El Presidente Ruso, Vladimir Putin, firmó una ley contra el terrorismo en el cual restringe severamente la libertad religiosa en Rusia. La nueva ley es conocida como la «ley Yarovaya» debido a que fue Irina Yarovaya quien redactó el texto tras el bombardeo mortal de un avión ruso, así como los ataques de París en noviembre pasado.
Los críticos que apodan el paquete como la «Ley del Hermano Mayor» debido a sus disposiciones relacionadas con los medios de comunicación social, están preocupados porque esta legislación draconiana restringirá grandemente el evangelismo y la libertad religiosa. Es una de las leyes más restrictivas de la historia posterior a la unión soviética y hace remembranza a esa época del año 1929.
Esta ley de gran alcance también exige a las compañías telefónicas el almacenamiento de las llamadas y mensajes de texto de por lo menos los últimos 6 meses. La ley también aumenta las sentencias por apoyar, realizar o financiar el terrorismo y hace punible cualquier invitación al terrorismo hecha por Internet o por justificaciones públicas del mismo en redes sociales.
Pero el gran problema es el efecto de la ley en los misioneros cristianos. Esta ley ley restringe que individuos lleven a cabo cualquier actividad si no están afiliados a organizaciones registradas. No se le permitirá hablar en las iglesias a los misioneros extranjeros a menos que cuenten con un permiso de trabajo por parte de las autoridades rusas. Cualquier conversación sobre Dios con personas no creyentes será considerada como actividad misionera y será castigada por la ley. Además, la ubicación donde dicho trabajo misionero puede desarrollarse se limita a los lugares de culto y sitios religiosas relacionados. No se permitirá actividades religiosas en los hogares, convirtiendo al movimiento hogar-iglesia en algo ilegal.
La ley también castiga con rigor a los que compartan la fe en línea. Cualquiera que tenga 14 años o más y sea encontrado predicando será procesado. Además, cada ciudadano deberá reportar cualquier actividad religiosa a las autoridades o de lo contrario tendrá que enfrentar el castigo.
El lenguaje vago de la ley podría dar lugar a abusos por funcionarios públicos, afirman los críticos. Las multas por violación están en el rango de $780 por individuo a $15,500 por organización.
A pesar de las protestas, especialmente de los líderes protestantes, incluyendo la Iglesia Adventista del Séptimo Día, así como líderes judíos y musulmanes, el proyecto de ley fue aprobado por ambas cámaras de la Asamblea Federal de Rusia. La ley hará que la iglesia vuelva a pasar por la persecución de la era soviética”, dijo Hannu Haukka, presidente del ministerio mediático La Gran Comisión.
El ministerio Guardad la Fe predijo hace una década atrás, que el tiempo para el evangelismo público en Rusia sería limitado.
«Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte». 2ª Corintios 12:10.