Justo antes de cumplirse un año de la firma del acuerdo de París para combatir el cambio climático, el Papa Francisco ofreció un discurso a los miembros de la Academia Pontificia de Ciencias (PAS, por su sigla en inglés) sobre uno de los temas más importantes durante su papado. Entre los asistentes se encontraban personas notables como Stephen Hawking y Werner Arber, Premio Nobel y Primer Presidente protestante del PAS. El Papa denunció que los políticos están “distraídos” con la ganancia y la guerra, y por ello no han implementado el acuerdo.
El Papa Francisco ha ejercido una fuerte presión global que condujo al acuerdo de la conferencia sobre el clima en París. También publicó una encíclica titulada “Laudato Si”, la cual es considerada por muchos observadores como el punto culminante para lograr que las naciones llegaran al acuerdo en París a fin de contener el calentamiento global a través de la disminución de las emisiones de carbono y la aplicación de otras medidas, reflejando el poder que tiene la influencia papal.
El Papa criticó a los políticos del mundo y denunció que «la distracción o demora en implementar los acuerdos globales sobre el medio ambiente muestra que la política se ha sometido a la tecnología y a la economía que buscan las ganancias por encima de todo lo demás». Francisco expresó al grupo que “las continuas guerras por el poder infligen un mayor mal al ambiente y a la riqueza moral y cultural de las personas”.
“El hombre y la mujer modernos han crecido pensando que son dueños y señores de la naturaleza”, observó el Papa Francisco. “Ellos piensan que tienen el poder de saquearla ‘sin tener ninguna consideración a su potencial oculto y a las leyes de desarrollo, como si la materia inanimada estuviese sujeta a nuestro capricho’. Esta mentalidad ha llevado a muchos males, incluyendo a una grave pérdida de la biodiversidad”, agregó.
Francisco lamentó «la facilidad con la que son descartadas opiniones científicas muy bien fundadas sobre el estado de nuestro planeta» por parte de los políticos del mundo. “No somos custodios de un museo y de sus grandes reliquias sino colaboradores en la conservación y el cuidado de la biodiversidad y la vida humana en el planeta”, expresó el Papa ante el salón lleno de científicos.
Haciendo un suave reproche a Donald Trump, quien prometió sacar a los Estados Unidos del acuerdo, hizo una invitación para que haya mayor globalismo a fin de proteger el planeta. Francisco dijo que era “esencial crear un sistema que asegure la protección de los ecosistemas ante ‘nuevas formas de poder…’ que puedan causar un ‘daño irreversible no solo al medio ambiente sino también a nuestras sociedades, a la democracia, la justicia y la libertad’”. La colaboración entre los Estados Unidos y el Vaticano sigue siendo vital para que el papado tenga éxito en la implementación del acuerdo. Los comentarios del Papa llegan en un momento estratégico para el acuerdo de París.
Al denunciar los aspectos comunes, él les dijo a los miembros del PAS que la transformación ecológica que él desea incluye “la completa asunción de nuestra responsabilidad como humanos con respecto a la creación y sus recursos así como la búsqueda de la justicia social y el quebrantamiento de un sistema inmoral que produce miseria, desigualdad y exclusión”.
El objetivo del acuerdo de París, firmado el pasado diciembre por 195 naciones durante la cumbre COP21, es disminuir la mitad de las emisiones a nivel mundial que causan el efecto invernadero. Los científicos creen que es necesario prevenir las consecuencias devastadoras en el medio ambiente.
El acuerdo climático global incluye la “protección de la creación” y el “descanso dominical”. Esto es parte del proceso para que el mundo esté listo para recibir el Papado como la guía moral del planeta”.
“Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad. Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia”. Apocalipsis 13: 2, 3.