El nominado por el presidente Trump para la Corte Suprema es visto como un juez relativamente joven conservador que podría ayudar a la corte a tener una mayor inclinación conservadora, y quizás anular las decisiones tomadas por los casos Roe vs. Wade con respecto al aborto y Obergefell vs. Hodges relacionado con el matrimonio homosexual.
Pero ahora que casi la totalidad de los seguidores evangélicos de Donald Trump están muy contentos con su elección de Neil Gorsuch para la Corte Suprema, el primer nominado protestante para la Corte Suprema en muchos años, ¿qué es lo siguiente que esperan de Trump?
En el Desayuno Nacional de Oración, Trump reiteró su promesa de remover la Enmienda Johnson del código del IRS para permitir que los pastores puedan manifestarse a favor o en contra de un candidato político. Esto tendría un efecto muy serio en las relaciones entre la Iglesia y el Estado y podría abrir finalmente la puerta para que los evangélicos tengan más control sobre el Gobierno.
Los evangélicos esperan que Trump continúe cumpliendo las promesas que les hizo, dijo Jerry Falwell Jr., presidente de la Universidad Liberty. “Se trata de un grupo de personas muy felices ahora”, agregó.
Falwell dijo que él y otros líderes involucrados en la campaña de Trump, como los tele-evangelistas James Robison y Paula White, sienten que tienen la mejor comunicación con el presidente que jamás haya existido desde que tienen memoria. “Creo que Trump es uno más de nosotros. Él no es un elitista. No mira por debajo de su nariz a los evangélicos, cristianos y conservadores. Estoy muy sorprendido por cuán disponible él está para muchos. Él contesta su celular a cualquier hora del día o de la noche”.
Falwell también señaló que cientos de evangélicos están obteniendo posiciones en niveles bajos de la administración.
Bajo las pasadas administraciones, los evangélicos tenían que hacer alianzas para que sus preocupaciones fueran escuchadas. ¡Pero ya nunca más! Falwell se siente complacido hasta el momento con el acceso que tiene a la administración Trump. Él sostiene conversaciones telefónicas y personales con el Presidente.
Trump no está escuchando a los líderes religiosos tradicionales. El cardenal Donald Wuerl, arzobispo de Washington dijo que la arquidiócesis actualmente no tiene canales de comunicación con la Casa Blanca. Quizás la iglesia católica romana tendrá que trabajar más cerca de los líderes evangélicos a fin de que su agenda sea escuchada.
En su lugar, Trump está escuchando a pastores de mega-iglesias y personas influyentes en los medios cristianos que hablan sobre Trump en sus shows, blogs y comentarios en Twitter.
Sumado a esto, los evangélicos tienen a uno de los suyos en la Casa Blanca: el vicepresidente Mike Pence, quien se ha denominado a sí mismo como un “evangélico católico”. Alguien como James Dobson, fundador del programa Enfoque a la Familia y ahora presentador de Family Talk puede llamar a Pence a su teléfono celular.
El concejo evangélico de Trump puede estar en contacto con él semanalmente. Ronnie Floyd, anterior presidente de la Convención Bautista del Sur y pastor de una iglesia de 20.000 miembros, leyó un pasaje de la escritura en el servicio de oración en la Catedral Nacional durante el fin de semana de la inauguración de Trump. Floyd es miembro de ese concejo. Él se siente emocionado de manera especial por los “seguidores de Cristo” que han sido nominados para hacer parte del gabinete de Trump en los cuales se incluye a Tom Price (Secretario de Salud y Servicios Sociales), Scott Pruitt (Agencia de Protección Ambiental), Betsy DeVos (Secretaria de Educación), Rick Perry (Departamento de Energía), Sonny Perdue (Secretario de Agricultura) y Jeff Sessions (Fiscal General).
¿Qué valores sostienen ellos? Muchos de estos evangélicos creen que Estados Unidos debe ser regido por su interpretación de los principios bíblicos.
De acuerdo con Russell Moore, líder de la Comisión para la Ética y la Libertad Religiosa de la Convención Bautista del Sur, el elegido por Trump para la Corte Suprema es visto como un acierto. La Corte Suprema era el tema número uno para muchos votantes evangélicos, dijo él.
Moore espera que Trump trabaje con el Congreso para que la legislación del aborto incluya una protección extendida para las personas que no quieran proveer abortos o métodos contraceptivos por motivos de conciencia. Moore dijo que muchos evangélicos están divididos sobre su orden ejecutiva con respecto a los refugiados. Pero dijo que hasta el momento, los evangélicos están en general contentos con la administración Trump, especialmente con la restauración que hizo de una política que prohíbe destinar fondos para el aborto en otros países.
“La mayoría de las personas están esperando ver cómo son los primeros cien días de Trump”, dijo Moore. “La gente espera que sean los mejores y oran por el éxito”.
Los evangélicos (antiguos protestantes) están tomando ahora un papel importante en el gobierno de los Estados Unidos. Aunque esto puede ser bueno en algunas áreas principales, también puede conllevar a implicaciones más peligrosas para el pueblo de Dios. Recuerden que a estos evangélicos no les gustan los observadores del Sábado porque su sola existencia los hace sentirse reprobados.
“En el último conflicto, el sábado será el punto especialmente controvertido en toda la cristiandad. Los gobernantes seculares y dirigentes religiosos se unirán para imponer la observancia del domingo, y al fracasar medidas más benignas, se promulgarán leyes sumamente opresivas. Se insistirá en que no se debe tolerar a los pocos que se oponen a una institución de la iglesia y a la ley del país… El romanismo en el Viejo Mundo y el protestantismo apóstata en el Nuevo seguirán una conducta similar hacia los que honran los preceptos divinos”. Maranatha, pág. 193.