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Vida en Otros Mundos

Esta es una noticia profética positiva. «¿A qué distancia pueden estar nuestros vecinos extraterrestres más cercanos? Según los astrónomos, podrían estar justo al lado nuestro. El candidato es un exoplaneta recién descubierto llamado “Próxima b”. Este se encuentra a sólo 4.25 años luz de la Tierra y orbita alrededor de nuestra estrella más cercana,” Próxima Centauri. «Este planeta podría ser habitable ya que es bastante similar a la Tierra, dicen los astrónomos». Con excepción del sol, de todas las estrellas en el cielo, Proxima Centauri es la más cercana a la Tierra.

Quizás una de las preguntas más antiguas es si hay vida en otros lugares del universo. A pesar de que la Biblia la responde, parece que la mayoría de la gente no desea creerle. Sin embargo, los astrónomos tienen ahora algunos datos interesantes sobre “Próxima b” que podría verificar lo dicho en la Biblia. Hablando de los líderes de otros planetas, la Escritura dice en Job 1:6 que «un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios…»

“Próxima b” tiene aproximadamente 1.3 veces la masa de nuestro planeta y orbita su estrella a una distancia que no lo hace ni demasiado caliente ni demasiado frío como para permitir la existencia de agua líquida en su superficie.

A diferencia de la Tierra, “Próxima b” orbita muy cerca de su estrella, Próxima Centauri. Sólo 4.4 millones de millas separan a ambos, haciendo que “Próxima b” esté 20 veces más cerca de su estrella que la Tierra del sol. A tal distancia, la Tierra sería un planeta caliente, muy caliente, pero como Próxima Centauri es una estrella enana roja, es mucho más fresca y más pequeña que nuestro sol. Con una órbita tan chica, “Próxima b” tarda sólo 11.2 días en girar alrededor de su estrella.

Cuando Dios creó los otros mundos, muy bien pudo haberles provisto de fórmulas diferentes para mantener la vida, como una estrella (sol) más pequeña y una órbita más chica que la tierra. Estas son las condiciones de “Próxima b”.

«Esto significa que un planeta potencialmente habitable se encuentra prácticamente en nuestra puerta cósmica», dijo Lisa Kaltenegger, directora del Instituto de Carl Sagan de la Universidad de Cornell.

“Próxima b” se encuentra dentro de la zona habitable de su estrella, una idea que nos tienta a pensar que de hecho podría albergar vida. Pero se necesita mucho más que temperaturas propicias y existencia de agua líquida para hacer que un planeta sea habitable. «Ahora nuestro trabajo es tratar de observar este planeta para ver cómo es su atmósfera para saber un poco más sobre si es o no habitable», dijo Zachory Berta-Thompson, astrónomo exoplaneta de la Universidad de Colorado.

Los astrónomos sólo tienen una pequeña visión de las condiciones de “Próxima b” y todavía hay mucho por saber. Pero ahora que los astrónomos tienen herramientas para estudiar planetas fuera de nuestro sistema solar, estudiarán activamente “Próxima b” para determinar si tiene una atmósfera y cuáles son sus componentes, entre otras condiciones.

Una idea interesante es que “Próxima b” se auto protege del bombardeo de la luz UV. Esto reduce la posibilidad de hallar formas de vida semejantes a la humana por cuanto se requiere de mecanismos que reduzcan la radiación de alta energía a una longitud de onda que sea inofensiva. En la Tierra, el coral iridiscente hace exactamente esto, lo cual ocasiona su reacción con el color iridiscente. Imagínese un planeta entero que periódicamente estalla en luces de colores en el cielo galáctico a medida que su sol golpea su superficie con su fulgor.

«Es normal que nos preguntemos si viajaremos allí algún día,» dijo el Dr. Charbonneau. Pero por ahora, «nuestros telescopios son nuestras naves espaciales, que nos permiten conocer las condiciones en mundos distantes sin el beneficio de una visita directa».

Charbonneau afirma estar muy emocionado con este descubrimiento mas no sorprendido. Esto se debe a que su investigación sugiere que 1 de cada 4 estrellas enanas rojas hospeda un planeta del tamaño de la Tierra en su zona habitable. Probablemente, planetas como “Próxima b” son bastante comunes y no es sorprendente encontrar uno orbitando alrededor de nuestra estrella más cercana.

«No sabemos todavía si hay vida ahí fuera en el universo», dice Berta-Thompson, «pero finalmente estamos cerca de conocer a nuestros vecinos estelares en la galaxia y aprender cosas muy interesantes acerca de ellos». Aunque “Próxima b” no cuenta con todas las condiciones de habitabilidad de la Tierra, es posible que encontremos una forma de vida extrema allí.

Los científicos suelen ser personas ateas. Cuando encuentran uno o dos hechos reales increíbles, piensan que realmente han encontrado algo especial. Pero, en realidad, sólo han documentado lo que Dios ha dicho en su antigua Palabra sobre la vida en el universo.

«El Señor me mostró en visión otros mundos. Me fueron dadas alas y un ángel me acompañó desde la ciudad a un lugar brillante y glorioso. La hierba era de un verde vivo y las aves gorjeaban un dulce canto. Los moradores de aquel lugar eran de todas estaturas; eran nobles, majestuosos y hermosos…

“Pregunté a uno de ellos por qué eran mucho más bellos que los habitantes de la tierra, y me respondió: “Hemos vivido en estricta obediencia a los mandamientos de Dios, y no incurrimos en desobediencia como los habitantes de la tierra”. Después vi dos árboles, uno de los cuales se parecía mucho al árbol de la vida de la ciudad. El fruto de ambos era hermoso, pero no debían comer de uno de ellos. Hubieran podido comer de los dos, pero les estaba vedado comer de uno. Entonces el ángel que me acompañaba me dijo: “Nadie ha probado aquí la fruta del árbol prohibido, y si de ella comieran, caerían”.

“Después me transportaron a un mundo que tenía siete lunas; donde vi al anciano Enoc, que había sido trasladado… Le pregunté si aquel era el lugar adonde lo habían transportado desde la tierra. Él me respondió: “No es éste. Mi morada es la ciudad, y he venido a visitar este sitio”. Andaba por allí como si estuviese en su casa.

“Supliqué a mi ángel acompañante que me dejara permanecer allí. No podía sufrir el pensamiento de volver a este tenebroso mundo. El ángel me dijo entonces: “Debes volver, y si eres fiel, tendrás, con los 144.000, el privilegio de visitar todos los mundos, y ver la obra de las manos de Dios”. Maranatha, pág. 380.


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