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Elías, El Profeta del Evangelio

Por Pastor Hal Mayer

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Queridos amigos:
Bienvenidos al ministerio Guardad la Fe. Gracias por estar junto a nosotros hoy mientras estudiamos otro importante mensaje para nuestro tiempo. Estamos viviendo en tiempos proféticos, y la Biblia está llena de instrucciones y de sabiduría para mostrarnos cómo pensar, y para ayudarnos a transitar estos tiempos importantes. Ustedes no quieren estar inseguros y sin Cristo el día en que se promulguen leyes opresivas. Nos estamos acercando rápidamente a ese día. Las noticias que Edward Snowden reveló acerca de la Agencia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos, nos muestran un poco de los obje-tivos que tienen las elites globales; cómo un día van a perseguir al pueblo de Dios y le van a impedir dar el último mensaje de advertencia, si es que pueden. La vida de Elías es un poderoso testimonio en relación a cómo vivir en un medio ambiente tan peligroso y opresivo.

Gracias por vuestras oraciones y apoyo para el Ministerio Guardad la Fe. Estamos agradecidos por cada donación y por cada oración que haya bendecido la obra de Guardad la Fe. Estamos por comenzar la remodelación del departamento de terapia en el Centro de Calidad de Vida en Highwood, nuestro mi-nisterio en Australia. Dios ha bendecido mucho a nuestras visitas allí. Estas renovaciones van a costar cerca de 150.000 dólares estadounidenses, lo cual no es mucho realmente, por lo menos para el Señor. Aun necesitamos ayuda para poder cubrir el costo. Por favor, lean la carta incluida. Si ustedes pueden ayudar en este importante proyecto, por favor, envíen su donación hoy. Y muchísimas gracias. Y fi-nalmente, si aún están interesados en ayudar voluntariamente en este proyecto, por favor pónganse en contacto conmigo a través de nuestras oficinas. Aún tenemos oportunidades en diciembre, enero y fe-brero.

Al analizar los tiempos en que vivimos, me parece que ahora más que nunca tenemos que ser uno con Cristo y obedecer todos Sus consejos, al igual que Elías. Tenemos que llegar a ser hombres y mujeres de sinceras y persistentes oraciones, al igual que Elías. Este es un paso muy importante si están planifi-cando sobrevivir en la crisis venidera y alcanzar el reino eterno. Ustedes necesitan la protección de Dios, y la obediencia a Su consejo es el camino para alistarse. Pero no queremos la protección de Dios porque tenemos temor de los gobiernos de este mundo. Queremos la protección de Dios porque amamos a Cristo y queremos vivir para Él. Vivir completamente para Cristo va a ser peligroso en el nuevo orden mundial, especialmente cuando las leyes de adoración en domingo y otras medidas opresivas sean impuestas. Pero en Cristo no hay temor. Mientras observamos las señales de los tiempos, podemos ver el continuo progreso del enemigo. Prestemos atención y supliquemos a Dios sinceramente por Su gracia y su poder en nuestras vidas.

Antes de comenzar nuestro segundo estudio sobre Elías, inclinemos nuestros rostros en oración. Nuestro Padre celestial, grande es Tu amor por la raza humana. Gracias por la manera en que has trabajado en nuestras vidas y en las vidas de Tus fieles mensajeros a través de los siglos. Hoy oramos para que nos envíes Tu Espíritu Santo, de tal manera que podamos escuchar Tu voz mientras estudiamos Tu santa Palabra. Tenemos que entender nuestros tiempos y cómo recorrerlos espiritualmente. Por favor, abre nuestras mentes y nuestros corazones hoy. Te lo agradecemos y lo rogamos el nombre de Jesús, amén.

Vayan en sus Biblias a 1ª Reyes 17:7-9. Estos versículos representan un punto importante en el minis-terio de Elías. “Pasado cierto tiempo, el arroyo se secó, porque no había llovido sobre la tierra. Entonces vino Palabra del Eterno a Elías: ‘Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y quédate allí. Yo he mandado allí a una viuda que te sustente’”.

Elías había confrontado y expuesto la maldad y el pecado de Acab y estaba escondido. La noticia que Elías tenía poder para detener la lluvia y traer sequía y hambre, sin duda se dispersó por todo Israel. Pe-ro Acab no solo estaba enfadado con Elías. Él y Jezabel estaban furiosos con esos instructores bíblicos de las escuelas de los profetas que se estaban oponiendo a sus leyes religiosas. Para poder encontrar a estos obreros religiosos secretos y matarlos, Acab tuvo que establecer un sistema nacional de vigilancia y designar espías para encontrarlos, y ahora también encontrar al fugitivo Elías. Ellos planificaron do-minar todo y exigir que Israel adorase a Baal. Sin duda que persiguieron a todos los que ellos sospe-chaban se estaban oponiendo a su progresiva política de liberalización o de quien percibieron que podría ser su enemigo político. ¿Les suena esto parecido a lo que hacen algunos líderes modernos hoy?

Ustedes pueden ver que los principios hoy son los mismos que en el pasado con Elías. Esto se debe a que la naturaleza humana no cambia. Los líderes del gobierno moderno tienen la misma intención de controlar y dominar como lo hizo Acab. Y las elites globales están trabajando para lograr que todo el mundo esté bajo su control. Esta es una de las razones por la cual los personajes e historias en las Escri-turas son proféticas. Ellas nos muestran lo que va a venir a través de lo que ya pasó. Hoy poseemos grandes técnicas digitales que Acab no tuvo. Pero los principios básicos son los mismos.

Los gobiernos terrenales tienden a ser cada vez más controladores. Eso está en su ADN, así que no de-biera sorprendernos que los líderes gubernamentales quieran obtener más control, y lo harán gradual-mente sin importar de qué partido político sean. No se olviden, los líderes políticos no están en la cima de la pirámide en términos de control. Están bajo maestros ocultos, maestros como las sociedades se-cretas con las cuales están conectados, maestros como las cábalas bancarias y las familias súper ricas que controlan y manipulan las economías, maestros como los hombres de la Iglesia del Vaticano con los cuales se consultan para ser guiados en los asuntos globales.

Y todo conduce al mismo lugar en que Acab y Jezabel fueron conducidos; la rebelión contra el Dios del cielo y contra Su santa ley. Acuérdense que Acab y Jezabel fueron los que impusieron las leyes religio-sas en el país de Israel. En esencia ellos impusieron leyes de adoración e impusieron la pena de muerte a cualquiera que se rehusara a andar con ellos o se les opusiera. ¿Les suena esto parecido a algo que va a suceder en el futuro?

Los obreros bíblicos en aquellos días, conocidos como los profetas del Señor, expusieron al impío rey y a su pagana esposa. Revelaron información al pueblo acerca de lo que los reyes estaban haciendo y cómo esto estaba en conflicto con la voluntad de Dios. Les mostraron por la palabra de Dios que lo que Acab y Jezabel estaban haciendo estaba errado. Ellos estaban tratando que las personas permanecieran leales a Dios y que no siguieran en la impía y licenciosa adoración a Baal.

Pero fueron perseguidos; fueron cazados como criminales y tuvieron que encontrar alguna especie de asilo. Jezabel y sus agentes se las ingeniaron para hacer disminuir sus filas matándolos donde quiera que los encontraran. No hubo un juicio justo, o un proceso judicial. La ejecución sumaria fue el camino utilizado por Jezabel. Nosotros lo llamamos muerte extra-judicial, o asesinato fuera de los medios lega-les normales. Los modernos gobiernos occidentales están ahora comenzando a hacer lo mismo. Aquel fue un tiempo muy angustioso para cualquiera que no quería doblar la rodilla ante Baal. Era peligroso oponerse a Acab y Jezabel, así que tenía que hacerse silenciosamente.

Este no debe haber sido un buen tiempo para vivir en las ciudades, si es que ustedes querían ser fieles al Señor y no ser detectados. En la ciudad hay muchos ojos curiosos y oídos atentos. Había muchos es-pías, agentes secretos y policías encubiertos trabajando para seguir a cualquiera que se opusiera al ré-gimen.

Para que la persecución tenga éxito, los gobiernos terrenales siempre han establecido un sistema de vi-gilancia para encontrar y seguir a aquellos que no están en armonía con el régimen gobernante. Además, tienen que tener métodos internacionales para presionar a los gobiernos extranjeros a que no le den asilo a sus oponentes o “soplones”. Acab envió diplomáticos a los países vecinos para exigir la extradición de Elías, si es que estuviese en otro país. Trabajó muy duro en encontrar a Elías para obligarlo, si pudiese, a invertir la sentencia de sequía sobre la nación de Israel.

Otra cosa que observamos en nuestro último estudio es que Elías fue un tipo del segundo Elías, que fue Juan el Bautista, el precursor de Cristo. Él también fue un tipo del tercer Elías del tiempo del fin justo antes de la segunda venida de Jesús. El fiel pueblo de Dios en los últimos días va a traer un mensaje de reforma espiritual al igual que Elías y Juan, y restaurará la verdadera adoración a Dios en un tiempo de una apostasía similar. Ellos harán el mismo trabajo que los “Elías” previos. Y será igualmente peligroso. No se olviden cuán peligroso fue para Juan el Bautista. Él terminó con la pena de muerte debido a su mensaje específico y por llamar al arrepentimiento a las personas y al impío rey.

La protección de Dios sobre Elías debería ser observada cuidadosamente. Elías era el fiel mensajero de Dios. Él estaba motivado por su amor a Dios, y era leal. Él amaba la ley de Dios. Su celo reflejaba su carga emocional por el honor de Dios. No podemos decir que ninguno de los “Elías” previos era de la “clase educada”. No eran eruditos, profesores, abogados o ricos hombres de negocios. No había títulos detrás de sus nombres, ni diplomas en sus paredes, nada que pudiera darles credibilidad ante el mundo. Y es así como debiera ser. Es justamente como Dios lo quería. Ustedes pueden ver, que Dios hace que la sabiduría del mundo sea una tontería, y la tontería de predicar a Cristo la sabiduría que ninguna per-sona mundana puede entender.

Aquí está en 1ª Corintios 1:27-29: “Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menos-preciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presen-cia.”

No es el estudiado doctor o el altamente entrenado profesor que Dios puede usar. Son las almas humil-des y simples las que Él coloca frente a las personas. Elías fue un muchacho de campo de las montañas de Gilead. Juan el Bautista fue un hombre rudo en el desierto. Pero ambos tuvieron un tremendo impac-to sobre el pueblo. Asique no esperen que las autoridades religiosas les avisen cuando venga el tiempo de prepararse para la crisis. Ellos normalmente hacen acepción de personas. Ellos satisfacen a la clase alta de la sociedad. Pero Dios probablemente no los va a usar, a menos que sean humildes y mansos. No piensen que ustedes tienen que poseer algún grado teológico para poder hacer la obra de Dios en estos días. Yo les voy a contar el secreto. Si quieren ser efectivos en el trabajo de restaurar la verdadera adoración a Dios en los días de peligro y en los días anteriores, ustedes necesitan algo más. El secreto es que tienen que conocer y aplicar la palabra de Dios en su vida de una manera práctica. Tienen que caminar con Dios como Elías. Tienen que tener una experiencia llena de poder con Cristo. Tienen que tener una vida de sincera oración.

Ustedes pueden ver que Dios permite que el hombre use su así llamada sabiduría política y económica, para construir un sistema en oposición a Él. Permite que los líderes mundiales se coloquen arrogante-mente en los escenarios del mundo, y en su orgullo Él les permite construir un sistema de vigilancia y de control económico. Les permite gastar billones en perfeccionar estos sistemas y mecanismos para que piensen que poseen una completa y total información. Les permite organizar grandes agencias para espiar a las personas en todo el mundo, y es tan penetrante que humanamente nadie puede escapar del lazo que les es arrojado. Si una persona como Edward Snowden escapa, ellos aprenden la lección y per-feccionan su sistema aún más, para que no suceda nuevamente.

¿Saben ustedes por qué Dios permite que este espantoso sistema de inteligencia y de vigilancia se enro-lle como un gigantesco octópodo alrededor del planeta? No es porque Él quiere que ustedes tengan miedo. No es porque Él quiere que ustedes tiemblen y se encojan de temor en ansiedad y preocupación. Oh no… Él lo permite para que aparezca en la prensa, para que podamos ver la construcción de este poderoso sistema bajo el control de los líderes mundiales. De esa manera podemos entender lo que el enemigo está planificando para el pueblo de Dios. Los líderes mundiales tal vez ni siquiera se lo imagi-nan, pero están cooperando con el enemigo para construir un sistema que un día será utilizado contra el verdadero pueblo de Dios. Ya está comenzando a suceder en pequeña escala. Pero el verdadero asalto contra el pueblo de Dios será sobre las leyes de adoración que serán impuestas en todo el planeta muy pronto.

Dios quiere que veamos el magnífico sistema, de tal manera que podamos entender que no hay espe-ranza de protección en los sistemas y gobiernos humanos y de los líderes humanos. Él quiere que uste-des lo vean para que vayan volando como un pajarito hacia Él. Ustedes tienen que depender solamente de Dios, y Él quiere que entiendan por qué. ¿No es esto misericordioso? Hay todavía una razón más por la cual Dios nos da vislumbres del sistema. Dios permite que los hombres como Edward Snowden lle-guen a “soplar” algo acerca de estos magníficos planes que están siendo construidos, para que podamos entender mejor el poder de Dios para derrotarlos. Él hizo eso con Sadrac, Mesac y Abednego. Lo hizo con Ester y los judíos en sus días. Lo hizo con Elías y lo va a hacer nuevamente.

Cuando el pueblo de Dios se enfrente a las leyes dominicales nacionales y globales, las cuales son el objetivo final de la globalización y del nuevo orden mundial; cuando Sus santos estén bajo la severa presión de ceder a su fe o morir, cuando escapar sea imposible y estén rodeados por todas las fuerzas de vigilancia gubernamentales, legales y económicas y de otras promulgaciones opresivas; Dios va a revelar Su poder y va a derribar todo, va a barrer con todo y va a mostrar la futilidad del poder humano en contraste con el tremendo poder de Dios para liberar a Sus santos. ¿No es esto maravilloso, mis amigos?

Escuchen esta interesante declaración del Tomo 5 de Testimonios para la Iglesia p.426. “Satanás exci-tará indignación contra la humilde minoría que concienzudamente se niega a aceptar las costumbres y tradiciones populares. Hombres de posición y reputación se unirán con los inicuos y los viles para ma-quinar contra el pueblo de Dios”.

Esto está hablando acerca de los líderes de las naciones y de los ricos de la tierra, y de aquellos que son respetados como líderes religiosos. Ellos se van a unir para oponerse a aquellos que como Elías defien-den la verdadera adoración y la ley de Dios.

Voy a continuar leyendo. “La riqueza, el genio y la educación se combinarán para cubrirlos de escarnio. Los perseguidores gobernantes, ministros de la religión y miembros de las iglesias conspirarán contra ellos. De viva voz y por la pluma, con jactanciosas amenazas y ridículo, procurarán destruir su fe. Por calumnias y airados llamamientos, despertarán las pasiones del pueblo. No teniendo un ‘Así dicen las Escrituras’, para presentarlo contra los defensores del sábado bíblico, recurrirán a promulgaciones opresivas para suplir la falta”.

¿Cuáles serán esas promulgaciones opresivas? Ellas van a incluir la ley que impide comprar y vender. La sociedad digital nos ha conducido a la cumbre de todo esto. El dinero digital es la manera más fácil para hacer obligatorias esas leyes.

Otra promulgación opresiva serían leyes que le dan poder a las agencias como la Agencia Nacional de Seguridad para espiar y recolectar tanta información como sea posible de cada uno y de cada cosa. Eso le da al gobierno un enorme control sobre la sociedad. Cuando haya una gran crisis, el pueblo va a exigir la ley dominical y los legisladores van a ceder, y las cortes van a encontrar alguna justificación para eso.

He aquí el resto de la declaración. “Para obtener popularidad y apoyo, los legisladores cederán a la de-manda de una ley dominical… Sobre este campo de batalla se produce el último gran conflicto de la controversia entre la verdad y el error”.

Dios permite que estas cosas que producen miedo se desarrollen y se desplieguen sobre aquellos que no necesariamente están bajo Su protección, de tal manera que Su pueblo fiel que está prestando atención, pueda obtener una vislumbre de cuán terribles son los poderes de la tierra en su asociación con el enemigo, incluyendo presidentes, primeros ministros y otros hombres poderosos de la tierra. No estoy diciendo que ellos quieran serlo. Ellos podrían incluso estar desconociendo esto. Pero aún están en aso-ciación con el enemigo, porque el enemigo los usa para llevar a cabo sus planes.

Por la forma en que ellos tratan a sus adversarios, “soplones” y a otros como blancos más “legítimos”, podemos entender la manera en que ellos trabajan para acorralar al pueblo de Dios y para oprimirlos. Podemos ver el gran cerco que están construyendo alrededor de la sociedad, de tal manera que puedan atrapar a aquellos que reprueban sus planes ambiciosos y rebeldes.

Dios no permite todo eso para amedrentarnos. Es así para que podamos confiar más plenamente en Él. Algunos miembros de iglesia le temen al ser humano. Pero no deberían hacerlo. Dios es más poderoso que todos los dispositivos del hombre para atrapar a aquellos que aman la verdad de Dios. Ellos están colocándole una trampa al pueblo de Dios. Están construyendo un sistema que los va a acorralar y no les va a dar ninguna opción, sino la de someterse a sus leyes, o perder sus vidas.

Escuchen esta declaración de El Conflicto de los Siglos p.688-689. Esta es la mejor manera en que Dios puede proteger a Su pueblo cuando existe el mejor interés para Su causa. “Si los hombres tuviesen la visión del cielo, verían compañías de ángeles poderosos en fuerza estacionados en torno de los que han guardado la palabra de la paciencia de Cristo. Con ternura y simpatía, los ángeles han presenciado la angustia de ellos y han escuchado sus oraciones. Aguardan la orden de su jefe para arrancarlos al pe-ligro. Pero tienen que esperar un poco más. El pueblo de Dios tiene que beber de la copa y ser bautizado con el bautismo. La misma dilación que es tan penosa para ellos, es la mejor respuesta a sus oraciones. Mientras procuran esperar con confianza que el Señor obre, son inducidos a ejercitar su fe, esperanza y paciencia como no lo hicieron durante su experiencia religiosa anterior… Los centinelas celestiales, fieles a su cometido, siguen vigilando. Por más que un decreto general haya fijado el tiempo en que los observadores de los mandamientos puedan ser muertos, sus enemigos, en algunos casos, se anticiparán al decreto y tratarán de quitarles la vida antes del tiempo fijado. Pero nadie puede atravesar el cordón de los poderosos guardianes colocados en torno de cada fiel. Algunos son atacados al huir de las ciudades y villas. Pero las espadas levantadas contra ellos se quiebran y caen como si fueran de paja. Otros son defendidos por ángeles en forma de guerreros”.

La Biblia está llena de promesas para aquellos que confían en el Señor. Una de ellas se encuentra en el Salmo 91. Ustedes conocen el capítulo. Comienza con estas palabras: “El que habita al abrigo del Altí-simo, morará bajo la sombra del Todopoderoso”. Pero en el versículo tres, miren lo que dice: “Él te li-brará del lazo del cazador, de la plaga destructora”.

¿Creen ustedes que Dios es capaz de librarlos de todos estos grandes propósitos de atrapar y acorralar al pueblo de Dios? El pueblo de Dios va a escapar de la trampa de los cazadores por el poder de Dios. Y ellos le van a dar la gloria a Él. Él nos va a llenar de admiración con Su gran poder para liberar. Él ama a Su pueblo. Él los va a conducir hasta el límite, y entonces les va a mostrar a ellos y a sus enemigos lo que Él puede hacer y que todos sus costosos sistemas no sirvieron de nada. Pero también los hace pasar por penurias y pruebas para enseñarles que no deben confiar en las defensas humanas y que tienen que confiar totalmente en Dios.

Ahora, pensemos en el celo de Elías por unos momentos. El celo es algo emocional, y es algo muy pro-fundo. Existen dos tipos de celo. El celo genuino por el Señor destaca la profunda angustia del alma sobre los muertos vivos que hay a su alrededor. Sí, los muertos vivos. Hay muchos que están espiri-tualmente muertos, aun cuando todavía están viviendo y respirando. No están viviendo a la luz de la verdad de Dios. No poseen una relación con Cristo, y se perderán si no se hace algo para despertarlos.

Algunos hasta hacen una gran profesión de piedad. Pueden ser miembros de iglesia, pero están perdidos porque no aman a Cristo. Le brindan a Cristo un servicio de labios, pero no le entregan el corazón. No entienden el verdadero propósito de Dios. Ni tampoco entienden la importancia de tener el carácter de Cristo en sus corazones y de vivir una vida totalmente dedicada a Dios. Gastan su energía y dinero en sí mismos en vez de hacerlo en la causa de Dios. Gastan su tiempo oponiéndose a la verdad y a los men-sajeros de la verdad.

Escuchen como lo explica el apóstol Pablo en Romanos 10:2. Hablando de los hijos de Israel él dice: “Porque testifico en favor de ellos, que tienen celo por Dios, pero sin pleno conocimiento”. Ustedes ven que tienen celo, que afirman es de Dios, pero no es realmente eso. Es egoísmo y está centralizado en sus opiniones y en otras motivaciones personales. Este celo guarda rencor y amargura contra el adversario. Es un tipo de profundidad emocional que es muy perseguidora, especialmente de aquellos que no con-cuerdan con las opiniones prevalecientes y con la baja espiritualidad en la iglesia.

El verdadero celo por Dios es humilde y manso, pero es potente. Está especialmente preocupado con la gloria de Dios y Su ley. Escuchen las palabras del Salmista: “Mi celo me ha consumido, porque mis enemigos olvidaron tus Palabras”. Esto es del Salmo 119:139. Observen qué es el celo del que es celoso por la palabra de Dios. Cuando los pecadores pisotean la ley de Dios y deshonran a Dios, debiéramos tener una profunda y ansiosa preocupación por restaurar ese honor… Ese es nuestro propósito. Ese es el propósito de los adventistas guardadores del sábado en los últimos días. Ellos son el tercer Elías, porque están restaurando la verdadera adoración a Dios en el mundo.

Jesús tuvo este tipo de celo. Cuando Él purificó el templo, sus discípulos se acordaron del Salmo 69:9, que dice: “El celo por tu casa me consume…”. La casa de Dios había sido convertida en cueva de la-drones. El escandaloso tráfico no era una honra para Dios. Cristo sabía que tenía que restaurar la ver-dadera adoración en Israel, y también el honor de Dios.

Acab también tenía mucho celo, pero no era de acuerdo al conocimiento. Tenía tanto celo que él y Je-zabel mataron a las personas que ellos consideraron enemigos del estado.

Dios protegió a Elías a través del arroyo de Querit. Dios lo envió allí porque no podía estar envuelto con la sociedad humana. Él estaba solo. No podía comprar ni vender. Estaba bajo prohibición, y Dios sabía que no iba a sobrevivir para llevar a cabo Su propósito a menos que fuese protegido. Dios tenía un trabajo para que él hiciera. Lo mismo que hizo por Elías, Cristo va a hacer por Sus fieles testigos en los últimos días durante todo el tiempo que Él los necesite.

Escuchen lo que dice el libro Maranata p.268. “Durante la noche pasó ante mí una escena sumamente impresionante. Parecía haber gran confusión y lucha de ejércitos. Un mensajero del Señor se paró ante mí y dijo: ‘Llama a tu familia. Yo os conduciré, seguidme’. Me llevó por un oscuro pasaje a través de un bosque; luego por un desfiladero de las montañas, y dijo: ‘Aquí estarás segura’. Había otros que ha-bían sido llevados a aquel retiro. El mensajero celestial dijo: ‘El tiempo de prueba vendrá como ladrón en la noche, como el señor anunció que vendría’”.

Ustedes ven que la protección de Dios aún está planificada para las almas fieles en el tiempo de angus-tia. Y va a sobrepasar todos los sistemas de vigilancia de alta tecnología que están siendo instalados. Así como Cristo estuvo con los tres hebreos en el horno de fuego, así como estuvo con Elías en el arro-yo de Querit, Cristo va a estar con Sus fieles cuando estos sean cortados de la sociedad humana, y cuando los sistemas humanos sean usados contra ellos. Cuando existan leyes religiosas que los opriman; cuando no puedan comprar o vender; cuando no tengan un lugar adonde esconderse, Dios les proveerá refugio y los sostendrá. Probablemente será en lugares no comunes, pero será un refugio. Y podrán tener una comunión con Dios en sus refugios.

Para entender la manera en que Dios sostiene, tenemos que entender un poco cómo Él sostuvo a Elías. ¿Dónde creen ustedes que los cuervos encontraron el alimento que le llevaron a Elías? Dios pudo haber dicho las palabras y los cuervos habrían tenido el pan en sus picos. Pero si Dios hubiese hecho eso, ¿por qué entonces no decir las palabras y el pan y la carne habrían estado delante de Elías? De alguna manera, yo no creo que haya sucedido eso. Mi imaginación se aferra a una escena diferente. Mientras leen las historias de la palabra de Dios, colóquense a ustedes mismos en el lugar de las personas en-vueltas. Imaginen sus pensamientos y sentimientos. Imaginen las circunstancias y compárenlas con nuestros tiempos.

Dios puede y hace milagros cuando es en el mejor interés de Su causa. Pero Dios usa más a menudo los simples elementos de Su creación para proteger y sostener a Su pueblo. Él usó el arroyo para que Elías bebiera y el bosque para esconderlo del impío rey. Él usó los cuervos para que encontraran el pan y la carne y que se la llevaran cada día.

Había un lugar en todo Israel donde ciertamente había comida. Ese era el palacio de Acab y Jezabel. Recuerden, había mucha gente comiendo en el palacio. Había 450 profetas de Baal y 400 profetas de los bosques, los cuales comían de la mesa de Jezabel (1ª Reyes 18:19), más sus familias, sin duda. Además estaba la casa real, la cual probablemente tenía muchos sirvientes, sus familias y otros. Tal vez había más de 1.000 personas comiendo cada día en el palacio, o tal vez unas 2.000. Mientras la nación sufría la severa sequía, Acab y su palacio tenían de todo para comer. Tenían una despensa muy grande.

Quizás no había una sala donde todos podían estar para comer, probablemente tenían que comer afuera bajo alguna sombra o alero que existiese. Ellos no poseían grandes centros de convenciones como los que tenemos hoy como para poder alimentar a un par de miles de personas.

Y siempre estaban también aquellos molestos y “hambrientos” cuervos. Siempre estaban tratando de robar el pan y la carne de la mesa antes que alguien llegara a sentarse a comer. O iban a hurtadillas a la cocina cuando los cocineros no estaban mirando y se robaban un poco de comida. Acab y Jezabel y los profetas de Baal ni se imaginaban que esos cuervos estaban yendo a alimentar a Elías. ¿No les agradan los caminos de Dios? Él usa hasta a sus enemigos para beneficiar a Su pueblo.

El comportamiento de Acab era clásico. Muchos líderes, aun en países democráticos en estos días, to-man las cosas para sí mismos, las cuales no están disponibles para el público en general, las cuales los mantienen independientes y privilegiados aun cuando promueven programas sociales que mantienen a las personas subsistiendo o dependientes del gobierno. Por ejemplo, el Congreso de los Estados Unidos ofrece un programa médico que es de primera clase, aun cuando el resto de la nación está siendo obli-gada a usar un programa de salud socializado, que es cualquier cosa menos generoso.

Acab no fue la excepción. Sin embargo, la sequía fue tan severa, especialmente después de un par de años que ya lo estaba exprimiendo a él. Estaba perdiendo sus bienes, los animales, los caballos, las vacas y otras cosas a la derecha, a la izquierda y en el centro. ¿Creen ustedes que tiempos duros como esos pueden sobrevenirle a su país? Las sequías hoy en día son comunes. En los años recientes ha habido severas sequías en China, Rusia, los Estados Unidos, África, etc.

El hecho que Acab egoístamente acumuló alimento para sí mismo y para todos aquellos fanáticos reli-giosos que estaban presionando para imponer una falsa adoración, no hizo que Dios deje de proveer pa-ra Elías. Dios posee miles de maneras para cuidar a Su pueblo fiel. Y Él puede proveerles de las mismas mesas que alimentan a sus opresores. No se olviden que Abdías era el gobernador del palacio. Él temía a Dios. Tal vez él fue uno de los 7.000 que no habían doblado sus rodillas ante Baal. Él estaba a cargo de la despensa de Jezabel y estaba alimentando secretamente a 100 de los siervos de Dios escondidos en una cueva. ¿Adónde conseguía la comida para llevárselas durante la noche a la cueva? Sin duda, que era de la misma despensa de Jezabel. Cuán irónico. El mismo que estaba matando a los profetas del Señor, sin querer estaba proveyéndoles alimento a través de alguien en quien ella confiaba. Y si Jezabel estaba alimentando a todos esos profetas paganos, Dios podía ciertamente usar algo de eso para Sus propios siervos. Después de todo, todas las cosas le pertenecen. Él podía hacer con eso lo que quisiera.

Eventualmente, las vertientes naturales que alimentaban el arroyo Querit, se secaron. Pero Dios no se olvidó de Elías. Él tenía un plan para él. De hecho, Dios podía haber hecho que milagrosamente esa co-rriente de agua continuara indefinidamente. Él controla todas las fuentes de las aguas de todo el mun-do. Pero Dios no hizo eso. Él tenía un propósito al dejar que el arroyo se secara. ¿Cuál creen ustedes que era ese propósito? ¿Podría haber sido el de poner a Elías en contacto con una persona que deseara una vida mejor, y que quisiese conocer al Dios de Israel? Eso mismo. Era para ganar almas.

Ahora permítanme hacerles una pregunta. ¿Creen ustedes que Elías se irritó cuando se secó el arroyo y no pudo beber más de él? ¿Creen ustedes que entró en pánico? Yo no lo creo. Yo creo que Dios permi-tió que el arroyo se secara para ver cómo Elías se maravillaría con lo que Dios iba a hacer después. Al-gunas veces, Dios permite que perplejidades entren en nuestras vidas para que podamos pensar en el di-lema y para que confiemos en Él para una solución. Pero si nos irritamos y nos ponemos ansiosos, y nos quejamos contra Dios, no hemos aprendido la lección, ¿no es verdad?

Yo creo que Elías se preguntó qué es lo que Dios había planificado para su sobrevivencia. Yo sospecho que él oró y le preguntó a Dios qué era lo que tenía que hacer ahora. Ustedes saben, Elías era un hombre de oración. Y si ustedes van a sobrevivir en el conflicto venidero, y van a ser protegidos de todos los avances de la alta tecnología que está siendo instalada contra el pueblo de Dios, también tienen que ser hombres y mujeres de oración. Sus vidas de oración tienen que ser fuertes y consistentes. Cada vez que exista un problema, vuélvanse primero a Dios en oración, y entonces usen el cerebro que Dios les dio para buscar una solución.

Y Dios no permitió que Su siervo muriese. El arroyo de Querit se secó, pero el cuidado de Dios por Su siervo nunca cesó. 1ª Reyes 17:8-9. “Entonces vino Palabra del Eterno a Elías: ‘Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y quédate allí. Yo he mandado allí a una viuda que te sustente’”.

¿Qué? ¿Ir a esa nación pagana? ¡Debe estar bromeando! Ese es el mismo lugar de donde vino Jezabel. Estaban ayudando a Acab para encontrar a Elías. También estaban sufriendo con la sequía. ¿Qué es lo que Dios le estaba pidiendo? ¿No había espías en Sidón? ¿No había allí todo un sistema de informantes para descubrir si Elías estaba en el país de Sidón, al igual que en Israel?

Pero Elías no cuestionó a Dios. Él simplemente obedeció Su voz. La Biblia dice que se levantó y fue a Sarepta. 1ª Reyes 17:10.

Pero antes que abandonemos el arroyo de Querit, pensemos por un momento en este arroyo seco. El arroyo seco era un símbolo de cosas espirituales. Representaba la condición de sequía espiritual de Is-rael, debido a la apostasía nacional hecha obligatoria por Acab y Jezabel. Cuando las personas le dieron las espaldas a Dios, al igual que el gradual secamiento del arroyo, también tuvieron cada vez menos in-terés en las cosas espirituales. Gradualmente perdieron su deseo por la verdad, hasta que estuvieron tan secos como el arroyo de Querit y todos los demás arroyos, ríos y fuentes de agua en Israel. Pero aun cuando Dios trajo una sequía sobre el país, fue debido al amor y cuidado por Su pueblo que hizo esto. Él quería que ellos entendieran los principios del cielo. Él quería que comprendieran la totalidad de Su propósito para con ellos. Pero bajo Acab y Jezabel, esto era imposible. Cuando Dios castiga o trae Sus juicios sobre las personas, es porque Él quiere despertarlos de su sequía espiritual.

El arroyo seco también representaba a las almas secas de Sidón y en particular de Sarepta, cuya sed no podía ser saciada con una filosofía pagana ni con una falsa adoración. Amigos, el arroyo seco de Elías también representa al mundo en nuestros días, cuyos ciudadanos no están conscientes que se están aproximando rápidamente al fin del tiempo, un mundo que está corriendo tan rápido como puede a la destrucción. Representa a las almas a quienes ustedes, siendo el tercer Elías, tienen que encontrar y ad-vertirles de la pronta venida de Cristo y de la urgente necesidad de preparación. Oh amigos, no menos-precien el arroyo seco.

Así como Elías contempló lo que Dios iba a hacer después, sin duda que él pensó en las sedientas almas que no tenían ninguna idea de cómo encontrar la salvación. Él pensó que era el único siervo del Señor, pero su preocupación eran las almas perdidas de Israel.

Se levantó del arroyo seco y se dirigió hacia una mujer desesperada, que espiritualmente estaba seca y sedienta de la verdad. Dios estaba preparando a esta humilde mujer para algo muy especial. Dios no lo envió a las viudas de Israel. La mayoría de ellas, sin duda, temían a Acab; habrían dudado en invitarlo a sus casas. Cuando Jesús comentó esto en Lucas 4:25-26, simplemente destacó que había muchas viudas en Israel en aquel tiempo, y que Dios no les envió a Elías. Si lo hubiese hecho, hubiera habido alboroto por todos lados y Elías y esas mujeres habrían estado en peligro. Ellas, probablemente también estaban desesperadas, pero tal vez no estaban listas para obedecer. Dios envió a Elías como Su primer profeta a los gentiles, para bendecir a esta mujer con el mensaje y el poder de Dios.

Recuerden que Juan el Bautista también fue enviado a los Gentiles y también a la casa de Israel. El ter-cer Elías tiene que hacer lo mismo. Elías fue guiado para que saliese de su país natal. Ellos habían adoptado todos los ritos y ceremonias de adoración paganos, e Israel se había convertido en algo peor que ellos. Así, Elías fue enviado a los Gentiles para enseñarles la verdad de Dios, así como los apóstoles fueron instruidos a hacerlo siglos más tarde. Ver Hechos 18:6.

¿Pero por qué más envió Dios a Elías a Sidón? Este era el hogar de Jezabel. Este era el verdadero centro de la falsa adoración. ¿Creen ustedes que Dios va a enviar a algunos de aquellos que son el tercer Elías justo al corazón de la falsa adoración en nuestros días, para traer humildes almas a la luz de la verdad? Tenemos que dar el mensaje de advertencia: “Salid de ella pueblo mío…”. Esto sugiere que tenemos que ir adonde ellos están para poder encontrarlos. Yo creo que es muy interesante que aun cuando Jezabel era la peor enemiga de Elías, Dios lo envió a su país para encontrar un lugar adonde esconderse. La sociedad vigilada de Jezabel falló en observar que Elías había ido a su propio país para enseñarle a una humilde mujer allí, acerca del Dios del cielo, a quien Jezabel había despreciado. ¿No es Dios fantástico? No necesitamos preocuparnos con nada. Todo está bajo Su control. Y Él sabe cómo obrar de maneras maravillosas para llevarle la verdad a aquellos que no lo conocen.

¿Y qué sucedió con su anfitriona? Esta mujer no era una de las ricas mercaderes o de los grandes hom-bres de Sidón. ¡Oh no! Esta mujer era tan pobre en los bienes de esta tierra, que no tenía un siervo que le fuera a buscar leña. Ella misma tenía que ir a buscarla. Ella estaba más en una condición de recibir limosnas y caridad, que atender a un extranjero. Ella no poseía una alta posición como la de Abdías, quien había alimentado a los obreros bíblicos del Señor en una cueva. Ella era una humilde mujer de la casta más baja de la sociedad. No era educada, sino que era pobre de espíritu. No era sofisticada sino que era humilde y podía ser enseñada. Nuevamente Dios revela que puede usar las cosas débiles y ton-tas del mundo para que lo honren con Su presencia. ¿No es esto precioso, mis amigos? Dios quiere honrarlos con Su presencia, pero ustedes tienen que ser pobres de espíritu, tal como lo era esta mujer. Dios es un Dios de los pobres y de las viudas. Él es un Dios de aquellas que no tienen un esposo o una esposa. Él es un Dios de aquellos que desesperada y extremamente sienten necesidad de Dios.

Leamos lo que sucedió en 1ª Reyes 17:10-12. “Entonces él se levantó y se fue a Sarepta. Cuando llegó a la puerta de la ciudad, vio a una mujer juntando leña. La llamó, y le dijo: ‘Te ruego que me traigas un poco de agua en un vaso, para que beba’. Al ir ella a traérsela, él la volvió a llamar, y le dijo: ‘Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano’. Ella respondió: ‘Vive el Eterno tu Dios, que no tengo pan cocido. Sólo tengo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en una vasija. Ahora juntaba esta leña, para prepararlo para mí y mi hijo, para comerlo, y después morir’”.

¡Qué historia triste! He aquí una mujer que no conocía al Dios de Israel. Estaba desesperada y se había resignado a su destino. Estaba en su extrema instancia. Sabía que estaba perdida. Sabía que estaba sin esperanza. Sabía que no tenía una fuente o una solución para su problema. Ese es el preciso instante en que Dios le envía un hombre que Él usa para atraerla a Cristo. Personas en crisis, mis amigos, son las que Dios puede alcanzar. No tienen a nadie ni ningún lugar a donde ir. Ustedes son el instrumento de Dios para ayudar al desamparado, esperanza al desesperanzado, y alegría al triste. De eso se trata cuando Malaquías 4:6 dice de Elías, el tercer Elías, “Él convertirá el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres”. Esta es una obra espiritual de reconciliación entre el hombre y Dios y con nuestros semejantes.

Permítanme compartir esto con ustedes. Esta mujer sabía quién era el verdadero Dios. Ella reconocía al Dios vivo de Israel. “Así como el Señor tu Dios vive…” dijo ella. Pero no era una seguidora del Dios de Israel. Hay una gran diferencia. Él no era su Dios. Pero de sus palabras, es obvio que respetaba al Dios de Israel y, tal vez, podía estar abierta para aprender más. Esto fue notado por Elías. Y cuando dijo que ella y su hijo iban a comer lo que quedaba y después morir, debe haber tocado el corazón de este hombre de Dios.

Ustedes ven que Dios planificó todo esto. Él la condujo hacia la puerta de la ciudad en el mismo instan-te en que Elías también llegó. Él condujo a Elías hasta allí para sostenerlo tan milagrosamente como lo había sostenido con los cuervos. Dios permitió que esta pobre viuda llegase al punto de inanición y de-sesperación, de tal manera que su corazón estuviera abierto a Su palabra a través de Su profeta. ¿Está vuestro corazón abierto a la palabra de Dios a través del profeta, mis amigos? ¿O ustedes tienen más de lo que pueden comer? ¿Tienen ustedes hambre y sed de justicia, o tratan de satisfacerse a sí mismos con las cáscaras de este mundo? Amigos, a menos que tengan hambre y sed de Cristo, no van a desear la palabra de Dios. Si ustedes llenan sus mentes con cosas de este mundo, como deportes, entreteni-mientos mundanos, música mundana, jamás van a desear la verdad de Dios.

La mujer no se quejó y no peleó con la providencia divina, la cual había traído la sequía. Cuando Elías le pidió agua, aun cuando era muy escasa, y en aquel entonces ya costaba una buena cantidad de dinero, no dudó, sino que fue a buscarla. No le preguntó a Elías cuánto le daría por eso, sino que se dio vuelta y salió a buscarla. Ella no le señaló que él era un extranjero. No se excusó ella misma a cuenta de la hambruna. Ella no le dijo que tenía otras cosas más urgentes que hacer que cumplir con su mandato. Ella dejó de recoger leña y fue a buscarle agua. Esa era una verdadera hospitalidad. La hospitalidad es un principio divino que no pregunta si la persona es rica, o si serán una molestia. Solo pregunta si hay una necesidad.

Elías la estaba probando. Esta fue la primera de varias pruebas. Él estaba tratando de ver qué tipo de mujer era ella. Dios no siempre nos cuenta todo de antemano. Nosotros aprendemos prestando atención. Al probarla, la estaba preparando para la próxima prueba. Esta es la manera en que Dios trabaja con nosotros. Nos da una prueba pequeña sobre nuestra confianza, entonces nos da otra y después otra prueba, hasta que somos usados obedeciendo Sus mandamientos. Aprendemos a tener confianza que Sus mandamientos pueden ser cumplidos a través de Su poder.

Mientras ella iba a buscarle agua, Elías la llamó para que le diera un pequeño pan. El nivel dos le fue un poquito más duro. Ella estaba en su punto extremo. Pero Elías presionó con este pedido para ver si ella estaba dispuesta a obedecer.

La primera prueba fue simple. Pero esta requería algún trabajo y una buena porción de sacrificio. Su comentario no fue tan falto de fe, como lo fue la explicación de su desesperada situación, la cual hasta ahí, Elías no había entendido. Fue una prueba para su fe el cumplir con su pedido, y ella pensó que sería mejor hacerle saber su extrema circunstancia. Ella no tenía nada para ofrecerle, excepto el último panecillo que estaba preparando para cocinarlo para ella y para su hijo antes de morir. Darle algo a Elías sería algo muy costoso para ella. Su última merienda estaba siendo requerida por este extranjero, por este hombre de Dios de Israel. ¿Cómo podría el Dios de Israel pedirle que haga eso, cuando la sequía que Él había ocasionado la había colocado en esa situación extrema? ¿Era Él realmente un Dios de amor? ¿Se podía confiar en Él? Cientos de emociones y sentimientos deben haber pasado por su cora-zón, mientras en perplejidad le explicaba a Elías su caso. Sin embargo, no expresó duda. Ella solo reveló sus circunstancias. No se quejó. Tan sólo explicó. Fue como si en forma tentativa tratase a su vez de probar a Dios.

Y esta es la naturaleza de las pruebas. A menudo son pruebas de ida y vuelta. Dios nos prueba para ver si confiamos en Él. Nosotros probamos a Dios para ver si es confiable.

Elías vio esto y presionó un poquito más. Observen lo que le dijo en respuesta a su angustiosa historia de desesperación. Versículos 13-14: “Elías le dijo: ‘No temas. Ve, haz como has dicho. Pero hazme a mí primero un panecillo cocido bajo la ceniza, y tráemelo. Después harás, para ti y para tu hijo. Porque el Eterno, Dios de Israel, ha dicho: La harina no escaseará de la tinaja, ni el aceite de la botija, hasta que el Eterno envíe lluvia sobre la tierra”.

Elías calmó su ansiedad. “No temas”, dijo cariñosamente. Estas palabras fueron para ella como un dulce bálsamo para su ansioso corazón. He aquí una mujer cuya vida estaba a punto de terminar. Pero Elías calma sus temores. ¿Cuántas veces, durante la vida de Jesús, él dijo: “No temas?” ¿Y no es eso lo que Jesús nos dice a nosotros? Cuando estamos en nuestra extrema necesidad, cuando parece no haber ninguna salida. Jesús dice: “No temas. Estoy contigo. No temas, no hay nada que yo no tenga bajo con-trol. No temas, tengo todo el poder y puedo suplir todas tus necesidades. No temas, puedo ver el pasado y el futuro para ti. Déjamelo a mí”.

Esta mujer había escuchado del Señor Dios de Israel. La fama de Elías debe haberse conocido en todas las naciones alrededor. Después de todo, Acab tuvo que explicarles lo que había sucedido, ya que les hizo hacer un juramento de que no lo estaban amparando. Ahora ella estaba enfrentada a una promesa del mismo Dios de Israel que había originado la sequía. Pero esta era una promesa de sobrevivencia. ¿Se aferraría ella a la promesa y actuaría conforme a las instrucciones del profeta? ¿Se convertiría el Dios de Elías en su propio Dios? Ustedes ven, cuando aceptamos y nos aferramos a las promesas de Dios, entonces también aceptamos a Aquel que las dio. Se convierte en nuestro Dios. Cuando obedecemos Su palabra, Sus promesas se hacen realidad. Y cuando las promesas son efectivas en nuestras vidas, entonces Lo adoramos a Él en vez de adorarnos a nosotros mismos. Oh, si el propio pueblo de Dios hubiese seguido las instrucciones de los profetas de Dios. Oh, si el propio pueblo de Dios hubiese vuelto sus corazones lejos de los Baales y se hubiesen vuelto a su Padre-Dios, el cual es el verdadero sustentador de la vida. Esta mujer era una adoradora de Baal. Ella era una pagana. Pero su corazón es-taba abierto y Dios vio eso y envió a Elías.

Dios le prometió a ella vida en vez de muerte. ¿No es eso lo que Dios siempre promete? Nosotros es-tamos muertos en transgresiones y pecados. Estamos en una sequía espiritual y al igual que esta mujer viuda, no tenemos esperanza de sobrevivencia. Pero Cristo nos ofrece la vida. Él nos promete que vivi-remos si seguimos Sus instrucciones y obedecemos Su palabra. Él nos ofrece perdonar nuestros pecados. Este es el evangelio en el Antiguo Testamento. Elías era el profeta del evangelio.

Con Elías morando en el hogar de esta pobre y destituida mujer, Dios le iba a pagar ricamente con mi-lagros diarios hasta que la lluvia volviese. Y si ella aceptaba la gracia de Dios, Él le daría la vida eterna. Dios siempre paga bien, ¿no es verdad? Si no es en esta vida, su recompensa va a ser rica en el cielo. No sabemos lo que le sucedió a la mujer después que Elías la dejó. Así, vamos a tener que esperar hasta la eternidad para saberlo. Pero si ella está allí, sin lugar a dudas que va a estar cantando las alabanzas del Dios de Israel.

Dios dijo que Él había ordenado que la mujer viuda sostuviera a Elías. ¿Entienden ustedes lo que esto significa? Significa que Él la hizo capaz y deseosa de cumplir la voluntad de Dios. Con cada manda-miento de Dios viene poder capacitador. En Palabras de Vida del Gran Maestro p.268, tenemos esta poderosa declaración: “Cuando la voluntad del hombre coopera con la voluntad de Dios, llega a ser omnipotente. Cualquier cosa que debe hacerse por orden suya, puede llevarse a cabo con su fuerza. To-dos sus mandatos son habilitaciones”.

Dios no les pide que hagan algo que Él no quiere o no puede lograr si ustedes cooperan con Él.
Todas las instrucciones de la palabra de Dios vienen con poder para ejecutarlas.

¿Creen que es esto lo que Dios quiere hacer en estos últimos días con ustedes y conmigo? Como pueden ver, Dios quiere convertirlos en parte del tercer Elías y usarlos para llevar un mensaje de esperanza y de sobrevivencia a las personas de este mundo que tienen hambre y sed de algo mucho mejor que lo que poseen. Él quiere usarlos a ustedes para que les digan que no teman, en medio de un tiempo muy peligroso, bajo una sociedad opresiva. Él quiere usarlos a ustedes para darles ánimo y esperanza a aquellos que temen y tiemblan delante de los poderes terrenales. Esa es vuestra misión.

Versículo 15. “Entonces ella fue, e hizo como le dijo Elías. Y comió él, ella y su casa, durante muchos días”.

Oh mujer, grande es tu fe, fe que no se encuentra en Israel. Ella tomó las palabras del profeta como un hecho, que haciendo lo que él decía, no iba a perder nada. Y la promesa se cumplió.

Imaginen lo que sucedió. Esta mujer coció un pan para Elías y después se lo llevó. Entonces volvió a su casa, y había más aceite en el cántaro y más harina en el barril. ¿Pueden imaginarse la alegría en su co-razón cuando tomó ese precioso aceite y harina y pudo cocer otro pan para su hijo, y después otro pan para ella misma? Y entonces, a la mañana siguiente, fue a mirar nuevamente, y había aún más aceite y más harina, como para hacer unos tres panes más. Y cada mañana siguiente había lo suficiente para ese día.

Versículo 16. “Y la harina de la tinaja no escaseó, ni menguó el aceite de la botija, conforme a la Palabra del Eterno dicha por Elías”.

Amigos, esto es lo que sucede cuando ustedes estudian la palabra de Dios, el pan de vida. Hay lo sufi-ciente para el día. Ustedes van a encontrar que cuando pasan tiempo junto con Dios en Su palabra, Él alimenta sus almas, y es lo suficiente para ese día. Al día siguiente, tienen que volver al cántaro del aceite y al barril de harina para obtener más alimento espiritual. Y cuando lo hacen, tienen que cooperar con Dios para poder recibir la bendición. Primero tienen que reunir los ingredientes, un poco de harina, la cual representa a Cristo, y un poco de aceite, el cual representa el Espíritu Santo. Observen que la mujer no usó ningún otro ingrediente. Ella estaba haciendo panes ázimos, el cual simboliza el cuerpo quebrantado de Cristo en la cruz. Eso realmente es alimento, mis amigos. Este es el evangelio en el An-tiguo Testamento. Elías le estaba enseñando a esta mujer una poderosa lección del evangelio acerca de Cristo. Él era realmente un profeta del evangelio.

Así es con ustedes y conmigo. Guiados por el Espíritu Santo, ustedes encuentran un versículo aquí, y otro versículo allá, y otro versículo aun de otro lugar. Los mezclan y amasan hasta que la masa obtenga la textura y el rico sabor. Esta fue una lección en cooperación con Dios. Dios suplió la harina y el aceite. Él suplió a Cristo y el Espíritu Santo. Era el deber de la mujer juntar todo con las manos que Dios le había dado. Así tiene que ser con nosotros. La Biblia es para que nosotros la estudiemos. Tenemos que usar nuestras mentes para pensar en eso y aplicar sus principios.

Esta es una lección de cooperación con Dios. Dios provee el alimento espiritual, pero nosotros tenemos que trabajar con eso para que pueda ser sabroso y nutritivo. Esta es la lección que aprendemos de la viuda que cooperó con Dios en Sarepta. Elías fue con el evangelio hasta adonde ella estaba, pero no hi-zo todo por ella. Oh amigos, ¿no quieren comer muchos días de la palabra de Dios? ¿Están muriendo de hambre espiritual? Abran sus Biblias. Permitan que Él los alimente ricamente.

¿Saben qué más podemos aprender de esta historia? Helo aquí, escuchen atentamente. Si queremos la milagrosa bendición de Dios, primero tenemos que devolverle a Dios las cosas temporales que Él nos dio. Nosotros apoyamos a Sus siervos y ministros fieles con el diezmo y las ofrendas; y entonces usa-mos el resto para nuestras necesidades. Mi sugerencia es que la mujer viuda hizo cada mañana un pan primero para Elías, debido a los muchos días anteriores en que hizo los panes para ella y para su hijo. Este es el principio de los diezmos y de las ofrendas. Hacemos esto primero. Es nuestra primera priori-dad, de tal manera que nos enseñamos a nosotros mismos que Dios y Su voluntad están antes de cual-quier otra cosa. Demostramos que estamos dispuestos a vaciarnos completamente para Su servicio. Le devolvemos de nuestros pocos ingresos primero, y entonces tenemos Su bendición en todas las cosas. Eso trae la recompensa.

Pero es más que eso. Aquellos que negocian con Dios tienen que negociar en confianza. “Buscad pri-mero el reino de Dios, y Su justicia”, dice la Biblia en Mateo 6:33, “y todas estas cosas vendrán como añadidura”. Nosotros confiamos en Su promesa. Nosotros proveemos nuestra porción para las necesi-dades de Su obra primero, y entonces podemos ser recompensados grandemente. La fe de esta mujer viuda al actuar bajo las instrucciones del profeta, negándose a sí misma por la causa de Dios, y depen-diendo de la promesa divina; su fe fue un milagro patente. Fue un milagro en el reino de Su gracia, así como lo fue el diario aumento del aceite y de la harina en el reino de Su providencia terrenal. Esta mujer no había experimentado jamás la fe en el Dios de Israel. Esta fue su primera lección. El cuidado de Dios por ella fue inmenso. Y ella aprendió rápidamente a confiar en Él y a depender de Él.

Si ustedes alguna vez van a ser victoriosos en la guerra contra el enemigo, tienen que tener la misma fe milagrosa. Así como ella tomó del aceite y de la harina cada día, más le fue añadido a través del poder divino. Cuando ustedes usan algo, decrece en volumen, ¿correcto? Pero no bajo la bendición de Dios. Su uso trae crecimiento. Cuando ustedes son gastados por Dios, su fuerza aumenta. Cuando ustedes dan, la Biblia dice, que se les dará, Lucas 6:38. Escuchen Proverbios 11:24. “Hay quienes reparten, y reciben más de lo que dan. Y hay quienes retienen más de lo que es justo, y van a pobreza”.

La harina y el aceite se multiplicaron, no en lo acumulado, sino en lo gastado. Así, no acumulen sus bienes o sus talentos, sino que úsenlos en la causa de Dios, y ellos van a aumentar.

Ahora, piensen en esto. Cuando estaba en el arroyo de Querit, Elías fue alimentado con pan y carne. Pero en el hogar de la viuda fue alimentado con pan y aceite. Esto muestra una progresión en los prin-cipios de salud. Mientras más andemos con Dios, más simple va a ser nuestra dieta. Dios en Su provi-dencia, reveló a través de Elías cómo serían los “Elías” subsecuentes. Elías no tuvo carne cuando habitó con la mujer viuda. Aquellos que no pueden vivir sin carne, no habrían podido vivir alegremente con Elías en el hogar de la mujer viuda, y así no habrían experimentado los milagros diarios que allí ocu-rrieron.

Juan el Bautista, el segundo Elías, tampoco tuvo carne. Tuvo langostas y miel silvestre del desierto. Las langostas eran una planta de algarroba, no un insecto como algunos piensan en forma errada.

La lección es clara. Aquellos que quieren ser parte del tercer Elías justo antes que Jesús vuelva nueva-mente, no tendrán carne para comer. Serán vegetarianos. Si no consiguen vivir sin carne, no van a recibir por parte de Dios el espíritu y poder de Elías, Lucas 1:17 y Malaquías 4:6. Así, mis amigos, si ustedes quieren ser parte de eso, dejen la carne lejos de vuestros dientes. No la necesitan. Ustedes necesitan el Espíritu Santo más que eso. La carne es dañina para vuestra salud. También es dañina para la mente y reduce nuestra habilidad para escuchar la voz del Espíritu Santo.

Lo mismo es válido para el vestuario. La simplicidad en el vestuario es muy importante para el pueblo de Dios en los últimos días, si es que ellos quieren darle la gloria a Dios, y refrenarse de la vanagloria de ellos mismos. Elías vestía ropas simples, la cual era el vestuario adoptado por los antiguos profetas (Ver Profetas y Reyes p.89). Así lo hizo Juan el Bautista, cuyas ropas eran hechas de pelos de camello (Mateo 3:4). Estos son para nosotros, ejemplos del tercer Elías. Los mensajeros de Dios, tanto hombres como mujeres en los últimos días, serán muy cuidadosos para vestir en forma simple, modesta.

La viuda tuvo alimento para esencialmente dos años, como recompensa por aquel único pan que le hizo a Elías primero. Salmos 37:18-19 dice: “El Eterno conoce los días de los íntegros, y su herencia per-manecerá por siempre. No serán avergonzados en el mal tiempo, y en los días de hambre serán sacia-dos”.

Amigos, nosotros no vivimos con miedo del nuevo orden mundial y de todos sus sistemas de control. Abran sus Biblias y permitan que Dios les enseñe cómo pensar y cómo vivir, para que puedan estar bajo Su protección en la tribulación que vendrá. Permitan que Dios les enseñe cómo ser parte del tercer Elías.

Oremos. Nuestro Padre, gracias por la historia de Elías y cómo Tú lo sostuviste en medio de un go-bierno opresivo, y lo usaste para ganar un alma para el Dios del cielo. Necesitamos la fe de Elías. Ne-cesitamos la vida de oración de Elías. Aliméntanos mientras estudiamos Tu palabra. Revélanos su ri-queza y abundancia. Muéstranos nuestro papel como el tercer Elías en estos últimos días. Danos Tu Espíritu Santo y ayúdanos a vivir como él lo hizo. Que podamos vivir de tal manera que otros puedan ver nuestro amor por Dios y por nuestros semejantes. En el precioso nombre de Jesús, Amén.