El paso del huracán Harvey dejó inundado el estado de Texas desde Galveston hasta Houston. Tras este desastre, considerado como el más costoso de la historia, el Presidente Trump firmó una proclamación declarando el domingo 03 de septiembre de 2017 como «Día Nacional de Oración» por Texas. Si bien debemos orar por Texas, ¿qué significa tener un día establecido legalmente como Día Nacional de Oración?
Consideremos lo siguiente: Los Estados Unidos recientemente legalizaron el matrimonio homosexual y le otorgaron todos los derechos y privilegios de los matrimonios heterosexuales. Esto terminó de socavar lo que quedaba de los fundamentos de la seguridad moral y prosperidad del país (Dios destruyó a Sodoma por un comportamiento similar). Concretamente, Houston ha sido una de las ciudades que ha enfrentado especialmente a los pastores evangélicos sobre sus puntos de vista sobre algunos de estos temas. ¿Podría el huracán ser interpretado como un castigo para la ciudad por su actitud contra los principios de Dios? ¿Podría el enemigo de las almas hacer escalar la decadencia moral nacional al punto de que las personas vean los desastres que él mismo trae sobre ellos como castigo divino? ¿Podrían ellos hacer que sus legisladores promulguen leyes de adoración dominical que realmente causen que la nación honre y adore al dragón pensando que prestan un servicio a Dios al atacar la actitud liberal hacia los requerimientos de Dios? (Apocalipsis 13:4).
El señor Trump se ha rodeado de muchas personas muy influyentes que son a su vez evangélicos conservadores en un esfuerzo por obtener su consejo sobre el funcionamiento del gobierno y darles más poder. Ellos están totalmente en desacuerdo con el matrimonio homosexual, el aborto y otras corrientes liberales, las cuales ven como pecaminosas. También ven que la libertad religiosa se encuentra amenazada. Es probable que estos evangélicos vean al huracán Harvey como una evidencia del disgusto de Dios –y como una advertencia para la nación en general– y aconsejen al señor Trump para que trabaje por la restauración nacional a fin de obtener el favor ante los ojos de Dios. De ahí, la instauración de un día de oración por Houston. ¿Pero se detendrá allí? Según la Biblia no se detendrá. Apocalipsis 13 predice que habrá penas severas por no adorar de la manera establecida por el gobierno.
Aunque deberíamos estar orando por Houston y sus víctimas, el escenario se está preparando para que la nación recurra a Dios con el fin de obtener alivio de grandes calamidades. Si los desastres van a continuar, (como es el caso del huracán Irma que está causando aún más estragos), ¿se irá a poner en marcha el cumplimiento de la profecía predicha en Apocalipsis 13? Una vez que la nación interprete los desastres naturales como castigo divino, nada va a detener a los líderes y legisladores de llevar estos asuntos a su conclusión lógica.
Algunos de los cambios que se realicen a las leyes de los Estados Unidos para adaptarlas a la perspectiva moral de los conservadores podrían ser buenos pero otros podrían ser llevados demasiado lejos y hacer obligatorio el cumplimiento de leyes que parecen diseñadas para restaurar el favor divino para con los Estados Unidos.
El enemigo es realmente astuto. Él va a actuar como un ángel de luz, como si fuese Cristo mismo. Pero seguir la tendencia evangélica no va a ser la solución. Solo aquellos que sean leales a la Palabra de Dios podrán escapar del engaño y evitar caer en la trampa del enemigo, la cual estará tan cuidadosamente disfrazada como si fuera en beneficio del bien común.
Aunque es bueno para una nación obedecer la voluntad revelada de Dios, el tiempo amerita que hagamos una pausa para reflexionar. Aquellos que comprenden la profecía bíblica, ven el peligro de que Satanás se haga ver como si fuese el verdadero Jesús, cuando en realidad están colaborando con el enemigo de las almas.
La polarización que se vive hoy en los Estados Unidos y los conflictos semejantes a una guerra civil que ocurren en algunas de sus ciudades; la decadencia moral y la presión liberal legal sobre los conservadores religiosos; sugieren que el país está al borde del caos político, social y moral. El surgimiento de la derecha religiosa y el Día Nacional de Oración es una reacción que terminará llevando a la nación lejos del equilibrio, la llevará hacia el dominio religioso.
“Satanás procura constantemente engañar a los hombres y les hace llamar pecado a lo que es bueno, y bueno a lo que es pecado. ¡Y cuánto éxito ha tenido su obra! ¡Cuántas veces se critica a los siervos fieles de Dios porque permanecen firmes en defensa de la verdad! Hombres que solo son agentes de Satanás reciben alabanzas y lisonjas y hasta pasan por mártires, en tanto que otros que deberían ser considerados y sostenidos por su fidelidad a Dios, son abandonados y objeto de sospecha y de desconfianza”. El Conflicto de los Siglos, pág. 204.