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El Partido Republicano Ayuda al Presidente Trump para Legalizar la Política en el Púlpito

La derecha religiosa, con el gran poder que ha recibido del presidente Donald Trump, está muy cerca de lograr exitosamente ponerle fin a la ley de más de 63 años que prohíbe a las iglesias apoyar u oponerse a candidatos políticos. Los republicanos de la Cámara de Representantes silenciosamente han insertado una provisión en la ley de gastos que limita la capacidad del Servicio de Impuestos Internos [IRS, por su sigla en inglés] para investigar las organizaciones religiosas por posibles violaciones de la ley.

Desde 1954, el entonces senador Lyndon B. Johnson impulsó una disposición conocida como la Enmienda Johnson, la cual prohíbe la abierta participación en la actividad política de las organizaciones sin fines de lucro, incluyendo las iglesias, universidades y fundaciones, so pena de perder sus privilegios de exención de impuestos. La Enmienda Johnson ha sido particularmente irritante para los movimientos religiosos conservadores, especialmente para los evangélicos, quienes han ido ganando influencia desde fines de los años 1970.

Por años, los republicanos de la Cámara de Representantes han mantenido la esperanza de obtener el voto de los evangélicos. A los clérigos se les ha permitido predicar sobre temas de interés, y a las iglesias la publicación de guías de votación ofreciendo opiniones sobre ciertos aspectos. El señor Trump ha continuado cortejando vigorosamente el voto de las personas religiosas.

En una entrevista con Pat Robertson para el programa de televisión Club 700, el Presidente dijo que él ha sido una bendición para los evangélicos que lo apoyaron porque se está “deshaciendo de la Enmienda Johnson” y “ahora va a intentar deshacerse de ella para siempre en el Congreso”.

Aún no se ha deshecho de ella pero está cerca de lograrlo. En mayo, Trump firmó una orden ejecutiva que buscaba darle a las iglesias mayor capacidad para pronunciarse en la política. Los evangélicos criticaron esta acción como demasiado vaga. Los republicanos de la Cámara de Representantes están tratando de corregirla. Ellos han puesto sus propias palabras en una ley de gastos que debe ser aprobada para el año fiscal que inicia el primero de octubre.

La disposición evitaría que el Servicio de Impuestos Interno investigue una iglesia a menos que el comisionado del IRS lo apruebe y notifique al Congreso. “¿Por qué se les debe suprimir el derecho de pensamiento y expresión a los ministros, sean de una sinagoga, iglesia o cualquier otro lugar de adoración?”, preguntó el representante republicano por Texas, John Culberson, quien colaboró en la redacción de la ley. “Francamente, es ofensivo que el IRS trate de silenciar el pensamiento y discurso político de un pastor o ministro”, expresó Culberson.

Mark Harris, pastor senior de la Primera Iglesia Bautista de Charlotte, N. C., dijo que la medida tomada para debilitar la Enmienda Johnson es “un paso en la dirección correcta” aunque preferiría que ésta fuese totalmente rechazada. Harris ha participado en el “Domingo de la Libertad del Púlpito”, una iniciativa para permitir que los pastores usen el púlpito para protestar contra la Enmienda Johnson. Tal iniciativa comenzó en el 2008 por la Alianza para la Defensa de la Libertad, un grupo conservador sin fines de lucro.

Richard Land, presidente del Seminario Evangélico del Sur ubicado cerca de Charlotte, N.C., expresó: “Creo que esto va a debilitar el efecto paralizador que se ha impuesto en la libertad de expresión de las iglesias y grupos religiosos. Tal parálisis ha sido apoyada e instigada por los grupos liberales y progresistas que usan la Enmienda Johnson para intimidar a los cristianos conservadores, protestantes y católicos, a fin de evitar que expresen sus puntos de vista sobre cuestiones de la política pública”.

Sin embargo, no todos los líderes religiosos estuvieron de acuerdo. Un grupo constituido por más de 100 organizaciones religiosas enviaron una carta al Comité de Asignaciones para manifestar su oposición a dicho cambio. “El debilitamiento de la actual ley permitiría a los políticos, y otras personas que buscan el poder político, ejercer presión sobre las iglesias para que los apoyen causando la división de las congregaciones y permitiéndoles acceder al flujo de dinero exento de impuestos”, escribieron.

Quizás no pueda verse claramente cómo el rechazo o cambio de la Enmienda Johnson llevará a la unidad de la Iglesia y el Estado. No obstante, un verdadero estudiante de la profecía bíblica puede ver cómo esto los acercará, particularmente si se retiran las restricciones sobre el uso del dinero de la iglesia para campañas políticas.

“Los dignatarios de la iglesia y del estado se unirán para hacer que todos honren el domingo… La falta de autoridad divina se suplirá con ordenanzas abrumadoras”. El Conflicto de los Siglos, pág. 650.


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