El camión bomba que estalló en un concurrido centro comercial de Bagdag, ciudad agobiada por la guerra, dejó al menos 215 personas muertas y más de 200 heridas en la mañana del domingo 3 de julio, causando el mayor número de víctimas en años. ISIS se atribuyó la responsabilidad del hecho, el último de una serie de ataques perpetrados durante el mes sagrado.
Las personas se encontraban haciendo compras antes del inicio del amanecer de ayuno que marcaba el final del Ramadán para los musulmanes.
«Una segunda bomba estalló el domingo en un mercado al aire libre en el barrio de Shaab, al sudeste de Bagdad, matando a una persona e hiriendo a otras cinco».
Después, dos bombas gemelas produjeron una masacre en un café en Dhaka, Bangladesh, el ataque en el aeropuerto internacional de Ataturk en Estambul, y los ataques contra objetivos de seguridad en Yemen. También hubo ataques cerca del consulado de EE.UU. en Jeddah, cerca de una mezquita en Oatif, y en Medina, donde cuatro personas murieron. En mayo también hubo ataques en un club nocturno en Orlando, Florida; un atacante mató a un comandante de la policía y su compañero en Francia y cuatro israelíes murieron en un mercado de Tel Aviv. Algunos de estos ataques fueron patrocinados por ISIS. Otros fueron inspirados por ellos.
«Cedric Leighton, analista militar de CNN y coronel retirado de la Fuerza Aérea, expresó que él creía que los ataques iban a empeorar agregando que el plan de juego de ISIS ‘es generar inestabilidad».
«Ellos están tratando de crear suficiente caos en Irak de modo que a las fuerzas iraquíes les resulte muy difícil tomar ventaja del éxito que han logrado debido a su victoria en Faluya…»
«A medida que sea retirado el poder restrictivo del Espíritu Santo, debido a la impenitencia y la ingratitud de los hombres, la tierra será testigo de cosas terribles». Review and Herald, 3 de septiembre de 1889.