OneNewsNow, por Chad Groening y Steve Jordahl: A raíz de los trágicos tiroteos masivos en El Paso y Dayton, Estados Unidos está nuevamente buscando soluciones. OneNewsNow habló con varios líderes evangélicos que dicen que no se encontrarán soluciones en los pasillos del Congreso.
Mientras los disparos sonaban en Dayton, se informó que las personas que huían corriendo por sus vidas gritaban «tirador activo». Es una adición relativamente nueva al léxico estadounidense. Hace veinte años, antes del tiroteo de Columbine, la mayoría de las personas probablemente no habrían entendido lo que significaba. Luego vinieron Virginia Tech, Sandy Hook, Aurora Theatre, The Pulse, Las Vegas y Marjory Stoneman Douglas.
Durante un discurso ayer en la Casa Blanca, el presidente Donald Trump calificó las masacres del fin de semana como «ataques malvados» que son crímenes «contra toda la humanidad» y dijo que la unidad debe reemplazar al odio en la sociedad. Instó a ambas partes a dejar de lado el partidismo y encontrar soluciones a la violencia.
El Dr. Richard Land, presidente del Seminario Evangélico del Sur, argumenta que las soluciones van «mucho más allá» de las políticas públicas. «El control de armas es una respuesta demasiado simple», dice. «Eso es análogo a poner una curita en una arteria cortada.»
En cambio, dice que es una enfermedad que se encuentra profundamente en el alma estadounidense. «Estos tiroteos masivos son síntomas [y] erupciones que nos dicen que hay un río subterráneo de lodo espiritual y emocional corriendo debajo de nuestra sociedad», Land le dijo a OneNewsNow.
Estados Unidos, enfatiza, necesita tener un debate, hablar entre ellos, no el uno con el otro, para luego llegar a las causas fundamentales. Y esas causas son muchas, dice Land.
«Son problemas del corazón y problemas del alma: la falta de padre, el fracaso de nuestras ciudades, el racismo, la política de identidad, la glorificación sin sentido de la violencia en nuestros medios de comunicación y la falta de respeto y la burla sistemática a los agentes de policía», él enumera.
Y él dice que depende de los cristianos y la iglesia liderar el camino.
El obispo Consejero Nedd II, miembro de la junta de la Red de Liderazgo Negro del Proyecto 21, está de acuerdo con Land.
«Creo que la retórica alcanza su punto más alto en ambos lados», comienza Nedd. «Pero lo que he estado insistiendo es que todo el mundo tiene un montón de posiciones arraigadas en muchos temas y la gente está molesta en este momento, y el criticismo está en un nivel récord. Parece que hemos perdido nuestra cortesía.»
Nedd tiene la honorable perspectiva de servir como agente en Pensilvania y rector en la Iglesia Anglicana.
«…Creo que una gran parte del problema es que tenemos tantos estadounidenses sin iglesia que no conocen ciertos fundamentos morales de nuestro país», sostiene. «No conocen la forma bíblica en que deberíamos tratar a otras personas que tienen puntos de vista diferentes a nosotros.»
El columnista Dr. Michael L. Brown está de acuerdo, diciendo que la raíz del problema es espiritual, no racial. En una columna publicada el lunes, renuncia categóricamente a la noción no bíblica de «nacionalismo blanco», que muchos críticos continúan citando a raíz de la masacre de El Paso.
Explica que «lo único que quería [enfatizar en la columna era que] repudiaba por completo el nacionalismo blanco como no bíblico, como no cristiano, e incluso como antipatriótico.
«El mismo nacionalista blanco que odia a las personas de color también odia a los judíos», señala en una entrevista con OneNewsNow. «Esto es algo más grande que la cuestión del color de la piel de alguien. Se trata de una ideología hostil y anti-Dios, y debe exponerse como tal.»
Brown sostiene que el presidente Trump, que ha tomado su énfasis de sus críticos desde los tiroteos, ha abrazado un nacionalismo no racista mientras que es menos que sutil con su cuenta de Twitter.
«Entiendo cómo algunos de sus comentarios han sido inflamables», reconoce, «[pero] creo que los medios izquierdistas son tan responsables de tergiversar sus comentarios y luego avivarlos aún más.»
El respetado columnista y apologista cristiano dice que desea ver un Estados Unidos temeroso de Dios. «[Eso es] un Estados Unidos que es predominantemente cristiano con muchos cristianos genuinos en medio de nosotros… cristianos [que] realmente practican su fe», afirma.
Esa es un Estados Unidos, concluye, que acoge con beneplácito todas las creencias y colores y creencias políticas, y une en lugar de dividir.
Nuestro Comentario:
El llamado para que los no creyentes regresen a Dios puede ser la base para introducir las leyes de adoración.
Conexión Profética:
“Los dignatarios de la iglesia y del estado se unirán para hacer que todos honren el domingo, y para ello apelarán al cohecho, a la persuasión o a la fuerza. La falta de autoridad divina se suplirá con ordenanzas abrumadoras. La corrupción política está destruyendo el amor a la justicia y el respeto a la verdad; y hasta en los Estados Unidos de la libre América, se verá a los representantes del pueblo y a los legisladores tratar de asegurarse el favor público doblegándose a las exigencias populares por una ley que imponga la observancia del domingo. La libertad de conciencia que tantos sacrificios ha costado no será ya respetada. En el conflicto que está por estallar veremos realizarse las palabras del profeta: «Airóse el dragón contra la mujer, y se fue para hacer guerra contra el residuo de su simiente, los que guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesús.» (Apocalipsis 12: 17, V.M.) El Conflicto de los Siglos, pág. 650