El término “alarmista” es la nueva etiqueta usada para estigmatizar a los cristianos conservadores que manifiestan su preocupación por la actual trayectoria de la cultura en general o de las iglesias en particular. La etiqueta “alarmista” incluye la idea que “los líderes cristianos conservadores están usando información falsa para alimentar los temores para su propio beneficio, ya sea para vender libros o movilizar a los votantes”.
Hay ciertos casos en la historia donde esta etiqueta sería la precisa. No obstante, ¿es adecuado categorizar siempre como alarmistas a los cristianos conservadores que alzan su voz de alarma? ¡La respuesta es un no rotundo!
Antes de la Administración Obama, se consideraban alarmistas aquellas advertencias sobre una futura discriminación hacia los cristianos. Sin embargo, esas predicciones se hicieron reales durante el segundo mandato del presidente Obama cuando avanzó en su agenda de una manera muy poderosa contra los individuos, los negocios y las instituciones cristianas. La alarma entonces, se vio justificada.
Generalmente, los liberales no están muy dispuestos a defender la libertad religiosa de los conservadores. Así que los cristianos conservadores estaban justamente alarmados porque en realidad lo que estaba sucediendo era, de hecho, alarmante.
John Roberts, juez de la Corte Suprema de Justicia, advirtió: “Surgen preguntas difíciles cuando la forma en la cual personas de fe practican su religión puede ser vista como un conflicto contra el derecho al matrimonio homosexual o cuando por ejemplo, una universidad que provee internado para sus alumnos casados sólo con miembros del sexo opuesto o cuando una agencia de adopción niega la asignación de niños a parejas homosexuales”.
¿Estaba Roberts siendo un alarmista? No. Él tenía razón en expresar la “alarma” porque todo lo que advirtió, se cumplió realmente.
Algunos izquierdistas acusaron a los cristianos conservadores de dar una falsa alarma (injustificada) al afirmar que se discriminaba a los cristianos. Ellos necesitaban tener una manera de disminuir la oposición mientras abogaban por políticas que discriminaban a los cristianos conservadores. Ahora son los cristianos conservadores quienes tienen que defender su propia libertad religiosa y explicar las razones de su queja por la pérdida de la misma. Tal vez su mal llamado “alarmismo” no estaba tan injustificado en realidad.
Las más recientes acusaciones de falso alarmismo se han dado como respuesta al nuevo libro de Rod Dreher titulado The Benedict Option (La Opción de Benedicto). Este libro de Dreher “invita a los cristianos a prepararse para la próxima era de oscuridad tomando un estilo de vida cristiano antiguo”. Sus ideas han sido denominadas como “El Complejo de Persecución Industrial a los Cristianos Blancos”. El libro no trata primordialmente de la persecución y la pérdida de la libertad religiosa sino que su tema principal es defender a la iglesia de los apóstatas y ocuparse de los cambios culturales de occidente.
Pero a veces, la acusación de alarmismo también está asociada con acusaciones de racismo, obsesión con la homosexualidad e intensificación del sentido de “vivir en un caos”.
¿Están equivocados los cristianos conservadores simplemente por el hecho de ser “alarmistas”? No. Ellos tienen razones legítimas para estar preocupados por el futuro de nuestra nación. Los meteorólogos no estaban seguros cuán grave iba a ser la tormenta Estela. Ellos advirtieron a las personas del Noreste para que se prepararan para lo peor. Entonces, ¿deben ser ellos culpados?
La profecía bíblica declara que vendrá un tiempo de angustia nunca antes visto y que leyes de adoración se impondrán a todo el mundo quitando la libertad religiosa, especialmente la de aquellos que guardan todos los Diez Mandamientos de Dios. También hay predicciones nefastas a través de símbolos proféticos como un caballo negro y un caballo amarillo, etc. Las advertencias que les dicen a las personas que se separen de la religión falsa junto con predicciones de castigo probablemente serán consideradas como «alarmistas». La explicación del mensaje del Tercer Ángel de Apocalipsis 14 podría traer acusaciones de alarmismo, especialmente en lo que se refiere a sus predicciones de leyes dominicales nacionales y universales.
“Hasta ahora se ha solido considerar a los predicadores de las verdades del mensaje del tercer ángel como meros alarmistas. Sus predicciones de que la intolerancia religiosa adquiriría dominio en los Estados Unidos de Norteamérica, de que la iglesia y el estado se unirían en ese país para perseguir a los observadores de los mandamientos de Dios, han sido declaradas absurdas y sin fundamento. Se ha declarado osadamente que ese país no podría jamás dejar de ser lo que ha sido: el defensor de la libertad religiosa. Pero, a medida que se va agitando más ampliamente la cuestión de la observancia obligatoria del domingo, se ve acercarse la realización del acontecimiento hasta ahora tenido por inverosímil, y el tercer mensaje producirá un efecto que no habría podido producir antes”. El Conflicto de los Siglos, pág. 663.