“Hace más de un siglo, los Estados Unidos de América atravesaron una sangrienta guerra civil que causó divisiones y separó totalmente a las personas de esta nación.”
Aunque aquella guerra se peleó sobre el argumento de la esclavitud, hubo otros asuntos involucrados. Uno de ellos fue tratar de probar cuánto poder tenía el Gobierno Federal para crear leyes para los estados.
Los sentimientos fueron creciendo de tal manera que los hombres que previamente habían peleado hombro a hombro a favor de la independencia, ahora sus diferencias los llevaban a cruzar grandes campos de batalla hasta matarse. Más de seiscientos mil hombres norteamericanos perdieron su vida en una guerra sin razón, retrasando medio siglo a los estados del Sur.
Hombres razonables en ambos lados tal vez pudieron haber evitado el conflicto, pero la retórica tomó furor. Jóvenes temerarios de ambos lados, que nunca habían disparado un arma con ira, vieron la guerra como la cúspide del romanticismo, y los políticos implacables se negaron a ceder un ápice.
¿Acaso no vemos esa misma actitud hoy en día? Se observan jóvenes siendo entrevistados en la televisión que ni siquiera pueden justificar la razón de su protesta. Otros se inclinan hacia la destrucción, los cuales no tienen otra razón que sembrar el caos. Protestantes histéricos gritan a todo pulmón sobre los derechos de la Primera Enmienda pensando que ésta sólo los protege a ellos cuando la oposición está igualmente protegida por ella.
La retórica se torna tensa y sin sentido, el elemento radical es más evidente, la violencia y destrucción de la propiedad más normal. Todo empeora y tarde o temprano habrá sangre en las calles.
Mientras los estadounidenses tienen el derecho a la desobediencia civil, una libertad que les permite reunirse y manifestarse en contra de alguna política que consideren injusta o perjudicial, no tienen el derecho de interrumpir el comercio, romper ventanas, quemar coches o dañar físicamente a quienes no están de acuerdo con ellos.
Las personas que no escuchan la voz de la razón, que ignoran la ley institucional y que tratan de ahogar las opiniones de otros, tienden a olvidar que hay un elemento de violencia en el otro lado también, un lado que, afortunadamente, hasta ahora no se ha manifestado. Pero, si estas condiciones continúan, algún día cercano, los elementos violentos de ambas percepciones se encontrarán en las mismas calles, y lo que sucederá, no será agradable.
La historia se repite. ¿Se está dirigiendo Estados Unidos hacia la guerra civil?
«En India, China, Rusia y en las ciudades de Estados Unidos, miles de hombres y mujeres están muriendo de hambre. Las personas adineradas, como tienen el poder, controlan el mercado. Compran a bajo precio todo lo que pueden obtener, y luego venden a precios muy elevados. Esto significa hambre para las clases más pobres, y dará lugar a una guerra civil. Habrá un tiempo de problemas como nunca fue desde que había una nación. ‘En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro’ (Daniel 12: 1)”. Manuscrito 114, 1899.
El anterior artículo es de Charlie Daniels y fue abreviado y adaptado. Daniels es un famoso cantante, compositor, guitarrista y violinista estadounidense. A veces «los hijos de este mundo son… más sabios que los hijos de la luz”. Lucas 16: 8.