El Presidente Obama está ampliamente aliado con el Vaticano sobre controversias políticas. El Papa Francisco virtualmente está hombro a hombro junto a la Casa Blanca en varios temas incluyendo la desigualdad de los ingresos y el cambio climático.
La Casa Blanca y el Papado secretamente colaboraron para organizar el histórico cambio diplomático entre EEUU y Cuba. Aliarse con el Papa Francisco les ofrece al Presidente de los EEUU y a los Demócratas un claro beneficio en el corto plazo porque Francisco es uno de los líderes más respetados del planeta.
El Papa se ha convertido en el más grande aliado de los Demócratas sobre la redistribución de la riqueza. Las declaraciones del Papa en contra de “la economía de goteo” en 2014 parecían abrazar la política Demócrata sobre la distribución de la riqueza. «Aquellos de nosotros acá en Norteamérica debemos prestar atención» a las palabras del pontífice, dijo el senador Richard J. Durbin, de Illinois después de los comentarios de Francisco sobre la desigualdad de los ingresos.
Pero interactuar amablemente con el Papa también tiene un lado negativo y puede exigir un alto costo político. En el futuro el Papa podría centrarse en los puntos en desacuerdo como el aborto y la libertad religiosa para presionar a los Demócratas a alinearse aún más con el papado para mantener a los católicos norteamericanos en el campo democrático. Pero eso podría, de hecho, producir dolores de cabeza en los católicos liberales de la política y una ruptura más profunda con el Partido Demócrata. En otras palabras, al colaborar con Roma ahora es probable que se produzca una gran presión sobre los Demócratas más tarde a menos que el partido vuelva a calibrar su centro de gravedad fuera de las cuestiones que la Iglesia considera como grave y serio error moral.
La Iglesia Católica ha construido cuidadosamente una relación de trabajo con el Partido Demócrata, a pesar del abismo entre ellos sobre cuestiones morales en los últimos dos años desde el inicio del pontificado de Francisco. Ahora, en 2015, el pontífice parece estar a punto de dar apoyo a la Casa Blanca en otras iniciativas. Francisco planea llamar a una mayor acción sobre el cambio climático en septiembre en la cumbre climática de la ONU en la que será una de las voces más prominentes. Él también tiene previsto publicar una carta a los obispos instando una mayor acción sobre el cambio climático. Estas dos acciones volverán a ponerlo al lado de Obama en un tema controvertido.
Como de costumbre, el Papa hablará en términos generales, sin nombrar programas concretos, pero su lenguaje será esencialmente apoyar los planes del Presidente sin hacer notar que son sus propias palabras.
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