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La Nueva Era de Audacia Papal

«Debemos prepararnos para una nueva era de audacia política de la Santa Sede», dijo durante una entrevista en el 2014, Marco Impagliazzo, presidente de la Comunidad de San Egidio con sede en Roma. Políticamente hablando, algunos creen que el Papa Francisco es más importante que incluso Juan Pablo II, quien trabajó con el presidente estadounidense Ronald Reagan para diseñar el colapso del comunismo europeo. Francisco, siendo el primer Papa de un mundo en desarrollo, tiene una comprensión de todos los asuntos importantes que enfrenta el mundo hoy en día: la pobreza, la inmigración, el medio ambiente y la guerra. Y está usando su púlpito e influencia geopolítica para hacer algo al respecto.

Por ejemplo, el Papa Francisco fue quién favoreció el acercamiento de los Estados Unidos y Cuba a través de sus cartas personales y privadas con el presidente Obama y el dictador Raúl Castro. Ahora, las dos naciones se hallan en camino hacia la consolidación de relaciones diplomáticas plenas.

En el año 2013, cuando Estados Unidos estaba tratando de conseguir apoyo para una guerra contra el dictador sirio Bashar al-Assad debido al uso que éste hizo de gas sarín con su propio pueblo, el Vaticano pudo ver, a través de contactos con líderes católicos y de otras denominaciones en el Medio Oriente, que la eliminación de Assad podría generar graves consecuencias dando paso a algo mucho peor para las comunidades católicas y cristianas que vivían en Siria. El surgimiento del grupo radical ISIS y sus ataques a las comunidades cristianas en lo que ellos llaman su «califato» en Irak y Siria, ha demostrado aquello por lo cual los eclesiásticos estaban preocupados.

El 7 de septiembre de 2013, Francisco presidió una vigilia de oración de cinco horas para Siria. El Vaticano estima que cientos de millones de personas en todo el mundo vieron la vigilia de oración en la televisión. Después de eso, las naciones occidentales dejaron de promover la guerra contra Assad. Más tarde, cuando visitó Jordania, los refugiados sirios levantaban señales de agradecimiento hacia el pontífice por «salvar a nuestro país.»

El Papa Francisco está logrando rescatar la arrogancia geopolítica del Vaticano después de un papado disfuncional y el escandaloso liderazgo de Benedicto XVI.

Luego, en junio de 2014, el Papa Francisco dio el audaz paso de invitar a los presidentes de Israel y Palestina al Vaticano, «mi casa», como él la llamó, para orar por la paz. Tanto Shimon Pérez como Mahmoud Abbas aceptaron la invitación y en la reunión de oración ofrecida el 8 de junio, se abrió un nuevo canal de retorno a la diplomacia «bajo el manto de la piedad religiosa», mientras que también se legitimaba la oración como un medio de comunicación con y entre otras religiones, especialmente aquellas en conflicto. A través de un cuidadoso manejo de las percepciones, el Papa también invitó al patriarca Bartolomé I de Constantinopla en un gesto ecuménico para demostrar que no se trataba de un proyecto del Vaticano, sino de un proyecto más amplio de toda la comunidad cristiana. También demostró que el Vaticano está tratando de construir relaciones ecuménicas detrás de las diplomáticas iniciativas de paz.

Francisco quiere ser visto como el «Papa de la paz», pero sus acciones provienen de una muy buena política. Dado que muchos conflictos tienen cuestiones religiosas subyacentes, el Papa puede involucrarse como ningún otro líder secular o diplomático podría. Y Francisco lo ha hecho muy personal. Su carisma le ha ayudado a «forjar» iniciativas de paz específicas para cada situación basadas en sus vínculos personales.

El Papa y el Vaticano aprovechan el proceso de paz para desarrollar el fuerte apoyo de la iglesia y aumentar su influencia geopolítica. Mientras la influencia papal crece dramáticamente bajo el papado de Francisco, estén atentos a movimientos más espectaculares que harán que todos los reyes de la tierra busquen su consejo, apoyo y colaboración.

«Y con paz destruirá a muchos» Daniel 8:25, Versión Reina Valera Gómez.

Este artículo se basa parcialmente en el nuevo libro de John L. Allen Jr. titulado The Francis Miracle: Inside the Transformation of the Pope and the Church, publicado por Time Books.


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