Cada vez están más escasos los alimentos en la comunista Venezuela. Los ciudadanos han tenido que ir a buscar en la basura, comer de las frutas tropicales que caen de los árboles y en algunos casos participar en disturbios para buscar su próxima comida. Más de 600 protestas políticas y relacionadas con los alimentos se llevaron a cabo en todo el país sólo en el mes de mayo.
El costo de los alimentos se ha aumentado más rápido que los salarios, lo que disminuye el poder adquisitivo después de años de políticas para mantener bajos los precios de los alimentos. Esas políticas han reducido los incentivos para la producción privada de alimentos. Se espera que la inflación alcance el 700 por ciento a fines de 2016.
Frecuentemente los servicios de electricidad y agua son suspendidos. La productividad del país está sólo al 40 por ciento de su capacidad. Y el gobierno, en lugar de trabajar para aliviar la crisis, se ha centrado en su lucha para poner fin a un referéndum revocatorio presidencial.
Incluso los niños se enfrentan a la hambruna. Tanto estudiantes como profesores (entre el 30 y 40 por ciento en Caracas) están dejando la escuela para hacer cola para la comida. La incidencia de estudiantes que se desmayan en el aula está en aumento.
Familias, organizaciones no gubernamentales nacionales y otros están haciendo lo que pueden para compartir recursos, solicitar donaciones de las empresas de alimentos que siguen fabricando en el país, etc. «Una generación entera podría sufrir de crecimiento físico atrofiado o capacidades mentales disminuidas debido a la desnutrición severa que estamos viendo hoy en día”, dijo Marianella Herrera, profesora de nutrición en la Universidad Central de Venezuela.
“En los últimos meses, la combinación de la inflación, escasez y baja producción nacional se ha convertido poco a poco en una creciente lucha para tan sólo alimentar a la familia de cada quien”, expresó Phil Gunson, analista senior para el Grupo Internacional de Crisis. «Por algún tiempo, la gente del común no ha tenido lo suficiente para comer pero ahora la situación es tal que se escucha de familias en las que un niño no come por lo menos un día a la semana o donde los padres no comen para dar lo poco que tienen a sus hijos», dice el señor Gunson. «No estamos hablando sólo de los que son realmente pobres o de los que viven bajo los puentes. Estamos hablando de profesores universitarios, paramédicos y profesionales».
El petróleo impulsó los programas sociales en el marco del régimen de Chávez. Cuando los precios del petróleo se desplomaron, Venezuela se quedó prácticamente con nada. Y las opciones políticas del gobierno socialista han agravado la situación. El gobierno ha priorizado el pago de la deuda del gobierno en lugar de importación de artículos de primera necesidad.
El gobierno de Maduro se ha negado a reconocer la crisis, lo cual significa que ninguna ayuda internacional o multilateral ha podido entrar al país.
La gente está desesperada. Todos los días ocurren hasta 10 saqueos en el país, que van desde la ruptura de la puerta de una panadería para vaciar los estantes hasta una emboscada a los camiones de reparto de alimentos antes de que lleguen a su destino.
Herrera expresó: «Se puede sentir esta tensión cuando usted no tiene alimentos o medicamentos, cuando los bebés están muriendo y los niños se están desmayando. Las personas están muy afectadas y es evidente que el tiempo se acaba».
«Y habrá hambres…» Mateo 24: 7.