El piloto jordano, Muath AlKassasbeh, fue quemado vivo en una jaula por el Estado Islámico tras haber sido capturado cuando su jet de combate F-16 se estrelló en territorio controlado en Siria. El video publicado en internet mostró, con imágenes altamente coreografiadas, al piloto usando un traje de color naranja, encerrado en una jaula y con una línea de combustible que llegaba hasta él. Un hombre enmascarado del Estado Islámico prendió el combustible y pronto la jaula se vio encendida en llamas.
El señor Al Kassasbeh fue asesinado por una «organización terrorista cobarde… la cual se comportó de una manera extremadamente mala, criminal, y perjudicial que no tiene nada que ver con el Islam», dijo el rey Abdullah de Jordania. Jordania prometió una respuesta trascendental la cual incluyó la ejecución de los yihadistas en Jordania.
Los Estados Unidos condenaron enérgicamente el asesinato y dijeron que se solidarizaban con Jordania. El presidente Obama dijo que los EE.UU. podrían “redoblar la vigilancia y la determinación por parte de la coalición global para asegurarse” de que “los yihadistas “sean finalmente derrotados».
Emma El Badawy, experta en temas del Medio Oriente de la Universidad de Exeter, dijo a Sky News: «Quemar a alguien vivo es un acto absolutamente bárbaro y está expresamente prohibido en el Islam.»
A mediados de febrero, el estado islámico quemó a 45 personas vivas en Irak, cerca de la ciudad de al-Baghdadi. Se informa que eran miembros del personal de seguridad. En los últimos días, los combatientes de EI habían capturado gran parte de la ciudad.
Si alguna vez el Papado va a ser capaz de quemar gente en la hoguera, el público mundial debe volverse insensible y tolerante hacia ese tipo de muerte. El Estado Islámico está proporcionando una gran oportunidad para que el mundo occidental se acostumbre a ella.
«[El Papado] Roma está aumentando sigilosamente su poder. Sus doctrinas están ejerciendo su influencia en las cámaras legislativas, en las iglesias y en los corazones de los hombres. Ya está levantando sus soberbios e imponentes edificios en cuyos secretos recintos reanudará sus antiguas persecuciones. Está acumulando ocultamente sus fuerzas y sin despertar sospechas para alcanzar sus propios fines y para dar el golpe en su debido tiempo. Todo lo que Roma desea es asegurarse alguna ventaja, y ésta ya le ha sido concedida. Pronto veremos y palparemos los propósitos del romanismo. Cualquiera que crea u obedezca a la Palabra de Dios incurrirá en oprobio y persecución». El Conflicto de los Siglos, página 638
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