Durante un discurso ante 400 periodistas italianos, el Papa Francisco instó a los periodistas a no avivar el miedo de la migración. Además dijo que el periodismo, cuando se basa en rumores, puede ser una forma de terrorismo, es decir, un «arma de destrucción» de personas y naciones.
«A menudo me he referido a los rumores como «terrorismo», de cómo se puede matar a una persona con la lengua», dijo Francisco. «Si esto es válido para un individuo en la familia o en el trabajo, cuanto más válido es para los periodistas cuya voz puede llegar a todos convirtiéndose en un arma muy poderosa», agregó.
El Papa continuó diciendo: La crítica es legítima, así como la «denuncia del mal pero debe realizarse siempre respetando al otro, su vida y sus afectos» porque un artículo puede reemplazarse de un día para otro pero la vida de una persona que ha sido «injustamente difamada puede ser destruida para siempre».
¿A cuáles afectos se refiere el Papa? Ciertamente podría incluir a su familia, o sus afectos políticos o religiosos. Francisco sugirió que el periodismo debe evitar ofender los afectos de los demás.
Aparentemente, el Papa Francisco está preocupado porque el periodismo puede tornar una historia de un modo u otro. Puede girar las noticias en contra de las prioridades del Vaticano o de una manera negativa hacia la iglesia católica.
Expresó que «incluso el periodismo necesita discernir entre los tonos de gris de los acontecimientos que se nos dicen», sobre todo cuando se trata de temas como la política o la guerra que rara vez son resultado de dinámicas claras.
Al mismo tiempo, el Papa Francisco instó a los periodistas a no adherirse a ninguna ideología económica o política. «Es importante reflexionar siempre sobre el hecho de que, a través de la historia, los dictadores de cualquier orientación o ‘color’ siempre han tratado no solo de comprometer los medios de comunicación sino también imponer nuevas reglas para la profesión», expresó.
En el cierre de su discurso, el Papa invitó a los periodistas a ser un «instrumento de construcción”, factores que obren para el bien común, capaces de evitar la tentación de fomentar la confrontación y en su lugar ser promotores de una «cultura de encuentro».
En otras palabras, el Papa instó a los periodistas a contenerse y apoyar el concepto católico del bien común. El Papa Francisco, el maestro del giro, intentó conseguir que los periodistas giren sus historias para que no entren en conflicto con los principios papales.
Para que Roma llegue a ser reina del mundo, debe ejercer su influencia e incluso su control sobre el periodismo y la prensa.
«Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto». Apocalipsis 18:7.