The Hill, por Sarah Polus: Una erupción volcánica en la isla española de La Palma hizo que las autoridades locales evacuaran a miles de personas, pero no se registraron heridos, según The New York Times.
La isla, una de las Islas Canarias españolas situada frente a la costa de África, tiene unos 85.000 habitantes. Fue la primera erupción volcánica de la isla en 50 años.
Las autoridades tenían previsto evacuar a entre 5.000 y 10.000 personas que vivían en los pueblos de la periferia del parque nacional de La Cumbre Vieja porque la ceniza y la lava de la erupción suponían una amenaza para su seguridad.
Los vídeos publicados en las redes sociales mostraban casas rodeadas de lava y columnas de humo espeso que se elevaban hacia el cielo.
La isla estaba en alerta antes de la erupción, ya que se habían producido varios terremotos en la zona en los días anteriores, el mayor de los cuales fue de 4,2 grados en la escala de Richter, según la CNN.
Los residentes de la isla que necesitarían ayuda para evacuar, incluidos los discapacitados, fueron trasladados preventivamente de la zona antes de la erupción. Las rutas de senderismo que rodean el volcán también se cerraron por precaución.
«Pedimos a la gente que extreme la precaución y se aleje de la zona de la erupción para evitar riesgos innecesarios», tuiteó el domingo el gobierno local, señaló la CNN. «Asimismo, es muy importante mantener las carreteras despejadas para que puedan ser utilizadas por nuestros operativos terrestres».
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, habría pospuesto su viaje a Nueva York para asistir a la reunión de la asamblea general de las Naciones Unidas, optando en cambio por visitar La Palma tras la erupción.
«Me dirijo en estos momentos a las Islas Canarias con motivo de la evolución sísmica, para conocer de primera mano la situación en La Palma, la coordinación de los medios y los protocolos que se han activado», tuiteó Sánchez el domingo.
Conexión Profética:
«Se verán accidentes que están ocurriendo en nuestro mundo, los que están en los coches, y los juegos, y que están en el agua, y la llama y el fuego, y la sangre, y los volcanes, y todas estas cosas. Están pereciendo. ¿Por qué? El Espíritu de Dios está siendo retirado de la tierra». Cartas y Manuscritos Volumen 17, Manuscrito 229, 1902, par. 28.