Los conservadores activos espiritualmente y comprometidos con el gobierno (conservadores SAGE) creen que aparte de las uniones (las cuales tuvieron la mayor influencia), los pastores conservadores influyeron en la elección de Donald Trump, de acuerdo a una encuesta dirigida por el Grupo George Barna. Hubo ocho entidades no relacionadas con los medios que fueron evaluadas. Entre ellas se eligieron aquellas tres que tuvieron mayor impacto: “el presidente Obama (25% señalaron que tuvo un alto impacto), guías para votantes (24%) y organizaciones cristianas sin fines de lucro (23%). A estos le siguieron las iglesias protestantes y pastores (20% señalaron que tuvo un alto impacto); encuestas de opinión pública (15%); celebridades que apoyaron al candidato (14%); e iglesias católicas y sacerdotes (12%).
Al combinar los dos factores que asignan la calificación más alta, las guías de votantes alcanzaron la cima y quedaron como la más importante influencia en las elecciones (según la impresión del 79% de los conservadores SAGE), las uniones laborales pasaron al número dos, junto con las organizaciones cristianas sin ánimo de lucro con (76%). Y finalmente, las iglesias protestantes y los pastores (74%). En otras palabras, el 74% de los encuestados afirman creer que las iglesias protestantes y los pastores influyeron en gran manera en el momento de tomar la decisión.
Los pastores teológicamente conservadores tienen una visión un poco diferente. Aparentemente ellos creen que tuvieron mucho que ver en los resultados políticos. Esto puede animarles a tratar de influir aún más. ¿Podrían llegar a tratar de influenciar más allá de las elecciones? Cuando los líderes de las iglesias se unan con los líderes del estado para conseguir sus mutuos objetivos, el resultado será la opresión religiosa.
“En el último conflicto el sábado será el punto especialmente controvertido en toda la cristiandad. Los gobernantes seculares y dirigentes religiosos se unirán para imponer la observancia del domingo, y al fracasar las medidas más benignas, se promulgarán leyes sumamente opresivas. Se insistirá en que no se debe tolerar a los pocos que se oponen a una institución de la iglesia y a la ley del país… El romanismo en el Viejo Mundo y el protestantismo apóstata en el Nuevo, seguirán una conducta similar hacia los que honran los preceptos divinos”. Maranata, pág. 193.