Con frecuencia el Papa Francisco habla sobre la rigidez. Recientemente, durante una homilía en la Casa de Santa Marta en el Vaticano, dijo que las personas que siguen inflexiblemente la ley están «enfermas» y necesitan la ayuda del Señor.
EL Papa expresó que Jesús a menudo acusaba de «hipócritas» a los que seguían la ley con rigidez. «La ley no se ha elaborado para esclavizarnos sino para hacernos libres, para hacernos hijos de Dios», afirmó. El Papa llegó a decir que las personas que son rígidas en su observancia de la ley llevan una doble vida. Ellos necesitan misericordia, ternura, bondad, mansedumbre y humildad.
Si bien es cierto que una mera observancia de la Ley de Dios puede tapar una vida doble, con el tiempo quien guarde la Ley de Dios en Cristo, incluyendo el mandamiento del sábado, será tildado como una persona inflexible y rígida.
«No es fácil caminar en la ley del Señor sin caer en la rigidez», agregó el Papa. Si bien esto es cierto, es vital guardar la Ley de Dios en Cristo para poder dar testimonio como verdadero pueblo de Dios. La norma es clara.
El Papa dijo una vez que los que tratan de seguir inflexiblemente la Ley de Dios tienen «corazones débiles». En otra ocasión dijo que las personas rígidas eran «herejes».
En otras palabras, el Papa le está restando importancia a la Ley de Dios al criticar de legalistas a aquellos que tratan de guardarla. Este es un argumento tomado de los evangélicos quienes a menudo condenan a los observadores de la ley, particularmente los que guardan el Sábado como legalistas y rígidos. Las observaciones del Papa Francisco van a resonar entre los evangélicos y los atraerá hacia él. También se está preparando tanto a católicos como evangélicos para criticar a aquellos que proclamen la Ley de Dios como la norma de justicia de Dios en los últimos días acusándolos de legalismo.
Recuerden que el Papa Francisco es un maestro jesuita y experto en interpretaciones. Él utiliza el concepto jesuita de «discernimiento» para el cual la rigidez de las normas es un obstáculo. En otras palabras, el «discernimiento» les otorga al Papa y a los jesuitas, en este caso, la flexibilidad para redefinir la desobediencia de la Ley de Dios como justicia y piedad. El Papa no quiere dar una enseñanza definida para cada cuestión social o teológica que afecte la Iglesia y el mundo. Más bien quiere ser capaz de interpretar la Ley de Dios a la luz de las circunstancias sociales de nuestro tiempo. Este es la clásica interpretación jesuita de que el fin justifica los medios. Por supuesto, todo se expresa en el contexto de las palabras de Cristo, tales como la humildad, la ayuda a los pobres, etc.
Con el tiempo, ¿será el verdadero pueblo de Dios acusado de ser legalista y rígido con respecto a la Ley de Dios y la sociedad?
«Cuando alcancemos la norma a la cual el Señor nos quiere hacer llegar, los mundanos considerarán a los Adventistas del Séptimo Día como personas de mente estrecha, raros, extraños y extremistas”. Fundamentals of Education, pág. 289.
«Aquellos que conscientemente observan el día de reposo original son presentados como herejes y fanáticos engañados. Pero, ¿cómo son estos considerados ante los ojos de Dios? ¿A quiénes reprenderá y castigará? ¿A los que han guardado el día que Él bendijo y santificó? o ¿aquellos que, pisoteando el santo mandamiento, han aceptado la institución del papado?» Review and Herald, 18 de Marzo, 1884.