El perdonarse a usted mismo y a otros puede protegerlo del estrés y la pérdida de su salud mental, de acuerdo al nuevo estudio publicado en la Revista Journal of Health Psychology.
Los investigadores analizaron los efectos del estrés en la salud mental de las personas durante toda su vida y cómo estaba su salud comparada con aquellas que no eran tan perdonadoras.
Cuanto más perdonador sea usted, tanto consigo mismo como con otros, menos conexiones tendrá entre el estrés y la enfermedad mental. De hecho, ser una persona altamente indulgente puede eliminar totalmente cualquier conexión.
«Se borra casi por completo, estadísticamente es igual a cero», dice el autor del estudio, Loren Toussaint, profesor asociado de psicología en el Luther College en Iowa. «Si usted no tiene tendencia a perdonar, usted es de los que siente los efectos del estrés en carne viva y sin ningún atenuante. No tiene ningún amortiguador contra el estrés».
«Cómo una personalidad perdonadora puede proteger a una persona de los males de estrés severo es difícil de determinar. Los investigadores especulan que las personas más tolerantes pueden adoptar mejores estrategias para lidiar con el estrés o reaccionar a factores estresantes de una manera más atenuada».
Toussaint cree «100%» que el perdón puede ser aprendido. Su investigación anterior ha demostrado que decir una corta oración o una breve meditación sobre el perdón puede ayudar a las personas a controlarse. «El perdón detiene y anula esa mala conexión entre el estrés y la enfermedad mental», expresó. «Creo que la mayoría de las personas quieren sentirse bien y el perdonar les ofrece la oportunidad de lograrlo».
Simplemente, los investigadores se están poniendo al día con la Biblia, la cual ha ofrecido la paz y la bendición del perdón durante miles de años. Ellos todavía tienen mucho camino por recorrer. Dios es el que protege la mente de una enfermedad. Él nos ha dado la capacidad de ese perdón que trae la paz y la bendición de Dios en el alma. Y como consecuencia, trae salud y fuerza en la mente.
«Lo que necesitáis es paz, tener en el alma el perdón, la paz y el amor del Cielo. No se los puede comprar con dinero; la inteligencia y la sabiduría no pueden alcanzarlos ni podéis esperar conseguirlos por vuestro propio esfuerzo. Pero Dios os los ofrece como un don, ‘sin dinero y sin precio’. Isaías 55: 1. Son vuestros, con tal que extendáis la mano para tomarlos. El Señor dice: ‘¡Aunque vuestros pecados fuesen como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque fuesen rojos como el carmesí, como lana quedarán!’ Isaías 1:18. ‘También os daré un nuevo corazón, y pondré un espíritu nuevo en medio de vosotros’ Ezequiel 36:26”. El Camino a Cristo, pág. 49.
«Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial». Mateo 6:14.
¡La naturaleza sabe mejor!