
El estilo de exageración de Trump, aunque descontado como mera retórica y a menudo entretenido, puede llegar a tener más consecuencias cuando se incrusta en la acción oficial del gobierno. Cuando un presidente bromea sobre ignorar la Primera Enmienda mientras firma una orden que faculta a los líderes religiosos para dar forma a las políticas públicas, es algo que hay que seguir de cerca.
La comisión no tiene poder político directo, pero podría influir en futuras medidas ejecutivas, legislación y normas de los organismos. El alcance de sus recomendaciones -sobre cuestiones que van desde la elección de escuela hasta las exenciones de conciencia en la atención sanitaria- podría crear enfrentamientos legales sobre si la libertad religiosa se está utilizando para justificar la discriminación o la exclusión en las instituciones públicas.
Sus partidarios, incluidos muchos de los miembros de la comisión, afirman que la iniciativa es una respuesta necesaria a lo que describen como un clima cada vez más hostil para las personas de fe.
Se espera que la comisión emita su informe final al presidente antes del 4 de julio de 2026. Hasta entonces, estaremos atentos a cómo aborda la comisión el delicado equilibrio entre la defensa de la religión y la neutralidad constitucional entre los grupos confesionales.
Conexión Profética:
“Me fue mostrado que Satanás se nos está adelantando. La ley de Dios ha de ser invalidada por los instrumentos de Satanás. En nuestro país que se jacta de la libertad, se acabará la libertad religiosa. Se definirá el conflicto sobre la cuestión del sábado, y esto conmoverá a todo el mundo.” El Evangelismo, pág. 175.