A fin de defenderse a sí mismo de sus críticos, el Papa Francisco acusó a algunos cristianos de preocuparse mucho por los Diez Mandamientos, diciendo que sufren de “cobardía”, y advirtió que ese tipo de personas se “paralizan” y se vuelven incapaces de “avanzar”.
A los Papas nunca les ha interesado la observancia de los Diez Mandamientos. Son los verdaderos seguidores de Jesús quienes se interesan por ello. De hecho, aquellos que verdaderamente aman a Jesús y tienen el Espíritu Santo morando en sus corazones serán los que guardarán los Diez Mandamientos para honrar al Señor, incluyendo el mandato respecto al día de reposo Sábado.
“Obedecer todos los mandamientos…” dijo el Papa, caracteriza negativamente el pensamiento de tales cristianos, [y] “lo paralizan a usted también. Lo hacen olvidar todas las misericordias recibidas, elimina la memoria, borra la esperanza, porque no le permiten avanzar”. Tales personas se convierten en “almas limitadas” que sufren del pecado de la “cobardía”, agregó el Papa.
En otras palabras, la observancia de los Diez Mandamientos evita que progresemos. Si usted quiere tener esperanza, no puede guardar los Diez Mandamientos. Esta extraña lógica es común en las enseñanzas católicas romanas.
Las declaraciones del Papa fueron hechas durante una homilía en la Casa Santa Marta donde él reside en el Vaticano. Y parecen ser la respuesta a la crítica que ha recibido por apoyar que se les ofrezca la Eucaristía a las personas que están viviendo en adulterio, en “segundos” matrimonios, contradiciendo la Ley Canónica. El Papa Francisco recientemente sugirió que las personas en esos tipos de matrimonios “civiles” deben estar en capacidad de recibir la Eucaristía.
Algunos cardenales conservadores han asemejado la posición de Francisco a la de sacerdotes “aarónicos” que permiten que su rebaño peque en contra de los Diez Mandamientos, tal como el Sumo Sacerdote Aarón en el libro de Éxodo cuando construyó un becerro de oro para permitirles a los israelitas la violación del primer mandamiento.
La posición papal tradicionalmente ha evitado que aquellos que no están “válidamente casados” y tienen relaciones sexuales no puedan recibir la Eucaristía. Recientemente el Papa Francisco comparó a sus críticos con “los doctores de la ley que perseguían a Jesús”, haciendo la observación de que “esos hombres hacían todo lo que decía la ley”.
Roma nunca cambia. La iglesia todavía busca justificar el pecado y enseña que usted puede pecar y vivir eternamente, si va a la confesión y recibe absolución.
El comienzo de la gran apostasía consistió precisamente en que se quiso suplir la autoridad de Dios con la de la iglesia. Roma empezó imponiendo cosas que Dios no había mandado, y acabó prohibiendo lo que él había ordenado explícitamente”. El Conflicto de los Siglos, pág. 291.