Las universidades cristianas de California podrían enfrentarse a cierres y otras sanciones si no ceden ante la presión que les exige darles cabida a los transexuales, homosexuales y otras prácticas prohibidas en la Biblia.
Dos proyectos de ley pretenden ser introducidos en la legislatura de California con el fin de obligar a las universidades cristianas a adoptar leyes contra la discriminación LGBTQ. El efecto siniestro de los dos proyectos de ley, cuyos autores son legisladores abiertamente homosexuales, es forzar a los colegios cristianos de California para que protejan y sean amigables con los gays en sus campus sino desean su cierre o la pérdida de la ayuda financiera estatal y federal para sus estudiantes.
Los defensores de la firma de abogados Fe y Libertad dijeron: «Las leyes punitivas socavarían las protecciones federales que han eximido por largo tiempo a las universidades religiosas de adoptar leyes anti-discriminatorias que violen los principios de su fe». Las leyes no contemplan cómo podrían vulnerar también los derechos de los colegios.
El bufete de abogados continuó diciendo que «…si estas leyes son aprobadas, las universidades cristianas, tendrían, por ejemplo, que permitir que un estudiante varón que percibe su género como «femenino» viva en el dormitorio de las mujeres con el fin de evitar el riesgo de sufrir una demanda o la pérdida de brindar opciones de ayuda financiera para sus estudiantes. Iguales consecuencias podrían también convertirse en realidad si una universidad cristiana despide a un profesor o miembro del personal tras descubrir que están viviendo con una pareja del mismo sexo».
De ser aprobado el proyecto de ley, AB-1888, haría que las universidades cristianas sean descalificadas para recibir la ayuda económica estatal si rechazan a los estudiantes sobre la base de su «expresión de la orientación sexual, identidad de género o sexo». Aún más, el proyecto de ley no permitiría que las universidades obtengan exenciones al respecto por parte del Departamento de Educación de EE.UU. Una ley complementaria, la SB 1146, obligaría a las universidades cristianas a que informen a sus futuros estudiantes que sus instituciones son discriminatorias.
Todas las implicaciones que pudieran tener estas leyes no están aún claras y podrían prestarse para controversias. Por ejemplo, el hecho de que varones biológicos elijan identificarse como mujeres pudiendo llegar a compartir habitación con mujeres biológicas. Cualquier universidad que se niegue a obedecer sería entonces acusada de discriminar, lo que resultaría en la pérdida de sus fondos Cal Grant.
«Parece que el Departamento de Educación tiene un nuevo jefe: la Campaña de Derechos Humanos [CDH]…», dijo Tony Perkins del Consejo de Investigación de la Familia. «A pesar de que no es asunto del CDH, la organización ha logrado meter su nariz en el debate de la Primera Enmienda que arde sobre los campus universitarios. Como en la mayoría de los rincones de la sociedad, el choque entre la libertad religiosa y la sexualidad ha aterrizado a las puertas de la educación superior, lo cual es especialmente problemático para las escuelas con una visión del mundo conservador».
Perkins agregó: “La conclusión es la siguiente: ¡Nadie debería tener que conseguir una exención para poder ejercer sus derechos de la Primera Enmienda! El hecho de que el gobierno incluso esté utilizando estas tácticas de intimidación es razón para que el Congreso actúe».
El aceptar dinero federal y estatal pone a las escuelas en dificultades porque deben cumplir con las leyes estatales y federales a fin de continuar recibiendo los fondos. Ahora que las escuelas dependen de la ayuda estatal para su supervivencia, las nuevas leyes y reglamentos serán una amenaza existencial. Les hubiera sido mucho mejor resistirse a la tentación de aceptar fondos del gobierno. Si California decide aprobar estas leyes, sin duda otros estados seguirán el ejemplo, poniendo en peligro a todas las universidades cristianas de los Estados Unidos.
«Así como sucedió en los días de Lot…» Lucas 17:28.