Vatican News, por la redacción: En una nota difundida este martes, la Penitenciaría Apostólica explica que «para aumentar la devoción de los fieles y para la salvación de las almas», los abuelos, los ancianos y los fieles podrán obtener la indulgencia plenaria en la Primera Jornada Mundial de los Abuelos y los Ancianos que se celebrará el 25 de julio de 2021.
La nota dice que el Papa ha concedido esta posibilidad después de haber escuchado la petición presentada por el cardenal Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, marcando la instauración de la Jornada Mundial que se celebrará cada año el cuarto domingo del mes de julio.
Durante las celebraciones solemnes
La indulgencia plenaria se concederá en las condiciones habituales: confesión sacramental, comunión eucarística y oración, según las intenciones del Sumo Pontífice durante la celebración solemne que presidirá en la Basílica de San Pedro o en los diversos actos que se celebrarán en todo el mundo.
Visitar a los ancianos necesitados
«Este Tribunal de la Misericordia concede también la Indulgencia Plenaria en este mismo día a los fieles que dedican un tiempo adecuado a visitar real o virtualmente a sus hermanos ancianos necesitados o en dificultad (como enfermos, abandonados, discapacitados y otros casos similares)», dice la nota.
A través de los medios de comunicación
Firmada por el Penitenciario Mayor, Cardenal Mauro Piacenza, y por el Regente, Kryztof Nykiel, la nota dice que la Indulgencia Plenaria podrá concederse también a quienes no puedan salir de sus casas por motivos graves y «se unan espiritualmente a las funciones sagradas de la Jornada Mundial, ofreciendo a Dios Misericordioso sus oraciones, dolores o sufrimientos de su vida, especialmente durante la transmisión, a través de los medios de televisión y radio, pero también a través de los nuevos medios de comunicación social».
Conexión Profética:
“Y téngase presente que Roma se jacta de no variar jamás. Los principios de Gregorio VII y de Inocencio III son aún los principios de la iglesia católica romana; y si sólo tuviese el poder, los pondría en vigor con tanta fuerza hoy como en siglos pasados.” El Conflicto de los Siglos, pág. 638.