Hay un problema en el asunto del transgénero: Confusión. Sí, confusión. Lo peor es que no ocurre sólo en la mente de las personas trans sino que además se está volviendo más amenazante.
Actualmente, si usted pretende mantener su punto de vista sobre la existencia de sólo hombres y mujeres, y que la diferencia entre ellos es fundamental, entonces usted es considerado un intolerante, término a la par de «racista», «machista» y «homofóbico». Ahora también debe reconocer el «género fluido», el cual es un subconjunto de géneros relevantes e iguales. No importa que la gran mayoría de la raza humana todavía acepte una distinción binaria. La nueva intolerancia se está convirtiendo rápidamente en una ortodoxia exigible por Ley. Los niños y los jóvenes se enfrentan a una reasignación de su actitud.
Germaine Greer, una ideóloga feminista dijo que los hombres convertidos en mujeres tras recibir un tratamiento médico aún eran hombres. Otros progresistas la atacaron por hacer una afirmación tan políticamente incorrecta.
Algunos piensan que las personas trans son un fracaso no porque su cirugía de cambio de sexo haya fracasado sino porque la sociedad no toma criterios de evidencia objetiva para determinar de qué sexo son. Ellos deberían ser capaces de cambiar de un lado hacia otro a su gusto.
En algunos lugares, como Irlanda, Malta, Argentina y Dinamarca, todo lo que se tiene que hacer es llenarse un formulario de auto-declaración. El género se ha vuelto irrelevante, según la conservadora británica y miembro del Parlamento, María Miller. «Debemos buscar la manera de dejar de hablar del género».
Sin embargo, la clase política está obsesionada con el tema del género y no puede dejar de hablar de ello. Gran Bretaña incluso ha hecho que esta característica sea protegida por la Ley de Igualdad sea la reevaluación de los géneros. El Servicio Nacional de Salud cuenta con un Grupo de Referencia Clínico Nacional de Servicios de Identidad de Género. Y durante el día de la Conmemoración de las Personas Transgénero, el Departamento de Educación izó la bandera LGBT.
Quizás ahora se suponga que todos seamos de “género fluido». Pero el género no es algo fluido. Se trata de hechos. Lo que es fluido es el lenguaje utilizado para deconstruir las formas tradicionales de la identidad de género. La identidad de género proviene de una compleja relación entre el sexo y el comportamiento biológico. No hay que darle más vueltas. Sin embargo, esa es la ideología que gobierna en estos días. La identidad de género es una construcción social, no un hecho biológico entre los defensores transgénero.
No obstante, aquellos que se sienten atrapados en el género equivocado, se sienten confundidos. “La cirugía no puede resolver esta confusión. Muchos de los que han cambiado de sexo todavía no se sienten cómodos; trágicamente, algunos incluso se han suicidado”. Para los que están desesperados por hacerse un cambio de género, el género no es irrelevante. Al contrario, es de suma importancia.
Las nuevas políticas de género sostienen que cualquier evidencia de diferencia es una forma de prejuicio. «Si la gente quiere identificarse con cualquiera de los géneros o con ninguno, nadie está autorizado para refutárselo. La realidad objetiva se desmorona bajo la supremacía del deseo subjetivo».
«De hecho, la propia fluidez de género crea víctimas”, escribe el profesor Paul McHugh, ex Jefe de Psiquiatría en el Hospital Johns Hopkins en los EE.UU. “La mayoría de los jóvenes que buscan una reasignación de sexo tienen problemas psicosociales y presumen que dicho tratamiento podría resolverlos. La triste realidad es que la mayoría de ellos no encuentran terapeutas dispuestos a evaluarlos y guiarlos en formas que les permitan resolver sus conflictos y corregir sus supuestos. Más bien, ellos y sus familias encuentran sólo «consejeros de género» que les animan en sus equivocadas aseveraciones sexuales».
En algunos lugares, cualquier médico que quiera mirar la historia psicológica de un niño o niña «trans» para tratar de hallar una solución al problema podría perder su licencia para practicar la medicina. ¿Qué pasó con la libertad médica? Después de todo, sólo en Gran Bretaña, la mitad de los jóvenes, y un tercio de las personas trans adultas afirman haber intentado suicidarse. Sin embargo, Gran Bretaña culpa a la sociedad por la llamada «transfobia» que los ha empujado en una profunda depresión y la utiliza para justificar la coacción ordenada por el Estado. Afirman que el tema de los trans y otras cuestiones relacionadas con el género deben ser enseñados en las escuelas como parte de la educación personal, social y de salud.
«Todos podemos predecir lo que sucederá. La fluidez de género será activamente promovida como otra opción de vida». Y “hacer cualquier tipo de diferenciación por el comportamiento o la actitud será intolerable y prohibido. «Se deberá limpiar el género de la mente de un niño así como cualquier noción de las normas del género. Aunque la mayoría de los niños crecen sin experimentar una confusión de género, la clase dirigente no quiere que eso ocurra. En lugar de verlo como un problema de salud temporal, se ha convertido en una declaración política que debe ser ejecutada. Y cualquier persona que se niegue a aceptar la fluidez de género será acusada de crímenes de odio».
«El Occidente se halla en un viaje. Desde el divorcio y la mono-parentalidad al matrimonio homosexual; lo que antes se consideraba como una fuente de desventaja o categoría de error se ha transformado en un derecho humano. En el proceso, la compasión se convirtió en opresión».
«El género no puede estar en un riesgo real porque está anclado a una realidad inmutable. Lo que está sobre la mesa es la opresión, la disfunción de la ingeniería social y la pérdida de la libertad individual».
«Asimismo como sucedió en los días de Lot… mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los destruyó a todos.» Lucas 17:28 y 29.
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