AP News, por Jim Gomez y Aaron Favila: Un fuerte terremoto desencadenó el miércoles desprendimientos de tierra y dañó edificios en el norte de Filipinas, causando al menos cinco muertos y decenas de heridos. En la capital, los pacientes de los hospitales fueron evacuados y las personas aterrorizadas salieron a la calle.
El terremoto de 7 grados de magnitud se centró en una zona montañosa de la provincia de Abra, dijo Renato Solidum, director del Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología, que describió la sacudida de media mañana como un terremoto de gran magnitud.
«El suelo tembló como si estuviera en un columpio y las luces se apagaron de repente. Salimos corriendo de la oficina, y oí gritos y algunos de mis compañeros lloraban», dijo Michael Brillantes, funcionario de seguridad de la ciudad de Abra, Lagangilang, cerca del epicentro.
«Fue el terremoto más potente que he sentido y pensé que el suelo se abriría», dijo Brillantes a The Associated Press por teléfono móvil.
Al menos cinco personas murieron, la mayoría en estructuras derrumbadas. Un aldeano murió al ser golpeado por la caída de losas de cemento en su casa en Abra, donde decenas de personas resultaron heridas. En la provincia de Benguet, un trabajador murió aplastado al derrumbarse un pequeño edificio que estaba en construcción en la ciudad montañosa de La Trinidad, dedicada al cultivo de fresas.
Cientos de casas y edificios tenían paredes agrietadas, incluidos algunos que se derrumbaron en Abra, donde el presidente Ferdinand Marcos Jr., que asumió el cargo hace menos de un mes, tenía previsto viajar el jueves para reunirse con las víctimas y los funcionarios locales.
Marcos Jr. dijo en una conferencia de prensa que estaba en su oficina en el complejo del palacio presidencial de Malacanang, situado a orillas del río, cuando las lámparas comenzaron a oscilar y a hacer ruidos. «Fue muy fuerte», dijo sobre el temblor del suelo.
En una escalofriante experiencia cercana a la muerte, el fotoperiodista filipino Harley Palangchao y sus acompañantes viajaban cuesta abajo en dos furgonetas en la Provincia de la Montaña cuando de repente oyeron un ruido sordo como el de un trueno y vieron una avalancha de rocas del tamaño de un coche que llovía justo delante de ellos desde una imponente montaña.
En medio de los gritos de sus compañeros de furgoneta para que «¡regresen, regresen!», el padre de tres hijos, de 44 años, levantó su cámara en el asiento delantero y tomó lo que temía podrían ser las últimas fotos de su vida. La furgoneta que les precedía fue rozada por una roca, hiriendo a uno de ellos, pero él y los demás ocupantes de la segunda furgoneta retrocedieron lo suficientemente rápido y salieron ilesos.
«Pensé que debería haber al menos un registro si nos pasaba algo», dijo Palangchao a la AP. «Fue una experiencia horrible».
La Cruz Roja publicó una imagen de un edificio de tres pisos precariamente inclinado hacia una carretera cubierta de escombros en Abra. Un vídeo tomado por un testigo en estado de pánico mostraba partes de la torre de una antigua iglesia de piedra desprendiéndose y cayendo en una nube de polvo en la cima de una colina.
Los pacientes, algunos en silla de ruedas, y el personal médico fueron evacuados de al menos dos hospitales de Manila, a unos 300 kilómetros (200 millas) al sur de Lagangilang, pero más tarde se les dijo que regresaran después de que los ingenieros sólo encontraran algunas grietas menores en las paredes.
La fuerza del terremoto se redujo de la magnitud inicial de 7,3 tras un análisis más detallado. El terremoto se produjo por el movimiento de una falla local a una profundidad de 17 kilómetros (10 millas), dijo el instituto, añadiendo que esperaba daños y más réplicas.
Filipinas se encuentra en el «Cinturón de Fuego» del Pacífico, un arco de fallas alrededor del Océano Pacífico donde se producen la mayoría de los terremotos del mundo. También es azotada por unos 20 tifones y tormentas tropicales cada año, lo que la convierte en uno de los países más propensos a las catástrofes.
Un terremoto de magnitud 7,7 mató a casi 2.000 personas en el norte de Filipinas en 1990.
Conexión Profética:
“En las desgracias y calamidades de mar y tierra, en las grandes conflagraciones, en los tremendos huracanes y en las terribles tempestades de granizo, en las inundaciones, en los ciclones, en las mareas extraordinarias y en los terremotos. Destruye las mieses casi maduras y a ello siguen la hambruna y la angustia; propaga por el aire emanaciones mefíticas y miles de seres perecen en la pestilencia. Estas plagas irán menudeando más y más y se harán más y más desastrosas. La destrucción caerá sobre hombres y animales.» El conflicto de los Siglos, pág. 647.