El Papa Francisco hizo un llamado a los fieles para que no escuchen “curiosidades del tiempo del fin” o a “predicadores apocalípticos”.
“Aquellos que siguen a Jesús”, dijo Francisco, “no deben prestar atención a los profetas con mensajes sombríos, a los horóscopos sin sentido o a los sermones que generen miedo, los cuales nos distraen de las cosas verdaderamente importantes”.
No obstante, fue Jesús mismo quien profetizó de la calamidad que vendrá sobre un mundo no arrepentido. Cristo predijo la destrucción de Jerusalén e ilustró las profecías del fin del tiempo con paralelismos del tiempo de Noé y el diluvio así como el tiempo de Lot y la destrucción de Sodoma y Gomorra.
“El Papa continuó diciendo que es importante distinguir ‘la palabra de sabiduría que Dios nos habla cada día’ de los gritos de aquellos que usan el nombre de Dios para asustar, causar división y miedo”.
Sin duda alguna, las declaraciones del Papa Francisco tienen como blanco a aquellos evangelistas y pastores que enseñan las profecías bíblicas sobre el tiempo del fin. Incluso podría estar más enfocado hacia aquellos cuya misión es relacionar los eventos actuales con la profecía bíblica a fin de preparar a las personas para la crisis de la Ley Dominical. Sin embargo, este es el mensaje que debe ser dado. Hablando a la Babilonia espiritual, Jesús dijo a través del apóstol Juan: “Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas”. Apocalipsis 18:4.
Estas palabras fueron expresadas por el Papa al conducir una misa en la Basílica de San Pedro. La misa era uno de los eventos de cierre del “Año Santo de Misericordia” y el “Jubileo de los Excluidos por la Sociedad”.
La homilía del Papa sorprendentemente trató de las afirmaciones que hizo Jesús sobre la destrucción del templo de Jerusalén y el fin del tiempo. Jesús dijo que “habrían conflictos, hambre, convulsión en tierra y cielo cuando llegase el tiempo”, dijo el pontífice. “El objetivo de Jesús no es producir miedo”, agregó. En su lugar, Dios “nos pide perseverar en el bien y poner nuestra confianza” en Él, quien no nos defrauda”. Si bien es cierto que aquellos que están en Cristo y confían en Él no tendrán temor, Jesús nos instruyó que debíamos observar las señales de los tiempos y discernir las estaciones. Si no se predica sobre el Apocalipsis, muchos se perderían porque no sabrían sobre las señales del fin y no estarían listos para la crisis.
Hablando sobre los pobres y excluidos, el Papa dijo: “El origen de la trágica condición de nuestra era es que a medida que el progreso y las nuevas posibilidades se incrementan, lo cual es bueno, son menos y menos las personas que logran beneficiarse de ello”. Continuó diciendo: “Esto es una gran injusticia que nos debe preocupar más que cuándo o cómo va a terminar el mundo”.
“Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Cubridnos. Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará?” Lucas 23:30, 31.