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Cuando Descendió Fuego del Cielo

Por Pastor Hal Mayer

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Queridos amigos:

Bienvenidos al Ministerio Guardad la Fe. Gracias por estar juntos hoy para estudiar nuevamente la Palabra de Dios, a la luz de nuestros tiempos.

Antes de comenzar, permítanme recordarles que si desean recibir por correo electrónico nuestro Boletín Misionero gratuito de Guardad la Fe, asegúrense que nosotros tengamos su dirección de correo electrónico y así se lo enviaremos mensualmente. El Boletín Misionero de Guardad la Fe está lleno de lindas historias de cómo Dios cambia vidas a través de la obra de Guardad la Fe y también a través del Centro de Calidad de Vida de Highwood, en Australia. Muchos de nuestros oyentes ya están disfrutando del Boletín Misionero gratuito de Guardad la Fe.

De paso, si ustedes están interesados en ayudarnos con la fase tres de nuestras renovaciones en el Centro de Calidad de Vida de Highwood en diciembre de 2014 y en enero de 2015, por favor háganoslo saber. Nuevamente necesitamos voluntarios. Nuestros voluntarios lo pasaron muy bien durante la fase dos. Ahora estamos planificando la fase final. Por lo tanto, si ustedes pueden ayudarnos, por favor, pónganse en contacto con nosotros.

Además, gracias por vuestras donaciones y oraciones en favor de Guardad la Fe. Estamos en la línea del frente. Vuestro apoyo a Guardad la Fe significa mucho para nosotros y para el Señor, mientras tratamos de encontrar almas perdidas para conducirlas a Cristo y ayudarlas a prepararse para la segunda venida.

¿Creen ustedes que la Palabra de Dios es relevante para los tiempos en que estamos viviendo? Algunas personas no creen en esto, ustedes lo saben. Pero yo estoy maravillado de cuán específica es la Palabra. Sin embargo, la Biblia no lo dice abiertamente. Dios nos dice mucho acerca de nuestros tiempos de una manera tal que nos hace pensar. Él también protege Su verdad y Sus revelaciones de los ojos curiosos de aquellos que no quieren creer. Él nos cuenta una historia, o una parábola. La describe con figuras, tipos y símbolos, lo cual nos exige que estudiemos para poder encontrar su significado, o nos la revela en promesas y proverbios. Y a veces, pero solo a veces, comparativamente hablando, revela los detalles de lo que podemos esperar en los últimos días a través de una declaración directa y de una clara revelación.

¿Por qué las cosas permanecen como veladas en todas estas formas diferentes? ¿Por qué Dios revela cosas a través de medios un tanto oscuros, como las parábolas y las historias? Las historias de la Biblia son parábolas reales de la vida, ¿no es verdad? Dios realmente usa personas y circunstancias de la vida real que quedaron registradas en la Biblia para revelarnos cómo van a ser nuestros tiempos. Para mí esto es realmente brillante. Es grandioso. Dios nos ama tanto que colocó experiencias del pasado para que sean un ejemplo profético para nosotros acerca de nuestros propios tiempos.

Jesús dijo a Sus discípulos estas palabras de Mateo 13:10-15, después que ellos le preguntaran por qué hablaba siempre en parábolas, o en términos velados al público. Ellos a menudo tenían que pedirle que les aclarara las parábolas a ellos mismos, porque les era difícil entender su verdadero significado.

Dice así: “Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas en parábolas? El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis. Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane.”. Mateo 13:10-15.

Ustedes pueden ver mis amigos; Jesús estaba diciendo que los líderes religiosos de aquellos días habían resistido Sus llamados, enviados a través de los profetas. Habían cerrado sus oídos a Su verdad. Habían cerrado sus ojos a la obvia evidencia del amor y del poder de Dios. Y le habían dado sus espaldas, para que de ninguna manera pudiesen ser convertidos, ni perdonados, ni sanados. Su rebelión y resistencia había llegado a tal punto que Él no podía hacer nada por ellos como pueblo.

Pero Jesús miró a Sus discípulos a los ojos y les dijo: “Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.”. Versículos 16-17.

Entonces Mateo concluye en el versículo 35. “Para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo”.

¿Creen ustedes que Dios quiere que entendamos los secretos que han sido mantenidos ocultos desde la fundación del mundo? Eso va hasta antes de la creación, mis amigos. ¿Creen ustedes que Dios les va a permitir ver el gran cuadro? ¿Creen ustedes que Dios quiere que veamos la batalla que se está llevando a cabo en el universo y en este planeta, para conseguir la lealtad de los corazones y de las mentes de los hombres? Estas cosas están escondidas para aquellos que se niegan a creer.

Para comenzar nuestro estudio de hoy, oremos. Nuestro maravilloso Padre celestial, estamos maravillados que a través de Tu Palabra, nos reveles, a tus hijos, tanta luz y entendimiento con respecto a los tiempos en los cuales vivimos. Necesitamos esto. Muchas personas no pueden entenderlo, o no lo quieren entender. Pero nosotros queremos entenderlo, Señor. Queremos vivir por la Palabra de Dios. No queremos ser dejados sin nada en el tiempo de crisis global que viene. Por favor, Padre celestial, revélanos hoy más de las cosas escondidas que fueron mantenidas en secreto desde la fundación del mundo. Queremos entender la gran controversia entre Cristo y Satanás y su importancia para nuestras vidas. Al abrir Tu Palabra hoy, por favor abre nuestros corazones y mentes, lo pido en el nombre de Jesús, amén.

Hoy, voy a continuar con la vida y los tiempos de Elías, el hombre que Dios usó para derribar la falsa adoración a Baal en la iglesia de sus días. Tal vez ustedes recuerden que el pueblo había vuelto las espaldas a Dios, porque Acab y Jezabel los condujeron a que hiciesen eso. Estos dos eran colaboradores para caminar en los pecados de Jeroboam “el cual hizo que Israel pecara”. También pueden recordar que al seguir a dioses extraños, Israel se hundió en el libertinaje de la adoración a la naturaleza. Estoy seguro que también hubo entretenimiento. Y me duele ver iglesias concentradas más en el entretenimiento que en la predicación de la verdad presente en la Palabra de Dios. Aquellos que amaban al Dios del cielo, estaban consternados debido a la terrible apostasía. ¿Están ustedes consternados por la apostasía de hoy en día? Espero que sí. Son los que lloran y suspiran por las abominaciones que se llevan a cabo en la iglesia, los que van a recibir el sello de Dios.

Elías fue uno de ellos. Él oró sinceramente para que Dios interviniera. Y eventualmente Dios así lo hizo, usando a Elías como Su profeta. La oración de Elías estaba en el centro de su vida. Santiago 5:17 nos dice que fue sincera y apasionada. Y cuando el pueblo de Dios hoy ore de una forma igualmente sincera como lo hizo Elías, también van a ser los instrumentos especiales de Dios, para restaurar la verdadera adoración a Dios. Ellos serán el tercer Elías. Y Dios los usará para purificar un pueblo para Él, el cual va a permanecer firme a los principios del cielo, aun en medio de los severos juicios y persecuciones de los últimos días. Los tiempos de Elías son un tipo profético de la persecución de los últimos días. El propio Elías es un tipo de aquellos que van a dar el último mensaje de advertencia.

También aprendemos del apóstol Santiago que Elías tenía pasiones como las nuestras, pero que él las dirigió a la obra de Dios. Sus pasiones estaban bajo el control del Espíritu Santo y el Señor las usó para llevar a cabo muchas cosas. Los tiempos serios requieren testigos apasionados para Dios. ¿Creen ustedes que hemos llegado a ese tiempo?

Vayan conmigo en sus Biblias al libro de 1ª Reyes, capítulo 18, y vamos a comenzar con el versículo 17. Ustedes deben recordar nuestro último sermón sobre Elías cuando tuvo un encuentro con Acab. Este fue un encuentro entre un rey muy malo, que le causó muchas plagas al mundo, y un buen profeta, que bendijo a la iglesia como nunca antes en aquel tiempo.

Escuchen su conversación: “Cuando Acab vio a Elías, le dijo: ‘¿Eres tú el que perturbas a Israel?’”

Acab miró a Elías con rabia, pero no se atrevió a golpear a Elías, o a arrestarlo, o hacerle cosa alguna, para que la sequía no continuara durante otros tres años y medio. Sin lugar a dudas que se acordó de la ocasión en que Jeroboam trató de golpear al profeta y su mano se secó (1ª Reyes 13:4). Pero no dudó en acusarlo, lo cual era una afrenta para Elías y para el Dios de Elías. Dios en su misericordia no lo dejó mudo a pesar de su lenguaje abusivo e intemperante en contra de Su piadoso profeta. Dios tenía un trabajo para Acab, y Acab tendría que obedecer. Acab, y no Elías, iba a tener que llamar a todo Israel y a los impostores extranjeros, a los profetas de Baal y los profetas de los bosques al Monte Carmelo, donde ante la presencia de todos, Baal sería visto de una manera bastante tonta a los ojos del pueblo.

La manera en que Acab le habló a Elías fue bien diferente al lenguaje usado por Abdías: “¿Eres tú mi señor Elías?” dijo Abdías. Las palabras airadas de Acab fueron en realidad un rudo saludo, una confirmación y un reconocimiento de la verdad de la predicción del profeta. Pero también reconocía, aunque de mala gana, que el Dios de Elías era más poderoso que Baal. El hecho que el Dios del cielo pudiese ocasionarle tantos problemas a Baal y a sus seguidores fastidiaba a Acab.

Acab, el gobernante de Israel, se había vendido a sí mismo para hacer el mal. Abdías se había comprometido a sí mismo a hacer lo justo. Podemos entender sus caracteres a través de la manera en que ambos se dirigieron al mensajero de Dios. Ustedes pueden ver de una forma bastante precisa el carácter de otros y su relación con Dios, a través de la manera en que ellos se relacionan con el fiel pueblo de Dios y Sus ministros que predican el verdadero mensaje. A menudo esto es de otra manera hoy en día. Aquellos que no enseñan la verdad son respetados y promovidos, mientras que aquellos que lo hacen, son impedidos de servir y llevar el pan de vida al pueblo del Señor, tal como sucedió en el tiempo de Jeroboam, el cual echó a los profetas del Señor y los reemplazó ordenando sacerdotes “de entre el pueblo”. 1ª Reyes 12:31 y 13:33.

Piensen un minuto en esto. Elías había venido a anunciar que la sequía se había terminado y que la lluvia vendría nuevamente, si el pueblo se arrepentía. Al ver a Elías, Acab debería haberse alegrado y debería haberle preguntado qué debía hacer Israel para restaurarse al favor de Dios. Pero en vez de eso, él insulta a Elías con una acusación totalmente falsa.

¿Y no es esta la manera en que todos los mensajeros de Dios, que han dado reprensiones y advertencias, han sido tratados durante todos los siglos? Aún hoy en día, somos rápidos para condenar a cualquiera que señale nuestros pecados, o los pecados de la iglesia de Dios, como si fuesen los que perturban a Israel. Aún hoy en día, marginamos a cualquiera que sea tan fiel al deber como lo es la brújula al polo. Aún hoy en día, criticamos a aquellos que permanecen firmes a la verdad, aun cuando los cielos se desplomen.

Qué hombre más estúpido fue Acab. Esta era la oportunidad para recobrarse de su impiedad, pero él la arroja fuera, como si fuese basura. La presencia de Elías debía ser un presagio de buenas cosas por venir, pero para Acab, Elías era un enemigo. Pero Elías estaba muy lejos de ser el enemigo del bienestar de Israel. Él era la única voz remanente para defender los principios de los cuales dependía la prosperidad de Israel.

Muchos han sido los fieles y nobles cuya suerte ha sido contada entre los creadores de problemas de la iglesia o del mundo. Fueron tratados como motivos de queja pública y algunos fueron hasta cazados como si fuesen animales salvajes. A menudo tuvieron que huir de sus hogares. A menudo tuvieron que vagar de un lugar a otro buscando algún refugio, adonde quiera que lo encontraran. A menudo tuvieron que depender de la directa providencia de Dios para su pan cotidiano. Hasta Cristo y sus apóstoles fueron tratados de esa manera. Vean Hechos 17:6.

Dios había enviado a Elías para anunciar el problema que le sobrevendría a Israel, debido al problema que Acab y Jezabel le habían ocasionado a la iglesia de Dios, debido a sus persecuciones y a su comportamiento opresivo al servicio de la licenciosa y falsa adoración a Baal. Así, Elías podía decir con todo derecho: “Yo no he perturbado a Israel, sino tú y la casa de tu padre, dejando los mandamientos del SEÑOR y siguiendo a los baales”.

No es el hombre quien les predice los juicios de Dios, para que Su pueblo pueda arrepentirse y ser sanado, quien causa problemas en Israel, sino aquellos que se han olvidado de los mandamientos del Señor y que han seguido una falsa adoración en primer lugar. Por ejemplo, en nuestros días, hay mucho fanatismo al ordenar personas al ministerio, y que Dios no las ha autorizado. Históricamente, solamente la adoración pagana poseía sacerdotisas. Así, la ordenación de mujeres proviene del paganismo y es parte del pecado por el cual Jeroboam hizo pecar a Israel. Era parte de la religión de Acab.

En nuestros días, el movimiento ecuménico ha conducido a muchos miembros de iglesia a relaciones que Dios ha condenado. En vez de proclamar Su llamado final a “salid de ella pueblo mío”, Apocalipsis 18:4, muchos están volviendo a Babilonia y se están uniendo a Roma en la rebelión ecuménica contra las claras enseñanzas de las Escrituras.

Elías tenía algo que decirle a Acab. “Envía ahora y junta a todo Israel en el Monte Carmelo, a los 450 profetas de Baal y a los 400 profetas de Asera, que comen de la mesa de Jezabel”.

Elías había escogido el Monte Carmelo, debido a su importancia en la historia del pueblo de Dios. El Monte Carmelo era una montaña que se desplazaba en la dirección noroeste desde la parte Norte de Samaria, hacia el mar, a lo que hoy se conoce como Haifa. Había muchos picos y cientos de barrancos interceptando la extensión. La extensión del Carmelo es probablemente de unos 20 kilómetros de longitud. La extensión montañosa termina en una península que desciende hasta el mar, donde hoy en día está Haifa. En la parte Norte de la extensión del Carmelo está el arroyo Cisón, el cual fluye hacia el mar paralelo a la extensión.

El significado de Carmelo es “tierra de jardín” y era muy fértil. Isaías y Miqueas hablaron de su producción de frutas (Isaías 35:2, Miqueas 7:14) y Amós menciona su valor como lugar para esconderse (Amós 9:2-3). El Carmelo fue conocido debido a sus olivares y árboles frutales. En los días de Elías había bellos bosques y fragantes flores en todo el Carmelo… cuando había lluvia. Y el Carmelo abundaba en cuevas y grutas. Tal vez fue en una de estas cavernas que el piadoso Abdías escondió a los 100 profetas durante la furiosa persecución de la inmoral reina Jezabel.

Cerca de dos tercios de la distancia desde el extremo Este de la extensión, yendo hacia el mar, hay un pico más alto de 517 m sobre el nivel del mar. En el lado Este de este alto pico, hay un lugar llamado el-mohraka, “el lugar quemado”. Es un poco menor que el pico más alto, tiene 490 m, y está localizado en la parte Norte de la cresta, donde hay una parte plana de aproximadamente unos 60 m. Se supone que fue en esta cresta que Elías escogió enfrentarse con los sacerdotes extranjeros de un dios extranjero, justo donde ellos mismos habían erigido su altar dedicado a la adoración de Baal. La suave pendiente hacia el Sur y hacia el Este, debe haber sido un lugar muy adecuado para que miles de Israelitas observaran la confrontación en primera fila. Aun desde una gran distancia, los altares erigidos serían claramente visibles. Hasta había una especie de terraza que estaba un poquito más alta que el altar que estaba en la cúspide, donde los 850 profetas que servían en la adoración a Baal, podían ser claramente vistos.

Este lugar prominente posee una maravillosa vista del gran valle que está abajo y del arroyo de Cisón. Y desde allí uno puede ver el palacio de Jezabel y de Acab y hasta el templo de Jezabel a la distancia en Samaria. Desde el pico más alto del Carmelo, en una fácil escalada hacia el Oeste, permite ver el Mar Mediterráneo, en toda su gloria.

Este lugar también fue un lugar sagrado para Israel desde los tiempos antiguos. Un altar al Dios vivo había sido construido allí y las personas lo usan para orar y para adorar. Pero cuando fue introducida la adoración a Baal, Jezabel se aseguró que este altar fuese derribado y un altar a Baal fue erigido cerca. Era el lugar perfecto para que Elías convocase al pueblo para disputar el control de la adoración a Baal en sus mentes.

Elías escogió el lugar perfecto geográfica, histórica y espiritualmente, porque ambos tipos de adoración se habían llevado a cabo aquí. La competencia entre los dioses nunca fue más intensa que en el Monte Carmelo.

Acab no se atrevió a desobedecer el mandato de Elías. El país aún sufría de la sequía y no había ninguna esperanza en un cambio de tiempo, a menos que hiciese lo que Elías había ordenado. Estaba al servicio de Elías. Imaginen al altanero rey siendo un sumiso y obediente súbdito del profeta. Acab fue usado y gobernado por Jezabel. Pero ahora una Autoridad superior gobernaba sobre él. El profeta ejercía virtualmente un poder ilimitado sobre el impío rey. Él no podía hacer objeciones. No podía desobedecer. No podía correr. No podía esconderse. No podía evitar el cumplimiento del mandato de Elías. Él estaba frente al profeta y entró en acción cuando Elías se lo ordenó. Dios realmente había entregado a toda la nación en las manos de Elías. Todos sabían que a menos que obedeciesen a Elías, habría más sequía. Se habían vuelto hacia aquel que habían menospreciado, y cuyos consejos odiaban. Ahora la sinagoga de Satanás se iba a inclinar ante el mensajero de Dios.

Así, el desafío en el Carmelo era de gran interés para todos. Era una noticia perfecta: dos dioses, dos opiniones, dos lealtades contendiendo. La mayoría estaba de un lado. El otro era la singular fidelidad de un hombre que estuvo desafiando abiertamente la prevaleciente apostasía y que desafiaba el prevaleciente ritual religioso.

El pueblo tenía que tener una oportunidad para poder tomar una decisión informada, con respecto a quién era realmente Dios. Había dos opiniones en Israel. Estaban los 7000 que no habían doblado sus rodillas a Baal. Ellos mantuvieron la adoración al verdadero Dios, aun cuando tuvieran que hacerlo secretamente. La otra opinión era promovida por el rey y la reina, que obligaban a todos a servir y adorar a Baal.

Debe haber tomado algún tiempo para poder reunir a todo el pueblo en aquel lugar del Monte Carmelo. También vinieron los 450 profetas de Baal, los cuales eran los refuerzos de Jezabel, que controlaban que su religión fuese seguida en todo el país. También estaban los 400 profetas de los bosques, que comían en la mesa de Jezabel y que eran sus capellanes personales en Samaria. Ellos eran los que enseñaban los principios de la religión de Baal al pueblo y que supervisaban los rituales religiosos. Estos profetas no eran tan dedicados a predecir el futuro, como lo eran para enseñar la falsa religión.

Pero finalmente todos llegaron y Elías los estaba esperando en la cima del monte. Creo que debe haber habido mucho nerviosismo entre los 850 falsos profetas. Después de todo, su religión y sus enseñanzas estaban bajo un severo escrutinio. Creo que ellos tuvieron un presentimiento con respecto a esta reunión en el monte, que no era de su mejor interés. ¿Pero qué podían hacer? Su arrogancia obtuvo lo mejor de ellos, y decidieron que podrían vencer a este hombre que los había desafiado. Decidieron que Baal se haría presente y que iba a demostrar su poder.

Acab y el pueblo deben haber pensado que Elías iba a orar por lluvia en la presencia de todos ellos y que iba a bendecir el país. Después de todo lo que le había dicho a Acab, de que no iba a haber ni rocío ni lluvia, sino por su palabra. Así, sus expectativas eran muy altas en relación con este evento.

Pero antes Elías tenía que hacer otra cosa. El pueblo debía ser conducido a un entendimiento de su error y también a un arrepentimiento, antes que pudiesen esperar la remoción del juicio de Dios. Este es el gran principio de la justificación por la fe. Dios primero prepara nuestros corazones para que nos rindamos a Él. Luego prepara nuestros oídos para que escuchemos lo que Él tiene que decir. Entonces hace que nos volvamos a Él y Él se vuelve a nosotros. Él hace Su obra enviando juicios a nuestras vidas, tanto grandes como pequeños. Esto abre nuestros ojos y oídos y nos vuelve más sensibles a Sus órdenes. Entonces Él puede operar los cambios en nosotros, de tal manera que estemos listos y dispuestos para recibir Sus bendiciones. Aquellos que abandonan a Dios no pueden esperar su favor, hasta que hayan vuelto a su confianza. Elías podría haberle suplicado a Dios por lluvia setenta veces siete, pero no habría obtenido una respuesta, si no hubiese comenzado por el lado correcto del problema.

Muy a menudo hoy en día, esperamos las bendiciones de Dios cuando ni siquiera cumplimos con las condiciones, y sin embargo continuamos en nuestros propios caminos y en nuestros propios pecados. A menudo recibimos bendiciones inherentes al lugar en que vivimos, y las tomamos como si estuviesen garantizadas. Y cuando son removidas, nos preguntamos qué hicimos de errado como para merecer eso.

Ustedes pueden pensar, ¿cómo es que Dios permitió que Baal contendiese con Él, cuando está tan claro que Baal era un dios falso? Pero piensen en los caminos de Dios por un momento. Dios permite que surja la oposición contra Él, por una razón muy importante. El permitir que Satanás presente alternativas, es una poderosa oportunidad para Dios para finalmente revelar Su poder y Su justicia. Al hacer esto, Él expone la insignificante tontería de la evidencia que se coloca en su contra.

Y esta es la manera en que sucede en la Gran Controversia entre Cristo y Satanás, de la cual la batalla en el Monte Carmelo es apenas un capítulo. Permitiendo la contienda pública, Dios abre ante toda la raza humana, la justicia de Su gobierno, la escasez del argumento de la oposición, Su increíble bondad y espíritu perdonador en contraste con los intentos malignos de Satanás, y mucho más.

Cuando el pueblo estuvo todo junto, la vasta multitud guardó silencio cuando Elías levantó su mano para llamar su atención. Entonces, con una voz que pudo ser escuchada por todos en esa gran asamblea, reprendió al pueblo por mezclar la adoración a Dios y la adoración a Baal en forma conjunta. “¿Hasta cuándo estaréis bajo dos opiniones? Si el Señor es Dios, seguidlo: pero si es Baal, entonces seguidlo a él”.

Ustedes pueden ver, bajo la presencia de los hombres de confianza de Jezabel, el pueblo sintió la presión para cambiar su lealtad hacia Baal. Ellos se habían colocado de ambos lados durante mucho tiempo. Era como que en sus corazones tuviesen dos opiniones. Pero ellos habían justificado su curso de acción porque era realmente muy difícil ser leal solamente al Dios del cielo. Ellos debían al menos presentarse en el santuario de Baal.

Elías les mostró lo absurdo de todo esto. Solo puede haber un Dios. Él les dijo que tenían que decidir, especialmente si querían resolver el problema de la sequía.

¿Creen ustedes que hoy en día las personas tienen que tomar una decisión en cuanto a su lealtad? Como nunca antes, somos un pueblo de lealtad dividida. Negociamos a ser políticamente correctos, jugamos con el compromiso, y pretendemos como pueblo de Dios, que somos salvos y que no necesitamos ninguna reforma en nuestros caminos. Hacemos lo que queremos. Comemos lo que queremos. Vemos lo que queremos. No tenemos mucha lealtad para con Jehová, ¿no es verdad? Nuestra adoración, o se convierte en un ritual repetitivo, o se convierte en emocional, estético (u orientado hacia los sentimientos), acústico (estimulado por el sonido) y superficial. Hay muy pocos pensamientos significativos en nuestra fe. Y consecuentemente las líneas de la lealtad están borrosas. El espíritu del ecumenismo predomina. No somos tan leales a Jehová como creemos que lo somos.

Amigos, solo puede haber un Dios, uno infinito, supremo, todo suficiente, todo-poderoso y amante Dios. No podemos servir a dos señores. El que no está con Dios, está contra Él.

Y Elías colocó a Dios a prueba en público. Si Baal es el infinito y omnipotente ser, aquel supremo señor y auto-suficiente benefactor, sugirió él, entonces ustedes tienen que renunciar a Jehová y seguir solamente a Baal. Pero si Jehová es ese Dios, Baal es un impostor, un engaño, y ustedes no pueden tener nada más que ver con él.

Amigos, es peligroso permanecer entre dos opiniones. El servicio a Dios por un lado, y el servicio al pecado por el otro, el dominio de Cristo por un lado y el dominio de la lascivia por el otro; al titubear en medio de estas dos, no hemos resuelto nuestras convicciones, y somos inestables y débiles en nuestros propósitos. Prometemos hacer lo correcto, pero al final hacemos lo malo. Comenzamos bien, pero fallamos y nos volvemos inconsistentes, indiferentes y tibios. Vivimos en tiempos en que hay dos opiniones. Nuestros corazones están divididos. Pero Dios quiere todo o nada. O somos todo para Dios, o somos todo en contra de Él. ¿De qué lado están ustedes mis amigos? La historia de Elías es para nosotros. Es para nuestra generación.

Josué estaba en lo cierto cuando dijo: “En cuanto a mí y a mi casa, serviremos al Señor”. ¡Qué maravilloso compromiso! “Ustedes pueden servir a cualquier dios que quieran”, dijo él, “pero yo no me voy a unir a vosotros. En cuanto a mí y a mi casa, nosotros serviremos al Señor”.

“Ustedes pueden vivir de la manera que quieran, pero yo no voy a vivir así con ustedes. En cuanto a mí y mi casa, nosotros serviremos al Señor”.

“Ustedes pueden titubear entre dos opiniones, si es que así lo quieren, pero no me verán con objeciones sobre lo que Dios dice, tratando de suavizar las cosas para adecuarlas a mi gusto y así justificar lo que quiero. En cuanto a mí y mi casa, nosotros serviremos al Señor”.

¿No quieren decir esto, mis amigos? Este no es el tiempo para titubear entre dos opiniones. Estamos cerca del cierre del tiempo de gracia, y necesitamos la corrección y la reprimenda del Espíritu de Dios. Tal vez necesitamos otro Elías hoy, para que enfrentemos nuestro impío titubeo.

Elías le va a mostrar a todo Israel, y a todos los profetas de Baal, que lejos de ser el todo-suficiente benefactor, el omnipotente dios, Baal es un demonio cuyos derechos degradados insultan la inteligencia y arruinan la nobleza del alma. Pero, él les propuso que eligieran. ¿Cuál sería esa elección? ¿Qué escogerían ustedes? Y al estar confundido y desorientado debido a muchos años de apostasía, el pueblo no sabía cómo responderle. La Biblia dice que ellos “no le respondieron palabra”. 1ª Reyes 18:21.

Ustedes pueden ver, mis amigos, cuando sean enfrentados con la última pregunta, a quién sirven ustedes, ¿qué es lo que van a responder? ¿Estarán tan confundidos y aturdidos debido a sus compromisos, que no podrán responder siquiera una palabra? ¿Qué va a suceder cuando el Juez de toda la tierra les pregunte a quién han servido en su vida, qué respuesta le van a dar? ¿Quedarán en silencio? Si ustedes no han servido a su Creador y Redentor, al cual le pertenecen debido a Su gran sacrificio, no tendrán nada que decirle. Amigos, la voz de Elías aún resuena en nuestros oídos. Su reprobación aún permanece en contra del pueblo de Dios de hoy. ¿Dónde están vuestras lealtades? ¿Hasta cuándo claudicaréis entre dos opiniones?

Baal poseía todas las ventajas externas de su lado. Los líderes de la nación, el rey, la reina y la corte, todos estaban del lado de Baal. La gran mayoría del pueblo estaba del lado de Baal. Los jueces y el sistema de la corte estaban todos del lado de Baal. El congreso y el parlamento estaban todos del lado de Baal. Las leyes del país estaban del lado de Baal. Los ministros de la religión estaban del lado de Baal, y estaban muy bien alimentados y gordos, también.

Pero del lado del cielo, había solo un hombre. Era un pobre exiliado y había enfrentado la falta de un hogar, tuvo solo alimento magro, y estaba sin recursos. Él era lo que hoy llamaríamos un obrero de sostén propio. No tenía nada que lo ayudase, a no ser los pájaros y una pobre mujer viuda, de la cual nadie sabía nada, en una nación extranjera. Él fue despreciado y rechazado, y sin embargo era el hombre que condujo a Israel a ponerse de rodillas. El rey y los falsos profetas, y especialmente la impía reina Jezabel, lo odiaban.

Observen que Elías compara al poderoso con el débil. 1ª Reyes 18:22. “Y Elías volvió a decir al pueblo: Sólo yo he quedado profeta de Jehová; mas de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres”. El contraste es poderoso, el débil contra el fuerte, el alma confiada y dependiente contra la multitud de los enemigos de Jehová. ¿Creen ustedes que será de esta manera en los últimos días justo antes que Jesús venga?

He aquí una cita de El Conflicto de los Siglos p.673. “Una vez que el sábado llegue a ser el punto especial de controversia en toda la cristiandad y las autoridades religiosas y civiles se unan para imponer la observancia del domingo, la negativa persistente, por parte de una pequeña minoría, de ceder a la exigencia popular, la convertirá en objeto de execración universal. Se demandará con insistencia que no se tolere a los pocos que se oponen a una institución de la iglesia y a una ley del estado; pues vale más que esos pocos sufran y no que naciones enteras sean precipitadas a la confusión y anarquía”.

Los mismos principios estarán en juego durante la crisis venidera. Las naciones, sus gobernantes, sus cuerpos legislativos, sus cortes, sus ministros de religión, todos estarán del lado de Babilonia. Así como Jezabel había despreciado el sábado, así todos van a apoyar la adoración en domingo, en oposición al sábado de la ley de Dios. Todos van a exigir la misma lealtad a Satanás, tal como Jezabel lo requirió de Israel.

¡Qué decisión vamos a tener que tomar! Cuán fácil va a ser tomar esa decisión, depende de vuestros principios. ¿Elegirán el lado popular, que tiene toda la riqueza, todo el pueblo, todos los gobernantes y todo el apoyo nacional? ¿O elegirán el lado de aquellos que son perseguidos, viviendo despojados, y que se esconden en una caverna? ¿De qué lado estarán ustedes? ¿Se unirán con los que tienen de todo para comer, o elegirán el lado que está muriendo de hambre o que apenas está sobreviviendo?

¿Están ustedes titubeando entre dos opiniones, mis amigos? Si hay algo en sus vidas que saben que no está de acuerdo con lo que Dios quiere, tienen que tomar una decisión. Si hay alguna relación, si hay alguna adicción, si hay algún pecado que saben que desagrada al Dios del cielo, este es el tiempo para arreglarlo todo y para eliminarlo de vuestras vidas y colocarse al lado del Señor.

Si hay amargura, u odio, o lucha en vuestros corazones, este es el tiempo para deshacerse de todo eso. Si hay resentimiento, envidia o celos, solucionen eso. Ustedes no pueden continuar titubeando entre dos opiniones por más tiempo.

Elías se propuso poner a prueba a Dios, 1ª Reyes 18:23-24. “Dadnos dos bueyes. Elijan ellos uno, córtenlo en pedazos y pónganlo sobre leña, sin poner fuego debajo. Y yo prepararé el otro buey, lo pondré sobre la leña, sin ningún fuego debajo. Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre del Eterno. Y el Dios que responda con fuego, ése es el verdadero Dios. Y todo el pueblo respondió: ‘Bien dicho’”.

El problema que Israel enfrentó fue una sequía, una falta de lluvia. Elías no dijo: “el dios que responda con lluvia, ese será Dios”, porque la lluvia no iba a expiar sus pecados. Es el sacrificio el que expía los pecados. Por lo tanto él pidió fuego para que quemara el sacrificio. E Israel necesitaba una expiación por haber caminado en los pecados de sus padres, ¿no es verdad? Elías estaba diciendo que si Baal podía perdonar pecados, entonces él sería el dios. Su punto subyacente era que solamente Jehová podía perdonar pecados.

El pueblo pensó que sería una buena prueba, así es que dijeron: “Bien dicho”. Acab y los profetas de Baal no podían objetar la prueba, aun cuando nunca antes habían conseguido hacer descender fuego del cielo. Aun si la prueba fuese una provocación, y Elías no consiguiese hacer descender fuego del cielo, ellos pensaron que aún poseerían una ventaja, porque se vería que Elías había fallado. Además ellos tenían al poder del estado de su lado. Así, si Elías era incapaz de hacer descender fuego del cielo, él podría ser ejecutado y no habría más problemas. La adoración a Baal continuaría en Israel de una manera aún más poderosa que antes. Así que ellos sintieron que tenían más de un 50% de posibilidades de ganar.

Elías observó cuidadosamente a los astutos profetas de Baal mientras preparaban al buey y lo colocaban sobre el altar. Quería estar seguro de que no iban a encender un fuego.

Los profetas de Baal eran ruidosos. Piensen en el estruendo que estos 850 hombres tontos hicieron en el Monte Carmelo “¡Oh Baal! ¡Escúchanos, Oh Baal! Respóndenos”. Esto continuó durante horas “desde la mañana hasta el mediodía”, dice la Biblia. Ellos eran sinceros. Eran apasionados. Eran dedicados. Pero era una pasión digna de una causa mejor.

Sin lugar a dudas que se turnaban para danzar alrededor del altar. La Biblia dice que estaban saltando y danzando a su alrededor. La Biblia lo describe como a algunos de esos que cantan hip hop en las iglesias hoy en día, con los brazos caídos, saltando con los pies, los dedos apuntando a algo y mucho ruido y estruendo, desde la plataforma del sagrado púlpito, nada menos, como si esto le agradase a Dios. Ellos se golpean, levantan sus brazos al aire y al igual que aquellos sacerdotes de Baal, gastan mucha energía para mostrar cuán desnudas están realmente sus almas. Quedan como tontos en público debido a su fanático celo al usar la música que es de Satanás, aun cuando la letra es evangélica.

Debe haber sido un gran espectáculo. Pero todas estas cosas no tenían ninguna utilidad. Eran incapaces de poner a Baal en acción. Elías observaba, tal vez desde una pequeña elevación del terreno, de tal manera que pudiese ver todo muy bien y para estar seguro que ninguno de ellos trate de hacer alguna trampa. Elías, sin lugar a dudas restringió su indignación durante tanto tiempo como pudo. Al mediodía, cuando el sol estaba más caliente y cuando se esperaba que pudiese descender fuego del cielo, si es que realmente iba a descender, él ya no pudo esperar más y se burló de ellos debido a su tontería. Versículo 27. Él dijo: “Y aconteció al mediodía, que Elías se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle.” Elías demostró que Baal era inútil y que no tenía ningún interés en ellos.

Piensen en las implicaciones de las palabras de Elías. “Vuestro dios no los puede escuchar aun cuando habéis hecho todo este ruido. ¿Qué tipo de dios requiere que ustedes hagan todo este alboroto para que los pueda escuchar? Un dios que solo piensa en sus negocios y no en el de sus súbditos, es un dios egoísta y sin amor. ¿Qué tipo de dios está demasiado ocupado como para velar por vuestras necesidades y por las necesidades de la nación? ¿Qué clase de dios descuida el escuchar cuando su honor y su integridad están en juego en este único sacrificio? Si él quiere retener a Israel como súbditos leales, ¿por qué no entra en acción? Obviamente, él realmente no se preocupa de ustedes ni de la nación. Su conquista de la nación de Israel se perderá, si no hace algo rápidamente. Griten más fuerte, griten más fuerte”.

Las palabras de Elías, en vez de avergonzarlos, hicieron que se pusieran más violentos e hicieran más ruido. Como locos con un poder casi sobrehumano, ellos se cortaron con cuchillos y lancetas hasta que la sangre chorreaba. Como hombres bajo el control de demonios, se mutilaron a sí mismos en su frenesí, como si Baal necesitase ser incitado para que los bendijera. El rito sangriento, como ustedes deben recordar, era para ahuyentar al dios muerto Mot, el cual en su mitología, podría estar impidiendo a Baal de traer lluvia.

El Dios del cielo jamás requirió todo ese ruido y mutilación de sus adoradores. De hecho, Él expresamente le prohibió a Su pueblo que se cortaran a sí mismos. Deuteronomio 14:1 dice: “Hijos sois del Eterno vuestro Dios. No os hagáis incisiones, ni os rapéis por muerto”. Dios requiere que abandonemos nuestras lascivias y corrupciones, pero no mortificar nuestros cuerpos con castigos corporales, ni con penitencias y severidades. Estas cosas son del papado. La cuaresma, por ejemplo, es una mortificación física o corporal suave.

Solamente un dios malo requiere un rito sangriento como ese. Y Baal consecuentemente representa al maligno. Tal vez ellos pensaron que la sangre del buey no era suficiente y por lo tanto proveyeron su propia sangre en su fanático frenesí.

Escuchen esta cita profética para el fin del tiempo, de El Conflicto de los Siglos p.665. “Satanás se pondrá alerta al ver que la controversia se extiende a nuevos campos y que la atención del pueblo es dirigida a la pisoteada ley de Dios. El poder que acompaña a la proclamación del mensaje sólo desesperará a los que se le oponen. El clero hará esfuerzos casi sobrehumanos para sofocar la luz por temor de que alumbre a sus rebaños. Por todos los medios a su alcance los ministros tratarán de evitar toda discusión sobre esas cuestiones vitales. La iglesia apelará al brazo poderoso de la autoridad civil y en esta obra los papistas y los protestantes irán unidos”.

¿Creen ustedes que esto es similar al tiempo de Elías? El gobierno había tomado el control de la religión y había exitosamente obligado al pueblo a adorar a Baal, sin importar sus convicciones religiosas. El mensaje de Elías era poderoso y convincente, pero solo enloqueció a estos profetas de Baal – el clero nacional. Ellos hicieron esfuerzos casi sobrehumanos para que Baal actuara en su favor y para salir victoriosos de la batalla con el Dios de Elías. Usaron cada medio a su alcance para alejar la luz de la verdad de Dios del pueblo y para impedir que se volvieran a Jehová Dios.

Las palabras de Elías eran bien merecidas. Estos profetas habían gastado muchas energías para engañar al pueblo. Este era su último gran esfuerzo. Era el clímax de su obra de engaño. Hicieron lo mejor que pudieron para derrocar al Dios del cielo de las mentes del pueblo.

Pero nuevamente, ¿no es esta la manera en que va a suceder en los últimos días? Satanás intentará por última vez engañar a todo el mundo. Él va a colocar todo su poder y esfuerzo en este último engaño. Él va a aparecer como un ser de luz y va a afirmar ser Cristo volviendo a la tierra.

Escuchen esto de El Conflicto de los Siglos p.682. “El acto capital que coronará el gran drama del engaño será que el mismo Satanás se dará por el Cristo. Hace mucho que la iglesia profesa esperar el advenimiento del Salvador como consumación de sus esperanzas. Pues bien, el gran engañador simulará que Cristo habrá venido. En varias partes de la tierra, Satanás se manifestará a los hombres como ser majestuoso, de un brillo deslumbrador, parecido a la descripción que del Hijo de Dios da San Juan en el Apocalipsis. (Apoc. 1:13-15). La gloria que le rodee superará cuanto hayan visto los ojos de los mortales. El grito de triunfo repercutirá por los aires: ‘¡Cristo ha venido! ¡Cristo ha venido!’ El pueblo se postrará en adoración ante él, mientras levanta sus manos y pronuncia una bendición sobre ellos como Cristo bendecía a sus discípulos cuando estaba en la tierra. Su voz es suave y acompasada aunque llena de melodía. En tono amable y compasivo, enuncia algunas de las verdades celestiales y llenas de gracia que pronunciaba el Salvador; cura las dolencias del pueblo, y luego, en su fementido carácter de Cristo, asegura haber mudado el día de reposo del sábado al domingo y manda a todos que santifiquen el día bendecido por él. Declara que aquellos que persisten en santificar el séptimo día blasfeman su nombre porque se niegan a oír a sus ángeles, que les fueron enviados con la luz de la verdad. Es el engaño más poderoso y resulta casi irresistible”.

¿Será fácil entonces para ustedes defender la ley de Dios, en especial el cuarto mandamiento? ¿Será fácil guardar el santo Sábado para aquellos que quieren continuar honrando la ley de Dios? Ustedes pueden ver que esto es similar a lo que le ocurrió a los 7000 que no doblaron sus rodillas ante Baal. Ellos tuvieron que adorar en secreto. Estaban bajo amenaza de muerte, y el poder coercitivo del estado estaba contra ellos. Toda la nación estaba contra ellos.

Estos fanáticos pastores falsos clamaron y danzaron y se cortaron a sí mismos durante todo el día, hasta que llegó el tiempo de la ofrenda de sacrificio de la tarde, pero “no hubo ninguna voz, ni nadie respondió, ni hubo nadie que observara”, versículo 29. Ellos fallaron. Finalmente tuvieron que parar.

Satanás también falló. El príncipe del poder del aire, si Dios se lo hubiese permitido, podría haber hecho descender fuego del cielo en esta ocasión, y lo habría hecho alegremente para apoyar la adoración a Baal. Él tiene ese poder. Vean Apocalipsis 13:13.

Ahora era el turno de Elías. Él llama al pueblo para que se le acercaran. Él no va a saltar como lo hicieron los profetas de Baal. Él no va a gritar ni chillar, ni se va a cortar a sí mismo con cuchillos. Él solamente va a orar, una simple y humilde oración al Dios del cielo.

El versículo 30 dice: “Él reparó el altar del Señor que había sido roto”. Las ruinas de aquel altar a Jehová aún estaban allí. Elías no iba a usar el altar de Baal. Esto mostraría falta de respeto para con el Dios del cielo. Su altar había sido contaminado con sus encantamientos, su sangre y sus pies irreverentes. Cuidadosamente, deliberadamente con un propósito simbólico, tomó doce piedras que representaban a las doce tribus de Israel, y restauró el antiguo altar derribado por Jezabel.

Elías reparó el antiguo altar, porque no quería dar la impresión de que estaba introduciendo una nueva religión para los Israelitas, sino que estaba reavivando la fe y la adoración del Dios de sus padres, y trayéndolos de vuelta a su lealtad a Jehová. Estaba tratando de restaurar la verdadera adoración a Dios. Estaba tratando de restaurar el sábado, el cual también había caído en desuso.

Observen que él reparó el altar con doce piedras “de acuerdo con el número de las tribus de los hijos de Jacob, ante quien vino la palabra del Señor, diciendo, Israel será mi nombre”, versículo 31. Esto fue en el reino del Norte, de las diez tribus que habían sido separadas de las dos tribus del reino del Sur de Judá. ¿Por qué no reconstruyó el altar con solo diez piedras?

La separación del reino fue diseñada por Dios, para corregir tanto a Israel como a Judá. Pero aún eran una sola nación ante los ojos de Dios. La guerra civil entre ellos era para crear un deseo de unidad nuevamente, pero con los principios del cielo. Ustedes pueden ver, reyes y gobernantes a menudo ocasionan división en vez de unidad, debido a sus falencias y actitudes. A menudo polarizan una nación y la dividen debido a razones políticas. Dios permitió la separación de tal manera que eventualmente desearan una solución. Esas doce piedras, debido a la autoridad profética de Elías, profetizaban que un día el reino de doce tribus estaría nuevamente unido bajo la verdadera adoración a Dios. Las diez tribus se habían rebelado y habían vuelto sus espaldas a Jehová, y en revolución habían servido a Baal. Pero Elías usó doce piedras para mostrar que todos aún le pertenecían a Dios, y para que todos pudieran ver que el Dios de Judá también era el Dios de Israel. Elías les está recordando su herencia espiritual. 

Él también está haciendo otra profecía al reconstruir el altar. Él estaba diciendo que la casa de Acab caería un día y el reinado de Jezabel llegaría a su fin.

Y aquí hay algo más. Observen el versículo 31, hablando de Jacob dice: “A quien vino la palabra del Señor, diciendo: Israel será tu nombre”. El nombre Israel significa “un príncipe con Dios”. Israel había sido avergonzado y degradado debido a la licenciosa adoración a Baal. Elías restaura ahora simbólicamente la masculinidad de Israel, y su porte principesco con Dios.

¿No es bueno Dios? Si ustedes han destruido su masculinidad o feminidad, si ustedes se han avergonzado a sí mismos a través de sus acciones y comportamiento, si se han degradado a sí mismos hasta el nivel más bajo y se han prostituido a sí mismos en sus pecados, Jesús aun los puede restaurar a su madurez original. Él no los ha rechazado. Él puede salvarlos hasta lo máximo. Él puede descender por todo el camino hacia abajo, sin importar cuán profundo han caído, y los puede traer de vuelta. Él puede restaurar vuestra pureza. Él puede restaurar vuestra devoción. Él puede restaurar vuestro amor por Él. ¿No creen ustedes que debieran sacar ventaja de esto? Vayan a Él tal como están. Al igual que el pueblo del Monte Carmelo, que sea construido un altar en vuestro corazón. Que Dios pueda tener vuestra alma. Él los va a conducir de vuelta, de la misma manera que hizo volver a Israel.

Puede ser que Israel haya visto otro espectáculo en el Monte Carmelo. Puedo imaginar que Elías lloró al colocar esas doce piedras de vuelta a su lugar y al hacer una zanja alrededor del altar. Puedo imaginar las lágrimas corriendo por sus mejillas y su barba y mojando las piedras y la zanja, mientras ponía la leña en el altar y mataba al buey, lo cortaba en pedazos y los colocaba cuidadosamente en el altar que acababa de reconstruir. Las lágrimas de Elías eran por Israel. Él deseaba que el Dios del cielo tuviese nuevamente su respeto. Él deseaba que ellos se arrepintieran de sus pecados y en su corazón ya estaba suplicándole a Dios parea que hiciera un milagro en ese día.

El tiempo del sacrificio de la tarde era un tiempo muy importante de reconciliación al final del día. Después de todas las actividades del día, después de todas las dificultades y pruebas, el pueblo de Dios se juntaba al atardecer para orar y buscar a su Dios. Cualquier pecado que hubiese sido cometido durante el día, tenía que ser dejado en ese sacrificio, el cual era un símbolo de Cristo, el sacrificio de Dios por los pecados del hombre. Y cuando la ofrenda era consumida por el fuego, los pecados eran perdonados. Y ahora, Elías está a punto de reconciliar un inmenso y horrible pecado. Elías va a poner fin a la sucesión del pecado de Jeroboam, con el cual él hizo pecar a Israel, al adorar falsos dioses.

Amigos, si nosotros nos arrepentimos sinceramente con Dios y le ofrecemos nuestros corazones como un sacrificio vivo, y sinceramente andamos en Sus caminos; Él va a enviar del cielo fuego sagrado para encender vuestras almas. Ustedes van a ser consumidos para el servicio a Dios. Vuestro amor y vuestro celo serán calientes y sinceros. Vuestra fe será fuerte, y la victoria será dulce.

Amigos, aquí hay algo más en que pensar. En el Monte Carmelo no había ni templo ni tabernáculo. Había un largo camino desde el arca del testimonio y del lugar que Dios había escogido para Su adoración en Jerusalén. Pero jamás hubo un sacrificio más aceptable para Dios que el que hizo Elías en favor de la nación de Israel.

Ahora, piensen en esto. Dios había ordenado un sistema organizado de adoración, establecido en el templo en Jerusalén, pero a veces, cuando la ocasión lo requería, el sistema era suspendido o era usado un sistema alternativo para cumplir con Sus propósitos. ¿Se acuerdan del tiempo de los jueces? En el tiempo de Samuel, cuando Ofni y Finees abusaron del pueblo, fue establecida una adoración alternativa en los hogares. También en el tiempo de Elías, las almas fieles, los 7000, tuvieron que reunirse también en sus hogares. Y aquí hay otro gran ejemplo, Elías era un profeta, pero no era de la tribu de Leví, sino que era de la tribu de Gad o Manases, los que ocuparon Gilead, donde él nació. Por lo tanto, él no era sacerdote ordenado. Pero, él llevó a cabo las funciones de sacerdote en el Monte Carmelo. La aceptación mediante fuego de la ofrenda de Elías, nos muestra que en ciertas circunstancias Dios autoriza alternativas al orden establecido, especialmente cuando el orden establecido no puede, o no quiere obedecerle.

Así, amigos, voy a hacer una declaración bastante audaz. La lección de esto es que ustedes no deben pensar que no existen alternativas para el actual estado de cosas, especialmente si el orden existente no está siguiendo las instrucciones o no está enseñando la verdad de Dios tal como se encuentra en Su Palabra. A pesar de lo que a ustedes les puedan haber dicho, Dios ordena que en tiempos de circunstancias inusuales, y en tiempos extremos, Su pueblo puede actuar y hacer cosas fuera de las líneas regulares, tales como adorar en lugares privados, conducir evangelismo, bautismos, santa cena y otros servicios ministeriales. A menudo es aquí donde la obra de sostén propio entra en acción. El mismo Elías era un profeta de sostén propio. Él no era parte del orden religioso establecido.

Jesús dijo: “Por tanto, id y haced discípulos en todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todo lo que os he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Mateo 28:19-20. Esta instrucción proveniente de la misma boca de Cristo, no está restringida al clero. Yo no estoy recomendando que el orden de la iglesia sea ignorado cuando está cooperando con el cielo, hasta que estemos en el tiempo de angustia cuando el sistema regular ya no pueda funcionar normalmente. Pero aun hoy, en ciertas circunstancias, es apropiado hacer estas cosas.

Elías ordenó que mucha agua fuese derramada sobre el altar. Él no iba a dar ninguna oportunidad a nadie de sugerir que él había usado algún truco para encender el fuego sacrificial. Esto también haría que el esperado milagro fuese aún más dramático. Todos saben que la leña mojada no arde.

Ahora, ¿de dónde obtuvieron el agua los ayudantes de Elías? Tengan en mente que las personas no pueden vivir más que algunos días sin agua. Así, Dios en Su misericordia no permitió que todas las fuentes de agua se secaran, porque sino no hubiera habido personas que pudiesen ir al Monte Carmelo a presenciar el milagro. Pero era bien difícil, sin embargo, darle agua a todas las bestias y a los seres humanos durante la severa sequía.

Muchos comentaristas dicen que en un empinado barranco cercano al lugar de la confrontación, había un arroyo que jamás se secaba. Tal vez Dios lo sostuvo para poder proveerle agua a Elías. Sin embargo, doce barriles de agua, uno por cada tribu, fueron traídos hasta el altar y fueron derramados sobre él. El agua corría encima del sacrificio, de la leña y de las piedras y también en la zanja, empapándolo todo.

Entonces Elías solemnemente y con gran sinceridad se dirigió a Dios, suplicándole humildemente para que quemara todo el sacrificio. “…Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. 
Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos.” Versículos 36-37.

Piensen en la oración de Elías por un momento. Él estaba calmo, tranquilo, y lejos del calor y del desorden del servicio de adoración a Baal. Él no habla mucho tiempo. Él no va ser conocido por sus muchas palabras o por muchas repeticiones. Observen también que el versículo 36 dice que Elías se acercó al altar, aun cuando esperaba que descendiera fuego del cielo. Él no le tenía miedo a Dios ni a Su fuego. Esta es una maravillosa lección. No debemos tener miedo respecto a lo que Dios va a hacer, si nos entregamos completamente a Él. Será una inmensa bendición para nosotros.

Elías se acercó al altar intrépidamente. Él Le habló como el Dios de Abraham, Isaac e Israel, recordándole así al pueblo su herencia. Observen también que en su oración Elías le dice a Dios que él ha hecho todas estas cosas de acuerdo con la palabra de Dios. Amigos, nuestras vidas al igual que la de Elías, tienen que ser vividas y exteriorizadas de acuerdo a la palabra de Dios. La palabra tiene que ser nuestro sistema guía, nuestro timón para que podamos atravesar las tormentas y las tentaciones de la vida. Si ustedes no estudian la palabra, ¿cómo podría ella guiarlos?

Elías, por fe reconoce que Dios ha colocado los corazones del pueblo lejos de Baal y que los ha vuelto hacia el Dios vivo del cielo.

Es como si los ángeles de Dios casi no podían esperar a que su Comandante Celestial diese la señal para encender el altar con fuego. Repentinamente, con un poderoso sonido, llamas de fuego cayeron del cielo, y el sacrificio se transformó en un chisporroteante resplandor. Este no era un fuego común. Este era el fuego de Dios. Escuchen las palabras de las Escrituras.

Versículo 38. “Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja”.

El Dios de Israel no necesita ser despertado. No necesita ser resucitado de entre los muertos, tal como se enseñaba en la mitología Fenicia acerca de Baal. Dios respondió inmediatamente con fuego, como si estuviese esperando que se ofreciese la oración de Elías. ¿Creen ustedes que Dios va a responder vuestras oraciones tan rápidamente, cuando sea de acuerdo a Su voluntad? Y sí, ciertas oraciones son respondidas inmediatamente, como la sincera oración por arrepentimiento.

Además observen, que el agua en la zanja también fue lamida y se convirtió en vapor. Tal vez esto fue una indicación de que la lluvia, la cual se forma a través del vapor que hay en el aire, estaba en camino.

Versículo 39. “Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!”

Elías no perdió tiempo. Él sabía que los sentimientos pueden cambiar, y sabía que los falsos profetas de Baal ya tenían la sentencia de muerte sobre sus cabezas, de acuerdo con la ley Judía. Vean Deuteronomio 13:1-11. Ahora él se convirtió en el juez y llevó todo a cabo, así como el mismo Cristo va a juzgar a los impíos y los va a destruir en el fuego final que va a purificar todo en esta tierra, después del milenio.

Versículo 40. “Entonces Elías les dijo: ‘Prended a los profetas de Baal, que no escape ninguno’. Y ellos los prendieron. Elías los llevó al arroyo Cisón, y allí los degolló”.

El arroyo de Cisón está en la base del Monte Carmelo y fluye paralelo al monte hasta el mar. Así que debe haber tomado algún tiempo para que el pueblo arrestara a los profetas y los condujera hasta el arroyo, donde recibieron su pavorosa sentencia. Tuvieron un poco de tiempo para pensar acerca de lo que habían hecho, antes de ser ejecutados. Jezabel mató a los profetas del Señor. Ahora, todos sus profetas fueron muertos de una sola vez. Dios los había reunido en el Monte Carmelo con este justo propósito.

Amigos, la singular victoria de Elías en el Monte Carmelo posee muchas lecciones para nosotros y es un tipo de la victoria final, cuando el propio Jesús va a triunfar sobre los impíos. La confrontación sobre la adoración será fuerte, pero la liberación del pueblo de Dios será tan fuerte como la liberación de Elías, los 100 profetas del Señor escondidos en la cueva, y los 7000 que no habían doblado sus rodillas ante Baal. Ahora eran libres nuevamente para adorar a Dios de la manera que Él lo requería, y en Su santo día sábado. Así también, Dios va a liberar a Su pueblo y va a destruir a Sus enemigos con una sentencia justa e irrevocable.

Amigos, este es el tiempo para entregar sus vidas a Cristo. No sean rebeldes. No vivan para sí mismos. Cristo va a restaurar vuestro amor y vuestro celo por Su verdad, si ustedes le entregan su corazón a Él. Oremos.

Nuestro Padre celestial, gracias por el ejemplo de la fidelidad de Elías y como Tú lo usaste para hacer volver al pueblo a Dios. Él fue un símbolo profético del tercer Elías, el cual va a hacer lo mismo en los últimos días. Que nosotros también podamos ser fieles tal como él lo fue, para que podamos ser parte del tercer Elías, también. En el nombre de Jesús, amén.

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1. B. H. Carroll, An Interpretation of the English Bible, The Divided Kingdom and the Restoration Period (Grand Rapids, MI: Baker Book House, 1986), 75-91.

2. F. C. Cook, M. A. ed., The Holy Bible, with Explanatory and Critical Commentary, vol. 2, Joshua – 1 Kings (London: John Murray, 1872), 588-596.

3. Encyclopedia Britannica, 11th Ed. vol. V, CALCHA (Cambridge, England: Cambridge University Press, 1910), 357-358.

4. A. R. Fausset, M.A., Bible Cyclopaedia, Critical and Expository, (Hartford, CT: The S. S. Scranton Company, 1900), 117, 118.

5. C. F. Keil and F. Delitzsch, Commentary on the Old Testament, vol. 3, 1 & 2 Kings, 1 & 2 Chronicles (Peabody, MA: Hendrickson Publishers, 1866-91), 171, 172.

6. John McClintock, D.D., James Strong, S.T.D., Cyclopaedia of Biblical, Theological and Ecclesiastical Literature (New York: Harper and Brothers, Publishers, 1874), 124-126.

7. Seventh-day Adventist Bible Commentary, vol. 2, Joshua to 2 Kings (Washington DC: Review and Herald Publishing Association, 1976), 815-820.