François Hollande está tratando de ampliar los poderes de emergencia otorgados en noviembre 2015, después de los ataques terroristas en París. El estado de emergencia dio autoridad al gobierno para allanar casas sin una orden judicial y restringir el derecho de reunión pacífica, todo sin supervisión judicial. Ahora Hollande quiere cambiar la Constitución francesa a fin de lograr ampliar el alcance de estos poderes de emergencia que incluyen despojar la nacionalidad francesa a los ciudadanos que se encuentren culpables de delitos de terrorismo. Anteriormente, quiso aplicar esto a los delincuentes con doble nacionalidad. Pero ahora, los ministros franceses afirman que también aplicaría para ciudadanos franceses que tengan sólo un pasaporte, lo cual les dejaría sin nacionalidad. Además, el gobierno quiere ampliar los allanamientos nocturnos y expandir las restricciones para la detención, entre otras cosas.
Esto es un cambio brusco para la dirección que llevaba Francia. Durante la Segunda Guerra Mundial, Francia desnaturalizó a los judíos de Vichy, al sur de Francia, y dejó abierta la puerta legal para su deportación a campos de concentración alemán, reflejando un importante cambio de política hacia la derecha. Después de la Segunda Guerra Mundial, Francia fue uno de los 64 países que firmó la Convención de la ONU sobre la Reducción de la Apátrida con el fin de ayudar a resolver el problema de muchas personas apátridas en Europa en ese momento. Actualmente, se estima que cerca de 1.200 personas apátridas viven en Francia.
Ahora Francia está considerando imponer la apátrida a algunos de sus ciudadanos. ¿Podrían otros grupos (muchos de ellos observadores del sábado) ser también considerados como enemigos del Estado y ser despojados de su ciudadanía al igual que el pueblo judío en Francia durante la Segunda Guerra Mundial?
Cada principio de las constituciones occidentales será repudiado. Muchos quedarán sin defensa. Aunque el objetivo en este momento sea reducir el extremismo musulmán, las herramientas creadas para hacer frente a este mal, luego ¿podrían ser utilizadas contra fuerzas benignas: personas que profesan la verdad y tienen la justicia de Cristo? ¿Le parece imposible? La historia se repite de manera sorprendente.
«Los tiempos de apuro y angustia que nos esperan requieren una fe capaz de soportar el cansancio, la demora y el hambre, una fe que no desmaye a pesar de las pruebas más duras. El tiempo de gracia les es concedido a todos a fin de que se preparen para aquel momento. Jacob prevaleció porque fue perseverante y resuelto. Su victoria es prueba evidente del poder de la oración importuna. Todos los que se aferren a las promesas de Dios como lo hizo él, y que sean tan sinceros como él lo fue, tendrán tan buen éxito como él. Los que no están dispuestos a negarse a sí mismos, a luchar desesperadamente ante Dios y a orar mucho y con empeño para obtener su bendición, no lo conseguirán. ¡Cuán pocos cristianos saben lo que es luchar con Dios! ¡Cuán pocos son los que jamás suspiraron por Dios con ardor hasta tener como en tensión todas las facultades del alma! Cuando olas de indecible desesperación envuelven al suplicante, ¡cuán raro es verle atenerse con fe inquebrantable a las promesas de Dios! … El “tiempo de angustia, cual nunca fue después que hubo gente” se iniciará pronto; y para entonces necesitaremos tener una experiencia que hoy por hoy no poseemos y que muchos no pueden lograr debido a su indolencia”. El Conflicto de los Siglos, pág. 679.
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