Desde el 1 al 3 de octubre, Carolina del Sur fue impactada por la peor parte de la tormenta, la cual vertió enormes cantidades de lluvia en todo el Estado. También otros Estados de la costa este de Estados Unidos resultaron afectados. Entre las ciudades más afectadas, se encuentran Columbia y Charleston, donde las lluvias torrenciales dejaron en algunos lugares, niveles históricos de agua de hasta 2 pies (como 600 milímetros). Al menos siete muertes relacionadas con el clima fueron atribuidas a la tormenta debido a que automovilistas y residentes quedaron atrapados en sus vehículos y viviendas inundadas.
Antes del amanecer del domingo, los equipos de rescate estuvieron muy ocupados atendiendo 750 llamadas en un período de 12 horas. Hubo cientos de carreteras cerradas en los estados afectados. Se impuso a los residentes el toque de queda nocturno para evitar saqueos. Muchos residentes se quedaron sin agua potable y se les aconsejó hervir el agua del grifo antes de beberla.
El Servicio Meteorológico Nacional en Charleston dijo que la cantidad de lluvia, la cual se prevé que continuará hasta el lunes, fue «alucinante». Mount Pleasant, un suburbio de Charleston tuvo un nivel histórico de lluvias de más de 600 milímetros el sábado, mientras Columbia, la capital del Estado también completaba un nuevo record con más de 255 milímetros.
La gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, dijo que los socorristas estaban luchando contra inundaciones y lluvias que sólo ocurrían cada 1.000 años. El meteorólogo Dan Pydynowski dijo que este tiempo había sido el peor desde el huracán Hugo en 1989.
Haley llamó a 600 efectivos de la Guardia Nacional para ayudar en las labores de rescate.
Gran parte de la costa este de los Estados Unidos resultó saturada por las lluvias desde el jueves. 50.000 residentes se quedaron sin electricidad. Existe una preocupación constante porque ocurran catástrofes por las inundaciones y posibles derrumbes y deslizamientos de tierra en las elevaciones más altas de Carolina del Sur y Georgia. Tres condados de Virginia también se encontraban bajo advertencia de inundaciones repentinas.
El servicio meteorológico culpó a un sistema de baja presión que se había estancado sobre el estado de Carolina del Sur como la razón de que tal lugar llevara la peor parte de la tormenta. El huracán Joaquín, que no tocó tierra, también contribuyó con viento y lluvia a la tormenta de Carolina del Sur. El centro de Columbia y el condado de Richland fueron las más afectadas por la tormenta.
«Satanás obra asimismo por medio de los elementos para cosechar muchedumbres de almas aún no preparadas. Tiene estudiados los secretos de los laboratorios de la naturaleza y emplea todo su poder para dirigir los elementos en cuanto Dios se lo permita». El Conflicto de los Siglos, página 575.
«Hombres que estarán ocupando puestos de responsabilidad, no solamente ignorarán y despreciaran el sábado ellos mismos, sino que desde sus sagrados púlpitos instarán a la gente a la observancia del primer día de la semana, recurriendo a la tradición y a la costumbre en favor de esta institución hecha por el hombre. Señalarán las calamidades en tierra y mar—las tormentas, inundaciones, terremotos y la destrucción por fuego—como juicios que indican el desagrado de Dios a causa de que el domingo no es observado como santo. Estas calamidades aumentarán más y más; un desastre seguirá de cerca al otro; y los que invalidan la ley de Dios señalarán a los pocos que guardan el sábado del cuarto mandamiento como los responsables de la ira que se manifiesta sobre el mundo. Esta falsedad es el medio que Satanás usa para entrampar a los incautos». Servicio Cristiano, pág. 193.
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