El viernes 30 de septiembre, los estados de la Unión Europea acordaron acelerar la ratificación conjunta del acuerdo climático de París, llevando el acuerdo papal al punto de entrar en vigencia. El convenio de los ministros de medio ambiente de los 28 estados miembros (entre los cuales todavía está incluido Gran Bretaña) marca un avance político extraño para el bloque desunido.
Públicamente, el Papa Francisco presionó fuertemente a las casi 200 naciones representadas en París para firmar el acuerdo. Este guiaría a un cambio radical a nivel mundial para abandonar los combustibles fósiles y reducir los gases de efecto invernadero a tiempos pre-industriales. El Papa puso en juego su credibilidad para conseguir el acuerdo de París. Ahora, el convenio de los ministros de medio ambiente europeos para ratificar el pacto de París también es una gran victoria para el Vaticano. Sobre todo porque es Europa la que está haciendo que el acuerdo entre en vigor. Europa es el antiguo patrimonio religioso y político de Roma.
«Lo que algunos creían imposible ahora es real», tuiteó el Presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
El Comisario Europeo para el Clima, Miguel Arias Cañete, la llamó una decisión «histórica». «En tiempos difíciles, tenemos que actuar juntos», dijo.
«La aprobación de la UE es un hito importante porque empujará el acuerdo sobre el umbral requerido para la ratificación: 55 naciones que representan al menos el 55 por ciento de las emisiones globales. China y Estados Unidos, los mayores emisores ratificaron el pacto este mes».
La forma en que la UE llegó a esta conclusión no fue democrática. Mientras algunos miembros ya han ratificado el pacto de París, otros no. Por ejemplo, Polonia se opuso a la firma del pacto por cuanto quiere concesiones debido a sus propias razones. Sin embargo, cuando los ministros del medio ambiente se reunieron, encontraron una forma de ratificar colectivamente el pacto de París sin esperar a que todos los miembros lo hicieran en sus propios parlamentos. El Ministro de Francia lo llamó «creatividad institucional». El convenio europeo para ratificar el acuerdo elevó el número de países necesarios para la firma por encima del umbral de los 55. India también firmó el acuerdo el 2 de octubre, empujando el porcentaje de gases de efecto invernadero representado a 52, muy cerca del umbral del 55% necesario para que el acuerdo pueda entrar en vigencia. Después de que se cumplan los dos umbrales, el pacto de París entraría en vigencia en 30 días.
El presidente Obama ratificó inconstitucionalmente el acuerdo, el cual es realmente un tratado, sin la aprobación del Senado de EE.UU.
Se puede uno preguntar cuántos representantes del Vaticano han trabajado con los líderes del mundo detrás de escenas para obtener la ratificación del acuerdo climático.
«Y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia». Apocalipsis 13: 3.