El presidente Obama disertó otra vez ante las Naciones Unidas en septiembre. Su discurso estuvo saturado de globalización. Sugirió que las naciones «poderosas» como los Estados Unidos debían subordinarse a la ONU e hizo el llamado para que haya un sistema global de orden.
Obama señaló que 25 años después del fin de la Guerra Fría, el mundo está «lleno de incertidumbre, malestar y conflicto». Eso no debería causarnos sorpresa. La Biblia predijo eso y más. Es una de las señales del tiempo del fin. «Y habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra, angustia entre las naciones, perplejas a causa del rugido del mar y de las olas…» Lucas 21:25 (LBA).
Obama continuó diciendo: «A pesar del enorme progreso, la gente ha venido perdiendo confianza en las instituciones. Cada vez se hace más difícil gobernar y las tensiones entre naciones se forman más rápido. Por lo que creo que en este momento todos nos enfrentamos a una decisión. Podemos elegir presionar para avanzar hacia un mejor modelo de cooperación e integración. O podemos retirarnos a un mundo profundamente dividido y finalmente, en conflicto a lo largo de las líneas ancestrales de nación, tribu, raza y religión».
¿Se entiende esto? Él está llamando a cada nación, tribu, raza y religión para que se unan. ¿Qué dice la Biblia acerca de los Estados Unidos? «Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada». Apocalipsis 13:12. El presidente Obama también está pidiendo una religión mundial.
El presidente Obama instó a los líderes mundiales a «seguir adelante» en el «camino existente de la integración global», a pesar de los desafíos que él atribuye al «fundamentalismo religioso», «nacionalismo agresivo» y «vulgar populismo».
Así que tanto el presidente como el Papa condenan el fundamentalismo religioso. Por supuesto, que actualmente se le define como el fundamentalismo violento vinculado usualmente a los islamistas radicales. Pero realmente está preparando el escenario para la lucha real contra el pueblo de Dios que se aferre a la verdad bíblica del Sábado.
El presidente Obama habló en código para los conservadores. Expresó que aquellos que comparten los valores conservadores están tratando de restaurar «una era más sencilla, mejor y libre de contaminación exterior». «No podemos descartar esta visión puesto que es poderosa», agregó. «Refleja la insatisfacción entre muchos de nuestros ciudadanos. No creo que esa visión pueda ofrecer la seguridad o prosperidad a largo plazo pero sí creo que nos puede ayudar a reconocer, en un nivel muy básico, nuestra humanidad común».
Él está hablando del bien común, un concepto papal que insta a todas las naciones y tendencias políticas a unirse y apoyar lo que es mejor para toda la humanidad.
El Presidente presentó varias formas de avanzar hacia la globalización. Entre ellas está comprendida la eliminación de «la desigualdad salarial,» la lucha contra el «cambio climático», abrazar la integración cultural, dar fin al fundamentalismo y mantener la cooperación internacional. Estos también son objetivos papales.
«Si naciones poderosas como la mía aceptan restricciones», afirmó, «entonces podremos sustituir la guerra con la cooperación». En nombre de la promoción de la paz, el Presidente se está alineando con el Papa y la ONU, e invitando a la guerra contra el fundamentalismo, el cambio climático y la injusticia social. ¿Podrían los Estados Unidos liderar el camino hacia la restricción de la libertad religiosa y la introducción de una ley dominical como modelo para todo el mundo? Ya se están dirigiendo hacia ese punto.
«Cuando las iglesias principales de los Estados Unidos, uniéndose en puntos comunes de doctrina, influyan sobre el estado para que imponga los decretos y las instituciones de ellas, entonces la América protestante habrá formado una imagen de la jerarquía romana, y la inflicción de penas civiles contra los disidentes vendrá de por sí sola”. El Conflicto de los Siglos, pág. 498.
El presidente de EE.UU. ya está presionando para que haya una religión mundial. ¿Qué tan fácil será para un presidente con una agenda similar el adoptar la presión de las iglesias a fin de promover una ley dominical en los Estados Unidos? Ya se está preparando el escenario. Ya casi llegamos a ese nivel.