«Este referéndum nunca fue una pelea entre Gran Bretaña y Europa, como tan ampliamente se le representó», escribió Ambrose Evans-Pritchard del Telegraph de Londres sobre el voto británico para salir de la Unión Europea (Bréxit). «Más bien fue el primer episodio de una revuelta pan-Europa contra el Césaropapismo del proyecto de la UE y su sacerdocio tecnócrata. Y no será la última».
¿Césaropapismo? ¿Qué es eso? La palabra significa literalmente el régimen imperial de los Papas. Es precisamente de lo que habla Evans-Prichard cuando se refiere al Césaropapismo de Europa: la Unión Europea. Y no sólo son los británicos los que quieren salir. Hay un buen número de otros países también.
«Ha llegado el momento de un Proyecto de Ley», dice Evans-Prichard. «En las últimas semanas de la campaña, advertimos que un voto para salir de la UE sería traumático, y es eso lo que el país está enfrentando ahora a medida que los mercados se estremecen y Westminster se lanza hacia el caos».
El voto Bréxit es «el punto de ruptura para el requerimiento europeo de la posguerra. Será una tarea hercúlea para sacar a Gran Bretaña de la UE después de 43 años de estar inmersos en una estructura legal y constitucional de gran envergadura».
El hecho de que Escocia e Irlanda del Norte quieren permanecer en la UE amenaza con fragmentar el Reino Unido, a menos que se maneje con sumo cuidado.
La economía de Gran Bretaña ya está sintiendo el estrés. Standard & Poor declararon que Bréxit «significa el fin» de la calificación AAA de inversión en el Reino Unido. Gran Bretaña tiene que buscar la mejor forma de proteger el acceso a los mercados europeos y asegurarse de que Londres siga siendo viable. Esto depende tanto de Bruselas, Berlín, París, Roma, Madrid y Varsovia como de Londres. «Ambas partes están jugando con nitroglicerina».
Las élites europeas trajeron sobre sí mismas esta situación. «Son ellos los que han empujado a las empresas utópicas y administrado mal las consecuencias hasta llevarlas a niveles desastrosos. Son ellos los que han asediado a los estados nacionales históricos y fatalmente han cruzado la línea de legitimidad democrática con el Tratado de Lisboa. Esto tenía que llegar a un punto crítico, y ya ha llegado».
La libra cayó 6pc dejándola a € 1,23 frente al euro, muy lejos de las predicciones de que quedaría en igualdad con la UE. Incluso la diferencia con respecto al dólar fue sólo de 4 piezas. Otros indicadores financieros estuvieron un poco apagados en comparación con las advertencias. «Es desagradable pero no es una crisis financiera sistémica, y no es global».
Las mismas voces de autoridad que trataron de asustar a los británicos para que se quedaran en la UE están «ahora pronunciando palabras para traer la calma. Todo estará bien, después de todo, dijo Mark Carney del Banco de Inglaterra. Los bancos británicos se ponen a prueba de estrés para el Armagedón… El BCE, la Fed y la fraternidad de bancos centrales están uniendo fuerzas para apagar el fuego, ya que todos sabían que lo tendrían que hacer».
Los «que salen» no tienen suficientes puestos en el Parlamento para dictar el resultado, así que tiene que ser cuidadosamente negociado. Esto significa que todo, incluyendo el libre flujo de migrantes de la UE (tema incendiario), sigue igual.
La lucha es el esfuerzo de la UE para resucitar el Santo Imperio Romano. El «Césaropapismo» de la UE es la cuestión de fondo y queda por ver si Bruselas podrá mantener unidas a las naciones. La profecía de la Biblia dice que no se puede hacer de forma natural. Por lo tanto, lo lograrán a través del engaño y la fuerza.
“Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro”. Daniel 2: 41-43.